Seis meses después de la caída del gobierno de Bachar al Asad en Siria, supervivientes de su brutal sistema de detención, incluida la tristemente célebre prisión militar de Saydnaya, afrontan devastadoras consecuencias para la salud física y mental en el marco de una acuciante falta de apoyo, ha afirmado Amnistía Internacional. En el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, la organización se hace eco de las asociaciones de supervivientes para reclamar medidas concretas que garanticen los derechos de las personas supervivientes de tortura, incluidas la rehabilitación y la justicia.
El gobierno de Siria tiene la obligación de garantizar el derecho a verdad, justicia y reparación de las personas supervivientes de tortura y otros abusos graves contra los derechos humanos. Amnistía Internacional pide además a los gobiernos donantes que doten con urgencia de fondos a los grupos dirigidos por supervivientes, las asociaciones de familiares y los programas dedicados a apoyar a supervivientes de tortura.
“Durante años, los relatos de tortura, desapariciones forzadas y ahorcamientos masivos en secreto en los centros de detención de Siria hicieron helarse la sangre. Es intolerable que las personas que lograron sobrevivir de estas horrendas mazmorras de tortura tengan que luchar ahora luchando para acceder a tratamiento médico y de salud mental urgente. El gobierno sirio se enfrenta a infinidad de desafíos económicos y políticos, pero aun así debe garantizar, sin la menor demora, que todas las personas sospechosas de responsabilidad penal en la tortura y otros crímenes de derecho internacional comparecen ante la justicia en juicios con garantías ante tribunales civiles ordinarios”, ha declarado Bissan Fakih, responsable de campañas de Amnistía Internacional.
El gobierno sirio, en el poder desde el 29 de marzo, prohibió la tortura en una reciente Declaración Constitucional, que señala que no estará sujeta a prescripción, estableció una Comisión de Justicia Transicional con el objetivo de dirigir los trabajos sobre rendición de cuentas, y ha llevado a cabo algunas consultas con supervivientes. En una reunión celebrada en mayo, el ministro del Interior dijo a Amnistía Internacional que las prisiones más conocidas, entre ellas la Prisión Militar de Saydnaya y la Sección Palestina, no volverían a usarse como prisiones.
El mes pasado, Amnistía Internacional se reunió con supervivientes, asociaciones de supervivientes y organizaciones de la sociedad civil en Siria, asistió a actos organizados por supervivientes y familiares de personas desaparecidas y escuchó sus reivindicaciones, entre otras: garantizar la participación significativa y efectiva de supervivientes y familiares de las víctimas, garantizar reparaciones integrales que satisfagan las necesidades de las personas supervivientes, que incluyen apoyo inmediato en materia de salud física y mental, y garantizar la rendición de cuentas por los crímenes de los que fueron víctimas.
Después de años de tortura y condiciones inhumanas, personas que estuvieron detenidas padecen tuberculosis y dolencias que afectan a sus ojos, articulaciones y nervios. Los dientes rotos a causa de la tortura también son frecuentes entre las personas supervivientes, así como los síntomas compatibles con el trastorno de estrés postraumático.
“Las personas superviviente del conocido sistema de detención de Siria necesitan apoyo médico, psicosocial y jurídico en este momento. Durante este periodo fundamental, los Estados donantes deben restablecer o aumentar la financiación destinada a grupos de supervivientes, organizaciones de la sociedad civil y programas que ofrecen apoyo a personas supervivientes, en vez de reducir o suprimir la ayuda exterior”, ha manifestado Bissan Fakih.
Los supervivientes se apoyan mutuamente ante los recortes de la financiación
Organizaciones dirigidas por supervivientes han dado la voz de alarma ante las graves deficiencias en cuanto a apoyo, sobre todo después de la liberación masiva de personas detenidas tras el derrocamiento del expresidente Al Asad el 8 de diciembre de 2024.
“En el mismo momento en el que las personas salían en libertad de los centros de detención, la financiación se interrumpió”, afirmó Muhannad Younes, de Ta’afi, un grupo de dirigido por supervivientes que ofrece apoyo para la rehabilitación a otras personas supervivientes. Esta organización perdió el 60% de su financiación debido a la suspensión de la ayuda exterior de Estados Unidos, lo que limita gravemente su capacidad para apoyar a supervivientes que quedaron en libertad antes o después de las liberaciones recientes.
Diab Serrih, de la Asociación de Personas Detenidas y Desaparecidas de Saydnaya (ADMSP), creada por supervivientes de la prisión militar de Saydnaya, afirmó: “La reducción general de la financiación de Estados Unidos y Europa aumentará inevitablemente el sufrimiento de las víctimas. Los servicios de salud mental en un país que acaba de salir del conflicto no son un lujo… Son fundamentales para la recuperación y reintegración a largo plazo de las personas superviviente”.
Asociaciones de supervivientes y personas que han quedado en libertad recientemente después de estar detenidas en la Prisión Militar de Saydnaya a las que entrevistó Amnistía Internacional en Damasco afirmaron que las personas supervivientes no han podido o luchan desesperadamente por acceder a atención médica que necesitan con urgencia, en un país en el que gran parte del sistema de atención de la salud se ha desmoronado.
