Naciones Unidas reconoce la estrecha relación existente entre la igualdad de género y la capacidad de recuperación ante los desastres, por eso en las políticas públicas es necesario poner en un pie de igualdad a hombres y mujeres.
Por su parte, el Marco de Acción de Beijing en 1995 estableció el compromiso de los países de trasversalizar la perspectiva de género para la Reducción de Riesgo de Desastres. Para ello es necesario conocer y establecer una serie de indicadores de género como punto de partida para comenzar a trabajar en esta temática e identificar vulnerabilidades.
El Marco de Acción de Hyogo retomó esta temática y estableció que: “Se debe incorporar la perspectiva de género en todas las políticas y procesos de decisión sobre gestión de riesgos de desastre, incluyendo los relativos a la evaluación de los riesgos, alerta temprana, gestión de la información, educación y formación”.
La Dirección Nacional del Sistema Nacional de Emergencias reconoce las diferentes competencias asociadas al hecho de ser hombre o mujer, niño o niña y así como las de la tercera edad. También es consciente que a nivel global existen desigualdades, por lo que en oportunidades como ésta donde se celebra el Día Internacional de la Mujer, reivindica su papel y apuesta al empoderamiento de la mujer ante la ocurrencia de desastres.
La figura femenina constituye una pieza clave en la gestión de riesgo de desastres a pesar de encontrarse en mayor grado de vulnerabilidad y desigualdad. La mujer debe ser en un agente de cambio y por ejemplo, en oportunidad de inundaciones, juega un papel fundamental en los refugios y fundamentalmente durante la fase de recuperación de desastres, ya que cuentan con mayores destrezas por sus indudables capacidades de coordinación, ejecución y de toma de decisiones.