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Fortalecimiento de la coordinación de la asistencia humanitaria de emergencia que prestan las Naciones Unidas - Informe del Secretario General (A/78/73-E/2023/61)

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Asamblea General
Septuagésimo octavo período de sesiones
Tema 74 a) de la lista preliminar*
Fortalecimiento de la coordinación de la asistencia
humanitaria y de socorro en casos de desastre que
prestan las Naciones Unidas, incluida la asistencia
económica especial

Consejo Económico y Social
Período de sesiones de 2023
25 de julio de 2022 a 26 de julio de 2023
Tema 9 del programa
Asistencia económica especial, humanitaria
y de socorro en casos de desastre

Resumen

El presente informe se ha preparado en cumplimiento de lo dispuesto en la resolución 46/182 de la Asamblea General, en la que se solicitó al Secretario General que informara anualmente a la Asamblea y al Consejo Económico y Social sobre la coordinación de la asistencia humanitaria de emergencia. El informe se presenta también en respuesta a la resolución 77/28 de la Asamblea y la resolución 2022/10 del Consejo, y abarca el período comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2022.

En el informe se resumen las medidas adoptadas para reforzar la coordinación y la respuesta humanitarias, se proporciona información sobre las tendencias y l os desafíos en el ámbito humanitario y se formulan recomendaciones, entre otras cosas ante el aumento del sufrimiento humanitario que generan los conflictos, la crisis climática y una desaceleración económica mundial ocasionada, entre otros, por los efectos persistentes de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19).

I. Introducción

Sinopsis de las principales tendencias

1. En 2022 se batieron varios récords devastadores. El número de personas necesitadas de asistencia humanitaria y protección pasó de 274 millones a 348,7 millones con el correr del año debido a los factores combinados de los conflictos, el cambio climático, los desastres, la persistencia de los efectos de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) y una desaceleración económica mundial. Los niveles sin precedentes de sufrimiento pusieron a prueba la capacidad del sistema humanitario y dejaron patente la importancia de una coordinación humanitaria eficaz. Fue el año en que se registró el mayor número de activaciones de la ampliación de todo el sistema humanitario del Comité Permanente entre Organismos. Como siempre, los más rezagados —en particular, las mujeres y los niños, las personas de edad, las personas con discapacidad, los desplazados internos, los refugiados, los solicitantes de asilo, los migrantes y las minorías— se vieron afectados de manera desproporcionada.

2. En un contexto en el que el número de conflictos violentos fue el más elevado desde 1945, y ante la incapacidad para proteger a los civiles, la infraestructura y los bienes de carácter civil que son indispensables para la supervivencia de la población civil, o el incumplimiento de la abstención de atacarlos, millones de personas sufrieron intensamente por las violaciones del derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, el uso del hambre y la violencia sexual como armas de guerra y los obstáculos al acceso humanitario. Según las estimaciones, el 89 % de las bajas en los conflictos armados fueron civiles. Se registró un aumento de la violencia contra los trabajadores humanitarios, y el 98 % de los que resultaron muertos trabajaban en sus propios países. La retórica contra la labor humanitaria y su personal alimentó las amenazas y los ataques contra el personal humanitario. El aumento de las tensiones geopolíticas contribuyó a la inestabilidad, la desconfianza y los conflictos. Los principios humanitarios fueron cada vez más importantes para ayudar a los civiles necesitados, con independencia de dónde se encontraran o quiénes fueran, ante los obstáculos a las operaciones humanitarias.

3. La crisis climática, incluida la degradación de los ecosistemas, se agravó, lo que puso en peligro las vidas, alteró los medios de subsistencia, exacerbó las desigualdades y vulnerabilidades, contribuyó a la inseguridad alimentaria, dio lugar a más desplazamientos, aumentó los riesgos en materia de protección, afectó a la propagación de enfermedades, incrementó la inestabilidad y, en última instancia, aumentó las necesidades humanitarias. En 2022 se registraron en todo el mundo 406 desastres naturales que causaron la muerte de casi 34.000 personas, afectaron a 185,5 millones de personas y ocasionaron daños económicos por valor de 223.800 millones de dólares5 . La crisis climática, junto con la degradación ambiental y sus implicaciones para los recursos naturales, es una amenaza existencial, en particular para los pequeños Estados insulares en desarrollo. Las inundaciones masivas en el Pakistán y los años sucesivos de sequía en el Cuerno de África han sido trágicos jemplos de los costos humanos de los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres relacionados con el clima en 2022.

4. La inseguridad alimentaria y el riesgo de hambruna alcanzaron máximos históricos. En 2022, cerca de 260 millones de personas de 58 países y territorios se vieron en situación de inseguridad alimentaria aguda y de necesidad de asistencia urgente. De ese total, unos 35 millones de personas de 39 países y territorios estuvieron en riesgo de inanición6 . El aumento del número de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda se debió principalmente a los conflictos, a las crisis económicas sucesivas y duraderas, incluidas las ramificaciones en curso de la pandemia de COVID-19, y a los fenómenos meteorológicos extremos. El efecto dominó de la guerra en Ucrania empujó al alza los ya elevados precios de los alimentos y la energía en los mercados internacionales, con las consiguientes repercusiones en el costo de la vida y la inseguridad alimentaria. Esos elevados precios de los alimentos y la energía también empujaron al alza los gastos operacionales de los organismos humanitarios. La creciente inseguridad alimentaria aumentó los riesgos en materia de protección, en particular para las mujeres y los niños.

