-
Técnicos de agua, saneamiento e higiene, logística y administración componen el equipo de emergencia que ha salido desde España a Filipinas, con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), para apoyar al equipo de Acción contra el Hambre que ya se encuentra trabajando en la emergencia
-
Las evaluaciones iniciales señalan como prioritario responder a las precarias condiciones de agua, saneamiento e higiene, a la pérdida de medios de vida y a las necesidades de apoyo psicosocial en Cagayan de Oro e Iligan, así como aliviar el hacinamiento de los centros de acogida
-
Las últimas cifras arrojan 1.100 víctimas, más de 1.000 desaparecidos y 695.000 afectados
Madrid, 27 de diciembre de 2011
Tras la identificación de las necesidades más inmediatas de la población realizada por los equipos de Acción contra el Hambre sobre el terreno, la organización va a dar inicio a la distribución de alimentos o dinero en efectivo en pago por la limpieza de escombros y basura, a la distribución de artículos no alimentarios, de kits de higiene y de kits de agua y saneamiento, posibles al apoyo de la AECID y del Servicio de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea, y va a comenzar la habilitación de espacios seguros para niños y de centros de lactancia materna, gracias a la financiación de UNICEF.
Prioridad, las condiciones de los centros de evacuación
La falta de un acceso sostenible y continuado a agua potable para beber y lavar puede convertirse en un serio problema para la salud con el transcurso de los días. “Los centros de evacuación, con más de 70.000 personas actualmente, están superpoblados.
Las instalaciones para dormir, cocinar y comer están muy limitadas. El número de baños es inadecuado y la recogida de basuras se realiza de manera irregular, por lo que el deficiente saneamiento es una de nuestras principales preocupaciones ahora, ante el posible riesgo de enfermedades diarreicas y respiratorias”, señala Marta Val, técnico de agua y saneamiento del equipo de emergencia de Acción contra el Hambre desplazado a la zona. Aproximadamente el 80% del suministro de agua en Cagayan de Oro está cortado, mientras los sistemas de drenaje en muchos centros de acogida no funcionan. En Iligan, un tercio de las fuentes de agua han quedado dañadas y el agua está comenzando a racionarse en algunas comunidades.
Por otra parte, la mayoría de la gente en los centros de evacuación depende de la ayuda alimentaria, ya que ha perdido sus medios de vida y no cuentan con ninguna fuente de ingresos o medios para comprar comida por sí mismos. “Todo apunta a que el suministro de alimentos puede agotarse en cuestión de días. Además, son necesarios utensilios de cocina, a los que es necesario incluir esteras, mantas y ropa”, afirma Juanjo Tarrés, logista del equipo de emergencia de Acción contra el Hambre.
La organización también pondrá en marcha centros de atención psicosocial para brindar apoyo para la recuperación del trauma a los grupos de población más vulnerables como son las mujeres embarazadas y lactantes, los ancianos y los niños, algunos de los cuales han sido separados de sus padres o han quedado huérfanos.
Más de 37.000 viviendas han quedado dañadas o destruidas en Cagayan de Oro, donde la mayoría de las casas e instalaciones comunitarias a lo largo de la orilla del río son inhabitables. En Iligan, las familias desplazadas usan el arcén de las carreteras como refugio temporal. La reparación y reconstrucción de viviendas deber llevarse a cabo cuanto antes, tanto para que las familias afectadas puedan reconstruir sus vidas, como para aliviar el hacinamiento en los centros de evacuación.
Acción contra el Hambre trabaja desde hace diez años en Mindanao con proyectos de agua, prevención de desastres y seguridad alimentaria.