Introducción y propósito de la Lista de Verificación IDRL
Los peligros naturales causan un sufrimiento humano masivo y afectan negativamente la realización del desarrollo sostenible. Estos riesgos han aumentado en frecuencia y su impacto adverso en el progreso humano se ha intensificado, como lo ejemplificaron recientemente en 2017 los huracanes que arrasaron el Caribe, los terremotos en el centro de México y en la frontera Irán-Irak, el brote de peste en Madagascar y las inundaciones históricas en India y Bangladesh. En el primer semestre de 2017, ocurrieron 149 desastres naturales en 73 países, lo que provocó 3,162 muertes, que afectaron a 80 millones de personas y provocaron una pérdida estimada de 32.4 millones de dólares.
A pesar de los avances muy alentadores en la capacidad de gestión del riesgo de desastres en las últimas décadas, la experiencia muestra que ningún país puede asumir que nunca necesitará asistencia internacional para satisfacer las necesidades humanitarias urgentes. Esto es cierto incluso para los países más ricos y mejor preparados, como lo demuestra la experiencia de Japón después del desastre de Fukushima y los Estados Unidos después del huracán Katrina. Si bien el enfoque principal siempre debe estar en la creación de resiliencia y preparación a nivel local y nacional, la preparación básica para la cooperación internacional también debe considerarse esencial.
¿Por qué? Desafortunadamente, una larga experiencia ha demostrado que la buena voluntad (a menudo en abundante suministro) a menudo no es suficiente para evitar problemas regulatorios en grandes operaciones internacionales que socavan la capacidad de las autoridades nacionales de supervisar y coordinar la ayuda internacional, al tiempo que hace que esa ayuda sea menos oportuna, más costosa de entregar y menos eficaz para los más necesitados.
Reconociendo este problema, como se demostró a través de siete años de investigación de casos de estudio y un proceso de consulta global, los estados parte de las Convenciones de Ginebra adoptaron las Directrices para la facilitación y regulación nacional de la asistencia internacional de socorro en casos de desastre y recuperación inicial (también conocida como Directrices 'IDRL ') en la 30ª Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en 2007. Las Directrices están destinadas a ayudar a los estados a desarrollar sus propias leyes, normas y procedimientos para anticipar y prevenir los cuellos de botella y problemas regulatorios más comunes. Desde su adopción, más de 30 países han adoptado nuevas leyes o procedimientos basados en las Directrices IDRL y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han brindado su asesoramiento y apoyo para implementar sus recomendaciones en más de 100 países.
El documento existente, una "Lista de verificación sobre la facilitación y la regulación de la asistencia internacional de socorro en casos de desastre y recuperación inicial" (la "Lista de verificación IDRL"), se ha desarrollado como una herramienta complementaria para ayudar a los estados a utilizar las Directrices IDRL. Es una forma de ayudar a estructurar un proceso de autoevaluación, examinando las disposiciones existentes en relación con las recomendaciones de las Directrices, que a veces puede parecer un poco abrumador desde el principio. La técnica se inspira en la experiencia exitosa con la Lista de verificación sobre derecho y reducción del riesgo de desastres, redactada conjuntamente por la FICR y el PNUD en 2015.