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Las nuevas políticas en el norte de América Central, México y los Estados Unidos dejan el asilo y la seguridad fuera del alcance de muchos niños, niñas y adolescentes migrantes, dice UNICEF

NUEVA YORK, 25 de noviembre de 2019 – “El acceso de los niños migrantes que se encuentran en el norte de América Central, México y los Estados Unidos a la seguridad y la protección internacional se ha reducido considerablemente debido, en gran medida, a la reciente serie de acuerdos y cambios en las políticas adoptados por los gobiernos de la región. En su conjunto, estos factores están teniendo profundas consecuencias para los niños, muchos de los cuales no disponen de opciones seguras para escapar de la violencia y la extorsión, buscar protección o reunirse con sus familiares en el extranjero.

“Al mismo tiempo, las condiciones de los niños y las familias que viven en el norte de América Central siguen siendo muy graves, justo cuando se están cerrando las vías para una migración segura y regular. A pesar de los esfuerzos que se realizan a nivel nacional, la violencia, la delincuencia organizada, la extorsión, la pobreza y un acceso limitado a la educación y a los servicios sociales de calidad siguen formando parte de la vida cotidiana de millones de personas. En esta región se encuentran algunos de los países más violentos del mundo, donde el acceso a la educación y a otros servicios esenciales también es reducida.

“Los nuevos acuerdos de cooperación que se han firmado en materia de asilo significan esencialmente que los niños que son desplazados en la región se verán obligados a buscar protección en los países del norte de América Central. Sin embargo, debido a la delincuencia organizada y a la violencia, muchas zonas de estos países son inseguras incluso para los propios niños que viven allí, sin mencionar a los que llegan de otros lugares.

“En México, los Protocolos de Protección de Migrantes han provocado un aumento en el número de niños migrantes varados en las zonas fronterizas mientras esperan que sus casos de asilo sean tramitados por el sistema judicial de los Estados Unidos, un proceso que puede tomar meses. En muchas de estas zonas, los niños migrantes y sus familias se enfrentan a la explotación, la violencia y el abuso, y carecen de acceso a servicios esenciales.

“Los efectos combinados de los Protocolos de Protección de Migrantes y los nuevos acuerdos de cooperación en materia de asilo están dejando a los niños en una situación de gran riesgo.

“Miles de niños se encuentran atrapados en un ciclo agotador en el que predomina la violencia y la falta de acceso a servicios esenciales en sus países de origen, el peligro en su recorrido migratorio, la detención y situaciones de limbo legal, la deportación y otra vez vuelta a empezar, un ciclo que está desgarrando el tejido social de las familias y las comunidades. Más de 32.000 niños fueron devueltos de Estados Unidos y México a El Salvador, Guatemala y Honduras entre enero y agosto de 2019, el doble de los 15.711 que fueron devueltos durante el mismo período en 2018.

“UNICEF trabaja sobre el terreno en la región para brindar a los niños migrantes y refugiados protección y servicios esenciales dondequiera que se encuentren. También estamos trabajando con las autoridades y las ONGs para ampliar la capacidad de respuesta a las necesidades de los niños migrantes y refugiados, y para garantizar que el interés superior de cada niño reciba la máxima consideración en los procedimientos de migración. Pero se necesita más apoyo de manera urgente.

“Garantizar el bienestar de los niños migrantes requiere una respuesta colectiva de todos los países involucrados, así como de la comunidad internacional. Este esfuerzo debe incluir varios elementos clave:

“En primer lugar, los gobiernos deben dar prioridad a la protección de los niños –independientemente de quiénes son, de dónde vienen o de cómo han entrado en el territorio– y garantizar el acceso a los procedimientos de asilo de manera segura y oportuna. Esto implica proporcionar acceso al territorio a los niños y a sus familias para que puedan solicitar asilo; garantizar una acogida y una atención adecuadas para los niños y las familias; y reforzar los sistemas nacionales de protección de la infancia para proteger y apoyar a los niños.

“En segundo lugar, la comunidad internacional debe proporcionar ayuda y financiamiento que protejan a los niños de la violencia y aumenten las oportunidades de aprender y prosperar para garantizar que los terceros países sean, de hecho, seguros.

“En tercer lugar, la comunidad internacional debería tomar más medidas para ayudar a abordar las graves necesidades de los niños y las familias migrantes en la región –entre ellas el apoyo psicosocial y las opciones de cuidados alternativos– para evitar la detención y la separación familiar, mientras se fortalece de manera sostenible la protección de los migrantes y los sistemas de asilo a lo largo del corredor que va del norte de América Central a los Estados Unidos.

“Por último, los gobiernos de la región y la comunidad internacional deben unirse para abordar las causas profundas de la expulsión de los niños y las familias de sus comunidades: la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades educativas y económicas.

“Si no se toman con urgencia estas acciones, la región podría verse envuelta en una crisis de difícil solución. Las amenazas y las múltiples privaciones están obligando a miles de niños y familias a abandonar sus hogares, pero no hay ningún lugar seguro para ellos. Juntos podemos y debemos hacer que las cosas mejoren para ellos. Podemos ayudar a proporcionar seguridad y oportunidades a los niños, tanto en sus hogares como cuando se encuentran en tránsito”

Contactos de prensa

Christopher Tidey
UNICEF Nueva York
Teléfono: +1 917 340 3017
Correo electrónico: ctidey@unicef.org