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Cooperación internacional para la asistencia humanitaria en los casos de desastre natural, desde el socorro hasta el desarrollo - Informe del Secretario General (A/78/360)

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Septuagésimo octavo período de sesiones
Tema 72 a) del programa
Fortalecimiento de la coordinación de la asistencia
humanitaria y de socorro en casos de desastre que
prestan las Naciones Unidas, incluida la asistencia
económica especial: fortalecimiento de la
coordinación de la asistencia humanitaria de
emergencia que prestan las Naciones Unidas

Resumen

El presente informe se ha preparado en cumplimiento de la resolución 77/29 de la Asamblea General, en la que la Asamblea solicitó al Secretario General que siguiera mejorando la respuesta internacional a los desastres naturales y que en su septuagésimo octavo período de sesiones la informara al respecto. En él se ofrece una sinopsis de los progresos realizados y se exponen a grandes rasgos las tendencias, las dificultades y las cuestiones temáticas conexas. El informe concluye con recomendaciones para introducir nuevas mejoras. Abarca el período comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2022.

I. Resumen del año

A. Datos sobre desastres correspondientes a 2022

1 . En 2022, el número de personas necesitadas de asistencia humanitaria y protección alcanzó niveles sin precedentes, impulsado por los efectos combinados de la crisis climática, los desastres, los conflictos, las repercusiones socioeconómicas persistentes de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), el aumento de la inflación, las crisis alimentaria y energética y los problemas presupuestarios. Las grandes inundaciones, los ciclones tropicales, las sequías, las olas de calor y los terremotos ocasionaron una pérdida devastadora de vidas y medios de subsistencia, inseguridad alimentaria y desplazamientos, y obstaculizaron los avances hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en muchos países afectados. Los desastres afectaron de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas, las personas mayores, las personas con discapacidad, los Pueblos Indígenas, los desplazados, los pobres y otras personas marginadas y los residentes de los pequeños Estados insulares en desarrollo, los países menos adelantados y los países con conflictos prolongados, y mermaron su resiliencia ante futuras perturbaciones y factores de estrés.

2 . La escalada de la crisis climática está teniendo consecuencias humanitarias catastróficas en todo el mundo, como pusieron de manifiesto en 2022 la prolongada sequía sin precedentes en el Cuerno de África y las devastadoras inundaciones en el Pakistán. El cambio climático supone una amenaza existencial para la humanidad, en particular para algunos pequeños Estados insulares en desarrollo. La crisis climática está alimentando la frecuencia, la intensidad y la magnitud de los desastres, agravando la inseguridad alimentaria, acelerando la degradación del medio ambiente, impulsando los desplazamientos, obstaculizando los esfuerzos por erradicar la pobreza, empeorando las desigualdades, afectando a los derechos humanos, aumentando los riesgos en materia de protección e intensificando la competencia por los escasos recursos naturales.

3 . En 2022, el cambio climático mantuvo su alarmante trayectoria. Los últimos ocho años (2015-2022) han sido los más cálidos desde que hay registros, pese al efecto de enfriamiento del fenómeno de La Niña de 2020-2023. Las concentraciones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2022, tras haber alcanzado máximos históricos en 2021. El contenido de calor oceánico, el aumento del nivel del mar y el deshielo de los glaciares batieron los récords anteriores. La extensión del hielo marino de la Antártida retrocedió a mínimos históricos.

4 . La inseguridad alimentaria y el riesgo de hambruna alcanzaron máximos históricos. En 2022, casi 258 millones de personas de 58 países y territorios se vieron en situación de inseguridad alimentaria aguda2 y necesitadas de ayuda urgente. De ese total, unos 35 millones de personas de 39 países y territorios corrieron riesgo de inanición. Los fenómenos meteorológicos extremos fueron la causa principal de la inseguridad alimentaria aguda de 56,8 millones de personas en 12 países, una cifra que duplica con creces el número de personas (23,5 millones de personas) en 8 países que se vieron en esa situación en 2021.

5 . Las olas de calor extremas ocurridas en 2022 auguran un futuro peligroso. Las previsiones indican que, en los próximos decenios, las olas de calor alcanzarán y superarán los límites fisiológicos y sociales del ser humano en países y regiones que ya tienen ingentes necesidades humanitarias y una vulnerabilidad crónica y que son los menos responsables del cambio climático. Los niños y las personas mayores se ven afectados de forma desproporcionada y corren mayor riesgo de enfermar o morir. Las olas de calor pueden contribuir al colapso de las redes energéticas y los sistemas alimentarios. Según las estimaciones, limitando el calentamiento global a 1,5 °C en lugar de a 2 °C se podría lograr que hasta 420 millones menos de personas se vieran frecuentemente expuestas a olas de calor extremas.

6 . En 2022, el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres registró 412 desastres que afectaron a 186 millones de personas, se cobraron 44.439 vidas y causaron daños materiales por valor de 223.800 millones de dólares. África representó el 66 % del total de personas afectadas en todo el mundo, lo que supone un aumento considerable respecto de la media anual del 9,3 % de los dos decenios anteriores (2002-2021). En el año 2022, se superó la media anual registrada en los dos decenios anteriores de 370 desastres y 187.700 millones de dólares en pérdidas económicas. Las inundaciones fueron el tipo de desastre más frecuente, seguidas de las tormentas. Las temperaturas extremas fueron el tipo de desastre más letal (16.416 muertos), mientras que las sequías fueron el que a más personas afectó (107,4 millones).

7 . Si las tendencias actuales se mantienen, el número anual de desastres en el mundo podría llegar a 560 en 2030, lo que supone un aumento previsto del 40 % durante la vigencia del Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, con un alza de más del 30 % en las sequías y casi el triple de episodios de temperaturas extremas que en 2001 . Según el nndice de Riesgo Climático INFORM, para 2050, más de 1.600 millones de personas pueden estar expuestas a grandes sequías, 300 millones de personas, a inundaciones fluviales, y 70 millones de personas, a inundaciones costeras, y más de la mitad de la población mundial puede estar en riesgo de contraer malaria.

8 . En 2022, los desastres causaron unos 32,6 millones de desplazamientos internos en 148 países y territorios, cifra que representa un aumento de casi el 40 % respecto de los 23,7 millones de desplazamientos de 2021 y supera con creces la media anual de 23,1 millones de desplazamientos registrada entre 2012 y 2021, lo que la convierte en la cifra más alta en un decenio. Los desastres relacionados con fenómenos meteorológicos ocasionaron el 98 % de esos desplazamientos, la mayoría de ellos en Asia. Al menos 8,7 millones de personas en 88 países y territorios seguían desplazadas por causa de algún desastre a finales de 2022, lo que supone un aumento respecto de los 5,9 millones de personas que seguían en esa situación a finales de 2021. Los desplazamientos ocasionados por desastres relacionados con el clima y la inseguridad alimentaria conexa conducen en muchos casos a la disgregación de las familias, el desmoronamiento de los sistemas de apoyo comunitarios, la pérdida de activos e ingresos y el aumento del endeudamiento, y una exposición mayor a la violencia, la violencia de género, la trata, la explotación y los abusos.