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Venezuela

Venezuela emergencia humanitaria compleja: Respuesta humanitaria, desafíos para la sociedad civil

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Por: Vanessa Cartaya Febres, Feliciano Reyna Ganteaume, y Geoff Ramsey

INTRODUCCIÓN

Este documento aborda las características, alcance y obstáculos de la asistencia humanitaria en Venezuela, los desafíos que enfrentan los principales actores que se involucran en la respuesta a la emergencia y sus consecuencias, con particular énfasis en los retos de la sociedad civil. Finalmente, se presentan recomendaciones orientadas a contribuir a la solución de los problemas más relevantes.

Una realidad inédita como la venezolana es difícil de prever. Una de las mayores dificultades que enfrenta la respuesta humanitaria ha sido la ausencia de estadísticas para documentar la emergencia, un esfuerzo deliberado del gobierno como parte de su estrategia de negación de la crisis.

La cotidianidad del venezolano transcurre en un torbellino de dificultades: la desestructuración de las instituciones del Estado, incapacitándolas para prestar los mínimos servicios y para contribuir a la sobrevivencia de sus habitantes, en medio de una economía caótica que luego de cuatro años de hiperinflación y caída del PIB se completa con la más baja producción petrolera en casi 80 años para paralizar el país por falta de gasolina, impidiendo el movimiento de bienes, servicios y población, y amenazando una situación catastrófica que en algunas zonas podría llegar a niveles de hambruna.

Habiéndose destruido además la agricultura y la industria, no queda más que vivir de la riqueza mineral, convirtiendo el “modelo económico” en lo que los expertos califican como “extractivismo primitivo” destruyendo el patrimonio que representa para toda la humanidad la selva amazónica y entregando el territorio y sus riquezas a empresas rusas, chinas y turcas y a grupos irregulares.

Hoy Venezuela se encuentra entre los países que requieren asistencia humanitaria urgente: un territorio en aguda situación de emergencia, en el cual coinciden situaciones como las siguientes:

Las fallas de infraestructura de telecomunicaciones, la censura y represión hacia quienes difunden noticias “inconvenientes”, sean estos periodistas, personal de salud y otros servicios públicos, defensores de derechos humanos o periodistas, se unen a la escasez de combustibles y la cuarentena para mantener convenientemente inmovilizada a la población.

El desvío irregular de ingentes recursos y una corrupción generalizada está en la raíz de este proceso de destrucción que contribuyó a la violación sistemática de los derechos humanos de millones de venezolanos y dio origen a la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) sin precedentes que sufre Venezuela y a una masiva migración en un país que siempre fue receptor de migrantes.

Además de su huella en las condiciones de vida y violación de derechos, se evidencia un “daño antropológico” que ha deja huellas en la ciudadanía. Según Rafael Uzcátegui, coordinador general del Programa Venezolano de Educación y Acción en Derechos Humanos (PROVEA): “No solamente los destinos individuales han sido trastocados, sino la propia imagen que los venezolanos tenían de sí mismos, su identidad, los referentes que le daban sentido como país”.

Por otra parte, el gobierno de Maduro ha demostrado una impresionante resiliencia para mantenerse en el poder a toda costa, que ha dificultado un cambio político pacífico que permita frenar la destrucción.