Ginebra – Muertes, heridas y largas separaciones familiares figuran entre los sucesos más traumáticos que han trastornado la vida de los niños ucranianos en los tres años transcurridos desde que la Federación de Rusia lanzó su invasión en gran escala, según explica un informe del ACNUDH publicado hoy.
“La ocupación y las hostilidades que la Federación de Rusia lleva a cabo en zonas de Ucrania han causado vulneraciones de derechos humanos en gran escala y han infligido sufrimientos inimaginables a millones de niños. Sus derechos han sido vulnerados en todos los aspectos de la vida, lo que les ha dejado cicatrices profundas, tanto físicas como psicosociales”, declaró el Alto Comisionado del ACNUDH, Volker Túrk.
Entre el 24 de febrero de 2022 y el 31 de diciembre de 2024, la Oficina del ACNUDH comprobó que 669 menores habían muerto y 1.833 resultaron heridos, muchos de ellos como resultado del uso de armamento explosivo en zonas urbanas. Del total, 521 murieron y 1.529 resultaron heridos en territorios bajo control de Ucrania, mientras que 148 murieron y 304 quedaron heridos en los territorios ocupados por las fuerzas rusas. Es probable que el número real de víctimas sea muy superior.
Extensas zonas de Ucrania están ahora sembradas de minas y explosivos como resultado de la guerra, lo que plantea riesgos duraderos para la vida y la seguridad de los menores.
Se calcula que hasta diciembre de 2024, unos 737.000 niños se hallaban en situación de desplazamiento interno a causa de las hostilidades. Un millón setencientos mil más eran refugiados, muchos de ellos separados de uno de sus progenitores, por lo general del padre.
En las comarcas ucranianas ocupadas por tropas rusas, los niños son especialmente vulnerables, indica el informe. En particular durante los meses posteriores a la invasión, las fuerzas de la Federación de Rusia ejercieron una violencia indiscriminada contra la población civil, incluidos los niños.
La Oficina del ACNUDH también comprobó que, en el primer año después de la invasión, al menos 200 menores, incluso algunos que vivían en instituciones, fueron trasladados a zonas ocupadas por las tropas rusas, una medida que podría constituir un crimen de guerra. Pero, al carecer de acceso a la Federación de Rusia o a los territorios ocupados, el personal del ACNUDH no ha podido evaluar cabalmente las dimensiones de esos traslados.
Desde que a finales de 2022 la Federación de Rusia se anexó cuatro regiones de Ucrania, vulnerando el derecho internacional, las autoridades rusas han realizado cambios rápidos y profundos en materia de leyes, instituciones y gobernanza, que han afectado directamente a los derechos humanos de los niños.
Entre otras medidas, han impuesto la obligación de obtener la ciudadanía rusa y los planes de estudio rusos en los colegios, y han prohibido el uso del idioma ucraniano en la educación. Han otorgado prioridad a la formación patriótico-militar en las escuelas y entre las asociaciones juveniles, exponiendo a los niños a la propaganda belicista. Estos cambios son otras tantas transgresiones del derecho internacional humanitario, que obliga a la potencia ocupante a proteger a los menores, respetar su identidad nacional y preservar la continuidad de su educación y su cultura.
Durante el periodo examinado, hubo al menos 1.616 ataques que dañaron o destruyeron instalaciones escolares. Como respuesta, las autoridades ucranianas han aplicado una amplia gama de medidas, entre otras la de exigir que los colegios instalen refugios antiaéreos o que impartan clases en línea. Más de un tercio de los alumnos ucranianos reciben cursos en Internet, de manera total o parcial. Pero las alertas frecuentes trastornan las clases presenciales y los ataques de las fuerzas armadas rusas contra la infraestructura enérgetica de Urania causan apagones frecuentes que impiden total o parcialmente los cursos en línea, a veces durante largos periodos.
Según el informe, pasados tres años de hostilidades constantes, los resultados escolares de los alumnos han disminuido, lo que reduce su futuro recorrido educativo y su capacidad para hacer realidad su potencial, tanto en materia de empleo como en otros ámbitos.
“Es evidente que los niños ucranianos han sufrido una amplia gama de experiencias relativas a la guerra y que todas ellas han tenido graves repercusiones -algunas por estar refugiados en Europa, otras como víctimas directas, bajo la amenaza continua de los bombardeos, y muchas otras por estar sujetas a las leyes y políticas represivas impuestas por las autoridades rusas en las zonas ocupadas”, afirmó el Alto Comisionado.
“Como se explica en el informe, reconocer y abordar las vulneraciones es una tarea fundamental para garantizar un futuro en el que todos los niños ucranianos puedan recuperar sus derechos, su identidad y su seguridad, libres de las secuelas de la guerra y la ocupación”, señaló Türk.
Para leer el informe completo, haga clic en el siguiente enlace:
https://www.ohchr.org/en/documents/country-reports/impact-armed-conflict-and-occupation-childrens-rights-ukraine-24-february