Un activista de Damasco dijo a Amnistía Internacional que había recibido una llamada de un superviviente de Saydnaya en la que le habló de otro superviviente que luchaba para conseguir atención médica: “Necesitaba una resonancia magnética que no pudo conseguir en los hospitales del gobierno. Me dijo que otros supervivientes estaban reuniendo dinero, 600.000 libras sirias [equivalentes a 70 dólares estadounidenses], para conseguirle la prueba médica que necesitaba”.
Abdulmoneim al Kayed, superviviente de Saydnaya liberado el 8 de diciembre, confirmó que supervivientes habían intentado reunir dinero para apoyar a esta persona y a otras que necesitaban atención médica. Esta persona agregó que aunque la respuesta a la tuberculosis había sido rápida, otras necesidades médicas estaban desatendidas. Al menos 12 personas que estuvieron detenidas y con las que él está en contacto siguen necesitando cirugía urgente, especialmente operaciones neurológicas y oftalmológicas, y la inmensa mayoría necesita tratamiento dental por dientes rotos durante la tortura.
Samira Shawarba, de la Unión de Mujeres Supervivientes, hizo hincapié en la necesidad de pruebas médicas integrales, que incluyan análisis de sangre, para evaluar las consecuencias a largo plazo para la salud de años en condiciones de hacinamiento e insalubres sin luz del sol.
La necesidad de apoyo en salud mental es igualmente urgente y en gran medida está desatendida. Al Kayed afirmó: “Intentamos todas las vías posibles para conseguir apoyo psicológico, pero lamentablemente no pudimos encontrarla”.
Ahmed Helmi, de Ta’afi, señaló que muy pocas organizaciones pueden prestar apoyo en salud mental: “El apoyo existe, pero es limitado, especialmente porque la financiación de esas organizaciones ha sido objeto de recortes. Por ejemplo, las organizaciones con las que trabajábamos en apoyo de la salud mental no siempre pueden asumir las derivaciones porque no pueden costearlo”.
Supervivientes y redes de supervivientes hicieron hincapié en que quienes salen de las instalaciones de detención sirias necesitaban apoyo específico y centrado en el trauma para llevar una vida digna.“Los enfoques centrados en las personas supervivientes son esenciales”, afirmó Younes, que explicó que muchas redes de supervivientes de base han adoptado ese tipo de enfoques en su trabajo, y tienen en cuenta que las personas supervivientes sufren pérdida de memoria y que los cuestionarios extensos para brindar ayuda podrían percibirse como interrogatorios a las personas supervivientes de detención.
Shawarba hizo hincapié en el derecho de las personas supervivientes a la rehabilitación, no sólo a corto plazo, sino también a largo plazo que les permita recuperar su independencia y autoestima.
Verdad, justicia y reparación
Personas supervivientes entrevistadas por Amnistía Internacional insistieron sistemáticamente en que la rendición de cuentas es fundamental para su sanación. Al Kayed señaló que muchas familias de personas detenidas habían sufrido extorsión. A su familia le extorsionaron 25.000 euros con la promesa de que quedaría en libertad: “Pido que rindan cuentas los jefes de las unidades de seguridad para que no puedan eludir la justicia, y de todas las personas que comerciaron con nuestras vidas y extorsionaron a nuestras familias”.
Ahmed Helmi, de Ta’afi, afirmó que las garantías de no repetición eran fundamentales para él como superviviente de detención: “Hubo una parte de nuestra vida en la que nos sacaron de la faz de la tierra, nos pusieron en algún lugar detrás del sol y nos sometieron a horrores. Ese lugar y ese periodo siempre serán una mancha negra, que seguirá creciendo hasta que le demos sentido. Y sólo puede adquirir sentido si se convierte en un pilar para garantizar que nuestros hijos nunca pasarán por lo mismo. El valor y el sentido de lo que experimentamos sólo nacen de garantizar que nunca más volverá a ocurrir. Si no podemos garantizar esto, lo que ocurrió carece de sentido”.
Younes explico que las reparaciones van más allá de la indemnización económica: “Las reparaciones también tienen un lado emocional y simbólico… Imaginen todo lo que ocurrió en Siria durante los últimos 14 años, y que embargo no hay vínculo físico alguno entre nosotros y estos recuerdos. No hay placas, ni monumentos conmemorativos. En otros países erigen monumentos y organizan días nacionales. […] No quiero que sea transaccional. Debe tratarse de restablecer la dignidad humana”.
Toda iniciativa de verdad, justicia y reparación debe abordar los derechos de todas las víctimas, incluidas las sometidas a abusos por antiguos grupos armados de oposición. Las autoridades deben pedir asimismo reparaciones de otros Estados y actores no estatales, incluidas empresas, responsables de violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional en Siria.
Información complementaria
Amnistía Internacional ha documentado cómo fuerzas gubernamentales sirias han utilizado durante decenios la detención arbitraria, la desaparición forzada y la tortura para aplastar la disidencia. Durante el régimen de Al Asad, la tortura se utilizó como parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil constitutivo de crímenes de lesa humanidad. Se calcula que más de 100.000 personas han sido objeto de desaparición forzada en Siria, la inmensa mayoría a manos de fuerzas gubernamentales. La organización también ha documentado casos de secuestro, tortura y homicidio sumario a manos de antiguos grupos armados de oposición en Alepo e Idlib. En 2024, Amnistía documentó la detención arbitraria por las autoridades autónomas del nordeste de Siria de decenas de miles de personas, muchas de las cuales estuvieron recluidas en condiciones inhumanas y fueron sometidas a tortura y otros malos tratos.