Introducción
La firma del Acuerdo de Paz Global en enero de 2005 puso fin a uno de los conflictos armados más prolongados del continente africano y generó esperanzas en la población del sur del país sobre un futuro en paz. Sin embargo, la compleja hoja de ruta para la normalización democrática fijada por el acuerdo, así como la escasa voluntad política y capacidad para llevarla a cabo, no sólo ha generado desasosiego y frustración en la sociedad civil, sino que se ha convertido en tierra abonada para la reaparición de disputas entre las diferentes comunidades que conviven en el sur, alimentadas por las ansias de poder político y económico. El futuro en paz de Sudán vuelve a pender de un hilo ante la inmovilidad de sus dirigentes, del sur y del norte, sumergidos en discusiones alejadas de la realidad de su pueblo y repletas de acusaciones mutuas.