¿Qué es la rendición de cuentas ante las poblaciones afectadas?
Como trabajadoras y trabajadores humanitarios, nuestra principal responsabilidad son las personas afectadas por las crisis1.
Un sistema humanitario que rinda cuentas, en el que el poder de decisión esté en manos de las poblaciones afectadas, es fundamental para una acción humanitaria eficaz. Esto requiere que las y los humanitarios reconozcan a todas las personas -mujeres, niñas, hombres, niños de todas las edades y en toda su diversidad- como los primeros agentes activos de su propia asistencia y recuperación.
A través de la rendición de cuentas ante las poblaciones afectadas, las y los humanitarios aspiran a garantizar que la acción humanitaria proteja y preserve los derechos y la dignidad de las personas afectadas por las crisis, que siga siendo pertinente y eficaz, y que no deje a nadie atrás, con respeto a los principios humanitarios.
La rendición de cuentas ante las poblaciones afectadas es una forma de medir el desempeño colectivo de las y los líderes humanitarios. La forma en que respondemos a la retroalimentación, adaptamos los programas y cómo las personas afectadas experimentan y perciben el trabajo humanitario es el indicador más relevante de nuestro desempeño. Un mejor compromiso con las comunidades es también una forma de generar confianza y aceptación, lo que mejora la programación y el impacto de nuestro trabajo.
Para ello, hay que capacitar a las personas afectadas para que orienten y participen plenamente en la acción humanitaria. El personal humanitario debe implicar a las personas afectadas en la toma de decisiones y en el diseño de los programas humanitarios y actuar sistemáticamente en función de sus opiniones para ofrecer una respuesta dirigida por la comunidad, pertinente, digna y oportuna.
La participación comunitaria es una forma de trabajo que reconoce y valora a los miembros de la comunidad como socias y socios igualitarios.
Es la interacción continua entre las organizaciones y las personas y comunidades afectadas por crisis para obtener resultados sociales y organizativos mutuos. En la acción humanitaria, esto incluye trabajar con las personas afectadas para satisfacer sus diferentes necesidades, prioridades y preferencias, abordar sus vulnerabilidades, riesgos y amenazas, aprovechar las capacidades preexistentes e impulsar una acción informada. Lo hacemos a través de:
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Compartir sistemáticamente con las comunidades información oportuna, pertinente y procesable.
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Apoyar la participación significativa y el liderazgo de las personas afectadas, incluidas las de todo tipo de género, edad, condición de discapacidad y otras diversidades en la toma de decisiones.
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Garantizar la existencia de sistemas de retroalimentación que permitan a las comunidades evaluar y comentar sobre la acción humanitaria, incluidos asuntos delicados como la explotación y los abusos sexuales (EAS), el fraude, la corrupción y el racismo y la discriminación.
¿Qué dice OCHA al respecto?
OCHA está comprometida con el cumplimiento de los compromisos organizativos y colectivos definidos por el Comité Permanente entre Organismos (IASC) y expuestos en el Plan Estratégico 2023-2026 de OCHA. Estos compromisos incluyen políticas y orientaciones que establecen normas sobre rendición de cuentas a las poblaciones afectadas, protección, inclusión, localización y PEAS. En virtud de estos compromisos y normas, se espera que las organizaciones que prestan asistencia humanitaria refuercen la participación coordinada de las comunidades. OCHA se esfuerza por apoyar a los Equipos Humanitarios de País (EHP) para que cumplan con su compromiso colectivo de rendición de cuentas a las poblaciones afectadas, tal y como se establece en los Términos de Referencia de los EHP del IASC.
1. Liderazgo.
Garantizar una respuesta coherente centrada en las personas, específica para cada contexto y que contribuya a la resiliencia de la comunidad. La planificación, la programación, la coordinación y la financiación deben centrarse en las prioridades de la comunidad y apoyar las respuestas locales. La participación de la comunidad debe informar el análisis, la planificación y el seguimiento de toda la respuesta para generar respuestas claramente centradas en las personas afectadas. Garantizar los recursos necesarios, incluida la capacidad de coordinación y manejo de la información para la rendición de cuentas a las comunidades.
2. Participación y colaboración.
Los mecanismos de las agencias identifican y mantienen colaboraciones igualitarias con los actores locales que permiten a las personas de todos los géneros, edades, discapacidades y condición de desplazamiento, así como de otras diversidades, dirigir las decisiones que afectan a sus propias vidas, bienestar, dignidad y protección, y garantizan que las respuestas sean ajustadas y adaptadas al contexto y se basen en las capacidades de las poblaciones afectadas.
3. Información, retroalimentación y acción.
Adoptar a nivel de agencia mecanismos que apoyen enfoques colectivos y participativos que informen y escuchen a las comunidades, aborden las reacciones y conduzcan a medidas correctivas.
Reconocer que la información es un componente crítico de la respuesta. La información específica de las agencias procedente de la participación comunitaria debe influir sistemáticamente en la respuesta colectiva.
4. Resultados.
El proceso de planificación debe tener en cuenta parámetros clave, como el desempeño general de la respuesta en materia de rendición de cuentas a las comunidades, y garantizar que esto se incorpore a los procesos de planificación y seguimiento, por ejemplo, aplicando el Marco Colectivo de Rendición de Cuentas ante las Comunidades del IASC y utilizando la Norma Humanitaria Esencial sobre Calidad y Rendición de Cuentas.
Disclaimer
- UN Office for the Coordination of Humanitarian Affairs
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