Las heridas que causan las guerras y la violencia no son sólo físicas sino también dejan marcas imborrables en las almas y mentes de la población afectada
A pesar de haber sido saqueado y permanecer fuera de servicio en las primeras semanas de la guerra de abril de 2023, el Hospital Universitario El Geneina sigue siendo el único hospital de la ciudad. Brinda atención médica gratuita a poblaciones vulnerables. Aborda las consecuencias de la violencia masiva del año pasado y el continuo aumento de necesidades humanitarias.
Este Hospital es el principal centro de atención sanitaria terciaria y secundaria de El Geneina, Darfur Occidental en Sudán, cerca de la frontera oriental con Chad. Situado a un par de horas en automóvil de Adré, atiende a la población local y a las personas desplazadas, en su mayoría mujeres, niñas y niños.
Por la misma época del año pasado, la violencia étnica en Darfur Occidental provocó:
- Dos masacres importantes
- Terribles heridas de guerra
- Violencia sexual
- Un éxodo masivo de personas de El Geneina hacia el este de Chad.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó la violencia y pidió una investigación exhaustiva y una rendición de cuentas. Después de permanecer atrapadas en El Geneina durante dos meses, las personas lograron escapar en junio. Mientras cruzaban la frontera, el hospital de Adré, apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), recibió a más de 800 heridos de guerra en sólo tres días. Nuestros equipos realizaron actividades quirúrgicas que salvaron vidas y ampliaron la atención hospitalaria y los servicios médicos para hacer frente a las llegadas masivas de personas heridas y vulnerables.
Actualmente, nuestro equipo en el Hospital de Universitario El Geneina ha brindado asistencia médica crucial, suministro de agua y de energía, y rehabilitación de las instalaciones, a pesar de la evacuación de una parte del personal en abril del año pasado. De enero a mayo de 2024, nuestro equipo realizó 23,000 consultas ambulatorias aproximadamente. Solo en abril y mayo, el hospital experimentó un incremento del 11% en el número de pacientes en comparación con los tres primeros meses de este año. Este incremento coincide con el incio de la ‘temporada de escasez’ e inseguridad alimentaria.
La desnutrición en Darfur Occidental sigue siendo crítica
“Los datos de los departamentos de pacientes hospitalizados y ambulatorios pediátricos apoyados por MSF en el Hospital de Universitario El Geneina muestran un aumento en los niveles de desnutrición aguda grave del 5%. Desnutrición aguda moderada en un 16% y desnutrición aguda global en un 21%, entre niños y niñas examinados para detectar desnutrición aguda entre enero y mayo de 2024”, informa el Dr. Habib Baharldeen, gerente de actividades médicas de MSF.
El número de ingresos al centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados también se duplicó de enero a abril de 2024. Inicialmente, el hospital tenía 20 camas. Este número aumentó a 34 a mediados de marzo y a 50 en abril de 2024. Dr. Baharldeen.
En respuesta este incremento, en MSF iniciamos pruebas comunitarias de desnutrición puerta a puerta, como parte de la búsqueda activa y el tratamiento de casos, para niños y niñas de entre 6 y 59 meses (aproximadamente cinco años). El número de menores examinados se duplicó en marzo y abril en comparación con enero y febrero, lo que se correlaciona con un mayor número de consultas ambulatorias.
Heridas invisibles
El conflicto ha afectado a los equipos de Médicos Sin Fronteras. Algunos trabajadores han sido evacuados y están trabajando de forma remota, mientras que muchos de los que quedan también han sido desplazados. Hacen lo posible para mantener las actividades y garantizar que se cubra su seguridad y necesidades.
Un miembro de nuestro personal local* nos contó que una noche se encontró atrapado en un dilema como civil y humanitario. Entre la guerra y su deber de apoyar a las personas necesitadas.
Ha pasado un año desde que ocurrió la primera masacre aquí en El Geneina. La situación fue desastrosa debido a la terrible violencia que restringió severamente todo movimiento.
“Había una escasez significativa de personal médico para brindar asistencia médica de emergencia a las personas. No podía garantizar mi propia seguridad si salía de mi casa.
Al comienzo de la guerra, el Hospital de El Geneina fue cerrado porque quedó atrapado en medio de estos enfrentamientos. Cuando la tensión comenzó a disminuir un poco, el personal médico local que permaneció en la ciudad convocó una reunión para discutir la reapertura del hospital debido a su vital importancia para la comunidad. En consecuencia, se tomó la decisión de reabrirlo. En junio de 2023, estaba trabajando por mi propia cuenta. Hacía lo que podía, me coordinaba para mantener partes del hospital en funcionamiento. Cuando el equipo de MSF logró regresar y se dio cuenta de que yo era uno de sus trabajadores, me designaron como su coordinador para muchos servicios. Nunca me fui. Es un deber.
