El avistamiento de 17 cadáveres el pasado fin de semana, trágica evidencia de un nuevo naufragio en la ruta migratoria más letal del mundo.
El pasado fin de semana, el Mediterráneo central fue escenario de una nueva tragedia cuando al menos 17 cadáveres aparecieron flotando en el mar. 12 de ellos fueron recuperados por los buques civiles de búsqueda y rescate Geo Barents y Ocean Viking. Las muertes indican un nuevo naufragio en el que habrían perdido la vida un número indeterminado de personas.
Esta catástrofe, que se produce pocos días antes de que se cumpla un año del naufragio del Adriana cerca de Pylos (Grecia), es, una vez más, el resultado de las devastadoras e imprudentes políticas europeas en materia de migración y de no asistencia a las personas que emprenden la ruta mediterránea. El clamor de los políticos europeos hace un año y su absoluto silencio ahora reflejan su hipocresía e inacción para detener las muertes en el mar.
Los cadáveres fueron descubiertos durante un vuelo de vigilancia de Sea-Watch. "Descubrimos aún más cadáveres, que siguen en el mar", relata Tamino Böhm, que formaba parte del equipo de vigilancia que avistó los cuerpos sin vida. "Estas muertes no fueron un accidente imprevisible, sino el resultado de calculadas decisiones políticas de la Unión Europea: así es la política europea de fronteras", recalca Böhm.
El hecho de que no se haya localizado los cadáveres durante más de una semana muestra lo necesaria que es la vigilancia civil en el Mediterráneo. Sin embargo, la vigilancia de los derechos humanos sobre el Mediterráneo está amenazada: la autoridad italiana de aviación ENAC está intentando actualmente prohibir los vuelos de observación de Sea-Watch. "Si este intento tiene éxito, no habrá más testigos de estas muertes", alerta Böhm.
Fueron las organizaciones civiles Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS MEDITERRANEE las que recuperaron los cadáveres del mar. "De no haber sido por los barcos y aviones civiles de búsqueda y rescate, esta reciente tragedia habría sido probablemente uno de los muchos naufragios invisibles en el Mediterráneo. Sabemos que se avistaron más cadáveres en el mar que no pudimos recuperar. Nunca conoceremos su identidad, ni cuántas personas murieron en este naufragio", se lamenta Soazic Dupuy, directora de Operaciones de SOS MEDITERRANEE. "Las operaciones humanitarias de búsqueda y rescate llenan un punto ciego letal en el Mediterráneo; la obstrucción y criminalización de nuestro trabajo vital debe terminar", añade Dupuy.
"Hemos recibido peticiones de familias que contaban que habían perdido el contacto con sus seres queridos que se habían hecho a la mar. Hacemos un llamamiento a las autoridades italianas para que actúen y apliquen los mecanismos forenses adecuados para recoger y documentar los perfiles de ADN de las personas que perdieron la vida", reclama Juan Matías Gil, representante de Búsqueda y Rescate de MSF. "La correcta identificación de las víctimas es nuestro deber para ayudar a las familias a tener respuestas sobre la desaparición de sus seres queridos", concluye Gil.