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Nota de Orientación de las Naciones Unidas sobre la protección y promoción del espacio cívico (Septiembre 2020)

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1. Introducción y objetivo

“Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra […], a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional, y a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad”.
– Preámbulo, Carta de las Naciones Unidas

“En el 75.º aniversario de la Carta de las Naciones Unidas, la presente Nota de Orientación trata de aclarar la mejor manera de hacer justicia a su promesa “Nosotros los pueblos”. Como bien reconocieron los redactores de la Carta y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el desarrollo, la paz, la seguridad y el respeto a los derechos humanos son interdependientes, y alcanzarlos requiere una participación pública y de la sociedad civil que sea significativa, inclusiva y segura. A su vez, para que haya participación significativa debe haber un espacio cívico abierto: un entorno en el que voces diversas participen en el debate y en el que haya canales seguros y un panorama mediático dinámico que permitan la expresión pacífica de desacuerdos.

La Nota de Orientación fue preparada conforme al Llamado a la acción por los Derechos Humanos del Secretario General, cuyo lanzamiento se realizó ante el Consejo de Derechos Humanos en febrero de 2020. El Llamado a la acción reafirma la promesa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de que la consecución de los derechos y libertades fundamentales forma parte central del trabajo de las Naciones Unidas, y convierte la participación pública y el espacio cívico en áreas prioritarias. La Nota trata de guiar a los dirigentes y al personal que trabaja para las entidades de las Naciones Unidas –incluidos la Secretaría, agencias, fondos y programas de las Naciones Unidas (conocidos conjuntamente como el “sistema de las Naciones Unidas”)–, según sus mandatos pertinentes, en la tarea de proteger y promover el espacio cívico y garantizar una mayor coherencia en el seno del sistema. Se ancla en el derecho internacional, en políticas existentes en el contexto de los pilares de las Naciones Unidas de desarrollo, paz, seguridad y derechos humanos, así como en su trabajo humanitario.

La Nota describe medidas clave que las entidades de las Naciones Unidas pueden tomar de forma individual o colectiva para fortalecer su compromiso con el espacio cívico, considerando el papel, las capacidades y el enfoque programático de cada una de ellas. La Nota se basa en las contribuciones sustanciales de las entidades de las Naciones Unidas y de la sociedad civil, y recalca buenas prácticas para potenciar el espacio cívico e involucrar a la sociedad civil.

Los enfoques participativos en la toma de decisiones y el debate de políticas ayudan a forjar una relación dinámica y positiva entre las personas y sus gobiernos, permitiendo abordar y resolver las protestas pacíficas y reivindicaciones por parte de administraciones receptivas y responsables. Esto reduce el riesgo de fragilidad, crisis y violencia de forma significativa, lo que resulta en sociedades más seguras y resistentes, y en un diseño de políticas más efectivo y legítimo. Por el contrario, la ausencia de diálogo puede complicar las tensiones sociales y políticas. Los intentos repetidos de restringir el espacio cívico y de impedir a individuos y grupos expresar sus opiniones, asociarse libremente, crear asociaciones y participar en la toma de decisiones son a menudo el preludio de un deterioro más amplio de la situación política y más violaciones de los derechos humanos, por lo que son claras señales de alerta temprana. Involucrar a las personas también contribuye a que las decisiones sean más legítimas y efectivas, a que éstas cuenten con un apoyo más amplio, y a que se implementen de forma satisfactoria.