Desde mi niñez en la escuela primaria me apasiona el trabajo humanitario. Mi esperanza para el futuro es trabajar con MSF en el extranjero para ayudar a personas que sufren otras crisis. Creo en la misión global de Médicos Sin Fronteras”.
Aisha Bilal es una promotora de salud de MSF que anteriormente trabajó en el Hospital Universitario El Geneina y ahora se ha unido a nuestro equipo en el campo de tránsito de Adré. Explica su papel dentro de la comunidad de refugiados en el campo y enfatiza su compromiso de mejorar la educación y la concientización sobre la salud entre las poblaciones desplazadas.
“No tuvimos más remedio que huir porque las condiciones de vida en El Geneina se habían vuelto insoportables. Desde el inicio de la guerra en Sudán en abril, era imposible salir de nuestra casa. Tuvimos que permanecer escondidos, sin agua ni comida y bajo constante amenaza. Aunque vivir en un refugio en un campo no oficial en el este de Chad no es fácil, estamos agradecidos por la acogida en el campo de tránsito de Adré y la presencia de MSF.
En El Geneina ya trabajaba como sensibilizadora porque estudié desarrollo comunitario. Entonces, estoy en mi posición de promotora de salud de MSF. Mi función es ayudar a los pacientes y a los equipos médicos a entenderse entre sí.
Como refugiada, tengo las mismas necesidades que todas las personas que acuden al centro de salud para recibir tratamiento. Por la mañana, tan pronto como abre, mis colegas de divulgación y yo estamos en la tienda de triaje para explicar a las personas que esperan qué servicios médicos están disponibles para ellos y las diferentes etapas de atención”.
En los contextos volátiles de las guerras y la violencia entre comunidades, las heridas no son sólo físicas sino también dejan marcas imborrables en las almas y mentes de los afectados. Este impacto se extiende tanto a los pacientes como a los trabajadores humanitarios que trabajan en estos entornos.
Cynthia Matildes, es psicóloga y trabaja en MSF desde 2019. En tres ocasiones ha trabajado en el Hospital Universitario El Geneina: primero en 2021, luego en 2023 y, recientemente, en 2024. Observó las heridas invisibles infligidas tanto a los pacientes como al personal debido a la violencia en El Geneina.
“Muchas de las personas en Geneina son sobrevivientes de la violencia, ya sea que ésta haya sido infligida directamente a ellos o a personas cercanas a ellos, o que hayan sido testigos de ella. Si bien no podemos decir que todas estas personas estén traumatizadas, podemos hablar de “situaciones potencialmente traumáticas”, que las hacen más vulnerables y, a menudo, tienen un impacto negativo en su salud mental. Estas experiencias no excluyen al personal local con el que trabaja MSF, ya que más allá de ser trabajadores sanitarios y humanitarios, forman parte de la población afectada por el conflicto armado.
Creo que una de las cosas que más me ha impactado es haber visto cómo el personal médico y no médico del hospital El-Geneina siguió trabajando incluso durante el conflicto activo, haciéndolo únicamente para ayudar a otros, incluso arriesgando sus propias vidas. Para mí, esto realmente habla de lo que es ser un trabajador humanitario, y es algo que admiro mucho.
Otra cosa que me sorprende es el nivel de fortaleza de la gente de El Geneina para superar las dificultades. Su capacidad para continuar con sus actividades diarias, incluso en tiempos de incertidumbre”.
En el Hospital Universitario El Geneina, las actividades de salud mental incluyen asesoramiento psicológico para niños, niñas y personas adultas. Actividades recreativas y psicosociales para niños menores de cinco años con desnutrición y sus cuidadores. A su vez, sesiones educativas grupales sobre salud mental para todas las edades. Brindamos especial atención a las sobrevivientes de violencia sexual, combinando tratamiento psicológico y médico”.
Estas iniciativas ayudan a reducir la exacerbación de los síntomas y a fortalecer los mecanismos de afrontamiento de los individuos. En las regiones afectadas por la violencia de origen étnico, es imperativo que las personas reciban atención médica integral. No hay salud sin salud mental.
''El apoyo mental y psicosocial es fundamental ya que la salud debe tratarse de manera integral. Debemos recordar que la salud es un estado de bienestar, y esto incluye la salud psicológica, emocional y social.
El problema es que muchas veces no se presta atención a los síntomas o afecciones mentales y emocionales, y no es hasta que ya vemos consecuencias o efectos graves. Por eso muchas de nuestras actividades en El Geneina y en general en MSF se centran en la prevención y la educación, además del tratamiento.''
