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South Sudan

Informe provisional del Grupo de Expertos sobre Sudán del Sur presentado de conformidad con la resolución 2731 (2024) (S/2024/855)

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Carta de fecha 25 de noviembre de 2024 dirigida a la Presidencia del Consejo de Seguridad por el Grupo de Expertos sobre Sudán del Sur establecido en virtud de la resolución 2206 (2015) del Consejo de Seguridad

Los miembros del Grupo de Expertos establecido en virtud de la resolución 2206 (2015) del Consejo de Seguridad, cuyo mandato se prorrogó en virtud de la resolución 2731 (2024) del Consejo, tienen el honor de transmitir adjunto el informe provisional, presentado de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 18 de la resolución 2731 (2024). El informe se presentó el 1 de noviembre de 2024 al Comité del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la resolución 2206 (2015), que lo examinó el 14 de noviembre del mismo año. El Grupo agradecería que la presente carta y el informe provisional se señalaran a la atención de los miembros del Consejo de Seguridad y se publicaran como documento del Consejo.

(Firmado) Michael Gibb Coordinador Grupo de Expertos sobre Sudán del Sur (
Firmado) Mayank Bubna Experto
(Firmado) Thomas Dubois Experto
(Firmado) Yury Vidakas Experto
(Firmado) Valerie Yankey-Wayne Experta

Resumen

Sudán del Sur es uno de los países con más inseguridad alimentaria del mundo. Casi tres cuartas partes de la población necesita asistencia alimentaria, y la amenaza de hambruna se cierne sobre varias partes del país. El conflicto en el Sudán no solo ha obligado a más de 830.000 personas a buscar refugio en Sudán del Sur, sino que también ha reducido en casi un 70 % los ingresos que el Gobierno de este país obtiene del petróleo.

Los dirigentes de Sudán del Sur han tratado de afrontar y resolver estas crisis interrelacionadas, mientras el proceso político de Yuba se ha visto eclipsado en gran medida por la pugna por el poder, los cargos y el control de unos recursos públicos cada vez más escasos. Actualmente, entre el 7 % y el 12 % de la masa terrestre del país ha quedado anegada como consecuencia de unas inundaciones sin precedentes, lo que ha dificultado aún más la respuesta humanitaria.

El 13 de septiembre de 2024, los dirigentes de Sudán del Sur acordaron prorrogar dos años más el período de transición establecido en el Acuerdo Revitalizado de 2018 para la Solución del Conflicto en la República de Sudán del Sur (el acuerdo de paz). Esta decisión consensuada indica que sigue habiendo espacio para el diálogo político en Yuba, pero también que el acuerdo de paz apenas se ha llevado a la práctica para facilitar la celebración de elecciones libres y limpias y sentar las bases de la siguiente fase de desarrollo del país. En términos más generales, también pone de manifiesto que son pocas las élites de los ámbitos de la política y la seguridad involucradas en el proceso de paz que tendrían mucho que ganar si se acabara con el acuerdo.

Mientras las perspectivas de celebrar unas elecciones democráticas se alejan otros dos años, las élites de Yuba siguen aferradas al poder de nombrar a casi todos los cargos del Gobierno y del sector de la seguridad, así como de decidir a qué se destinan los recursos públicos. El Presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, el partido Movimiento de Liberación del Pueblo del Sudán (MLPS) y las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Sudán del Sur (FDPSS), en particular, han aprovechado eficazmente este control para debilitar a sus oponentes, propiciando las deserciones y reorganizando continuamente casi todas las instituciones del Estado. Cada vez hay menos alternativas para quienes no forman parte de este sistema.

En el estado de Ecuatoria Central, por ejemplo, el Gobierno ha fragmentado eficazmente al Frente de Salvación Nacional favoreciendo varias deserciones destacadas. Sin embargo, esto ha hecho que se intensifique el conflicto con los elementos del grupo que aún siguen operativos y que aumente el pillaje practicado contra la población civil, puesto que, ahora, son varias las facciones que tratan de mantener sus propias operaciones de manera independiente.

La implicación regional sigue siendo clave para que el proceso de paz prospere en Sudán del Sur, y la Iniciativa Tumaini, liderada por Kenya, ha ofrecido cierto grado de esperanza de negociar la paz con varios de los grupos de oposición que siguen existiendo. Sin embargo, los actuales signatarios del acuerdo de paz de 2018 se han opuesto a la creación de nuevos pactos o instituciones por temor a que solo compliquen un proceso de aplicación ya de por sí aquejado de dificultades.

La inestabilidad regional también ha puesto a prueba las fronteras de Sudán del Sur, haciendo necesarias varias intervenciones políticas de alto nivel. En al menos tres de los estados del país, se ha registrado la presencia de numerosos soldados armados de las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Uganda, lo que supone un incumplimiento del embargo de armas, al tiempo que algunos miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido del Sudán han cruzado la frontera septentrional de Sudán del Sur.

La mayoría de la población de Sudán del Sur, que lucha por sobrevivir a una grave emergencia humanitaria, sigue sin saber si sus dirigentes sabrán aprovechar los próximos dos años para lograr lo que no consiguieron durante los seis anteriores.