5. También se mantuvo la marcada trayectoria ascendente de los desplazamientos, que llegaron a un nuevo máximo histórico. El número de desplazados forzosos a causa de los conflictos, la violencia, la persecución o las violaciones de derechos humanos superó los 100 millones de personas. El número de desplazados internos por los conflictos y la violencia superó los 60 millones de personas7 , casi el triple que en 2012. El número de refugiados, que pasó de 27,1 millones a finales de 2021 a 32,5 millones a mediados de 2022, también alcanzó máximos históricos.

6. En 2022 se produjo un retroceso espectacular en los derechos de las mujeres.
En las crisis, las mujeres y las niñas sufrieron de manera diferente y desproporcionada, a menudo a causa de una depredación deliberada. En 2022, todos los grupos temáticos humanitarios denunciaron la violencia de género, incluidas la violencia sexual, la trata y las prácticas nocivas, como uno de los principales problemas de protección, y el 94 % de ellos calificó el riesgo de grave o extremo. La crisis alimentaria mundial ha puesto de manifiesto que las mujeres y las niñas son las que menos comen y las últimas en hacerlo, así como las que más tiempo dedican a conseguir alimentos y agua y las que más distancia recorren con ese fin, lo que aumenta su vulnerabilidad a la malnutrición y la violencia de género. Las mujeres y niñas desplazadas corrieron mayor riesgo de sufrir violencia de género, afrontaron mayores obstáculos en el acceso a los servicios esenciales y a una participación significativa en la adopción de decisiones, y experimentaron más estrés postraumático, depresión y ansiedad.

7. Millones de niños y niñas se quedaron sin acceso a la educación por períodos prolongados de tiempo. Empeoraron los problemas de protección infantil, como la desplazamiento forzoso, los secuestros y las violaciones graves contra los niños en los conflictos armados. Habida cuenta de que, en ocasiones, las escuelas cumplen también la función de proporcionar a los niños comidas nutritivas, la ausencia prolongada de los centros escolares también ocasionó deficiencias en lo que se considera una dieta saludable para los niños.

8. La capacidad mundial para responder a los desafíos en materia de salud pública siguió sometida a una gran presión, pese a que el sistema humanitario continuó adaptándose y respondiendo a los efectos de la pandemia de COVID-19, al aumento del cólera y a los brotes de otras enfermedades, como la enfermedad por el virus del Ébola. Durante varios años, el acceso de los niños a las vacunas ha sido limitado.

9. Gracias a la generosidad de los donantes, que respondieron con la cifra récord de 29.500 millones de dólares a los llamamientos humanitarios coordinados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el personal humanitario permaneció en su puesto y proporcionó alimentos, refugio, atención de la salud, agua y saneamiento, educación, protección, recuperación temprana y asistencia humanitaria esencial de otro tipo a 157 millones de personas en 202211. Sin embargo, el déficit de financiación de los llamamientos humanitarios ascendió a 22.000 millones de dólares, frente a los 18.000 millones de dólares de 202112, lo que ha convertido el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia y los fondos mancomunados humanitarios regionales y para países concretos en un salvavidas de emergencia esencial para millones de personas, en particular en las crisis para las que no se reciben fondos suficientes.

10. En 2023 se necesitarán 54.300 millones de dólares para llevar a cabo programas de asistencia destinados a más de 240 millones de personas de más de 41 países y territorios, como se indica en los planes de respuesta humanitaria 13, que reúnen a entidades de las Naciones Unidas y asociados humanitarios para cubrir las necesidades de las personas en todos los sectores.

11. El sistema humanitario siguió adaptándose e innovando para dar respuesta a los enormes desafíos de 2022, demostrando con ello lo que puede lograrse con una acción coordinada y colectiva de la comunidad internacional y los asociados. Asegurar una acción humanitaria acorde con los principios humanitarios de imparcialidad, neutralidad, humanidad e independencia siguió siendo tan importante como siempre.

12. Si la comunidad internacional no da un giro sustancial para atajar las causas fundamentales de las crisis, las necesidades humanitarias seguirán aumentando. El Secretario General ha hecho llamamientos urgentes —en particular a través de su informe titulado Nuestra Agenda Común— para que se asuma un compromiso renovado con las soluciones políticas, la prevención, la gestión y reducción del riesgo de desastre, la integración de las consideraciones ambientales para fomentar la resiliencia y reducir el riesgo de que se produzcan efectos en cascada y futuras emergencias, la puesta en marcha de medidas relacionadas con el clima concretas y ambiciosas y la movilización de la financiación conexa, la revitalización de la acción para cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y el respeto de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional, en particular el derecho internacional humanitario, el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional de los refugiados. Los eventos multilaterales de la s Naciones Unidas venideros, entre ellos la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Cumbre del Futuro, ofrecen vías para lograr esas transformaciones.