“Nuestros equipos siempre se benefician al recibir apoyo en salud mental, considerando que existen diferentes niveles de apoyo. No necesariamente me refiero a consejería o terapia psicológica. Creo que, al fin y al cabo, un conflicto armado como el que está ocurriendo en Sudán tiene un gran impacto en la vida de las personas. Por ello, contar con apoyo psicosocial y de salud mental puede ayudar a evitar que las reacciones normales se vuelvan más graves.
Puedo decir, sin lugar a duda, que nuestro equipo en El Geneina está muy motivado para continuar con las actividades de este proyecto”.
Al alcance de las comunidades
En el hospital El Geneina, brindamos un paquete integral de atención pediátrica tanto a pacientes ambulatorios como hospitalizados y administramos un centro de alimentación terapéutica para niños y niñas con desnutrición grave. MSF también apoya al personal del Ministerio de Salud en el hospital a través de incentivos para que puedan mantener una variedad de servicios médicos esenciales para abordar la atención médica de emergencia.
En aldeas alejadas de El Geneina, los centros de salud abandonados subrayan la urgencia de nuestra misión. Esta falta de servicios médicos impulsó a nuestro equipo a realizar evaluaciones de exploración para ampliar el apoyo médico. En mayo de 2024, nuestro equipo de divulgación visitó lugares como Jabal Moon, Sirba, Beida, Habila y Fora Baranga, donde realizamos exámenes nutricionales, tratamos la desnutrición grave, evaluamos centros de salud rurales y distribuimos suministros médicos y nutricionales. Este período marcó un aumento en las consultas, las admisiones y la carga de trabajo general. Probablemente debido a la temporada de escasez y a un aumento en los casos de desnutrición.
Las personas siguen cruzando las fronteras
Al cruzar las fronteras, más de medio millón de sudaneses han buscado refugio en el este de Chad. Desde julio del año pasado, nuestros equipos responden a la afluencia de personas refugiadas en campos como el campo de tránsito de Adré. Por sí solo acoge a más de 180,000 personas refugiadas, según datos de la ONU en mayo de 2024.
En Adré, MSF es el principal proveedor de agua y saneamiento, suministramos el 80% de las necesidades de agua del campo. Nuestras dos clínicas en el campo brindan de 300 a 500 consultas diarias, sumando 53,748 de enero a abril. Los servicios incluyen:
- Vacunas
- tratamiento especializado de la desnutrición
- atención de salud sexual y reproductiva
- consultas de salud mental
- detección y tratamiento de la hepatitis E.
“Las necesidades de la población refugiada sudanesa son inmensas en el este de Chad, donde hay escasez de agua, saneamiento, alojamiento y alimentos. Como ocurre con todas las emergencias, es clave establecer prioridades. Las prioridades provienen de los equipos médicos y de higiene y saneamiento. Sin embargo, comenzar a responder a una crisis requiere que todos (personal médico, logísticos y administradores) comprendan los desafíos de cada uno. Esto nos permite encontrar soluciones de la manera más rápida y eficiente posible. A menudo les digo a todos: seamos conscientes de nuestros límites y seamos realistas”. Beatriz Martínez de la Fuente, excoordinadora de proyectos de MSF en el campo de Aboutengué, donde se asentaron alrededor de 47,000 personas refugiadas.
El desplazamiento de El Geneina a Adré continúa, impulsado no sólo por la violencia sino también, cada vez más, por una grave escasez de alimentos. Muchas personas cruzan a Adré en busca de sustento, agua y descanso, algunas personas con la esperanza de regresar a El Geneina. Mientras que otras se quedan para escapar de las terribles condiciones de la ciudad.
Se necesita una ampliación masiva
Ha pasado casi un año desde que se produjo la violencia y el éxodo de El Geneina a Adré. Desde junio de 2024, otra zona de Darfur, El Fasher, experimenta una agitación violenta que ha provocado desplazamientos y la pérdida de cientos de vidas. Mientras los combates entre los dos bandos beligerantes de Sudán continúan asolando a El Fasher, los hospitales de la ciudad sufren daños y cierran. Además, miles de personas han huido en busca de seguridad y muchas han llegado al campo de Zamzam, donde ya existe una crisis de desnutrición aguda.
Durante meses, MSF ha sido el principal proveedor de salud en la mayoría de las zonas de Darfur con una total falta de atención internacional.
Nuestras actividades en el Hospital de Enseñanza El Geneina se han extendido a áreas normalmente cubiertas por agencias de la ONU, como el suministro de agua y energía.
El equipo de Médicos Sin Fronteras intervino en la respuesta limitada de otros socios humanitarios. La pregunta sigue siendo: ¿hasta cuándo?