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Pakistan

Cáritas Pakistán rinde cuentas de la ayuda prestada a 250.000 damnificados por la inundaciosnes de 2010

Cáritas. 11 de abril de 2011.- Esta mañana se ha celebrado en Madrid, en la sede de Cáritas Española, un encuentro informativo con monseñor Joseph Coutts, obispo de Faisalabad y director nacional de Cáritas Pakistán; la secretaria nacional de esa Cáritas, Anila J. Gill, y el coordinador para la Gestión de Desastres, Eric Franklin Dayal; que han comparecido junto a Natalia Peiró, directora de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

El objetivo de esta cita, convocada con motivo de una visita relámpago de la cúpula de Cáritas Pakistán a Madrid, ha sido el de rendir cuenta a la opinión pública española sobre los objetivos alcanzados por la red Cáritas en ese país asiático dentro del ambicioso plan de respuesta a la emergencia causada por las devastadoras inundaciones que en agosto pasado arrasaron buena parte del país, causando miles de víctimas y 21 millones de afectados.

Ayuda de emergencia para 250.000 damnificados

Como han detallado los responsables de la Cáritas Pakistaní, gracias a este plan de respuesta a la emergencia ha sido posible distribuir ayuda de primera necesidad – alimentos, productos no perecederos y material de refugio temporal, principalmente— a cerca de 250.000 personas, además de proporcionar ayuda médica de urgencia a otros 62.000 damnificados.

Esta operación humanitaria, que se ha llevado a cabo en las diócesis de Hyderabad, Quetta, Multar, Faisalabad, Rawalpindi, Lahore y Karachi, ha contado con el apoyo financiero de Cáritas Española, que hasta la fecha ha aportado a la misma un total de 200.000 euros.

“Nuestra acción ha estado abierta a todos los damnificados, independientemente de su confesión”, ha explicado monseñor Coutts, un criterio de solidaridad de especial significado en un país como Pakistán, donde los cristianos representan apenas el 2 por ciento de un país de 185 millones de habitantes mayoritariamente musulmanes.

190.000 personas, objetivo de la inminente fase de reconstrucción

Además de agradecer a Cáritas Española la estrecha colaboración prestada en esta emergencia, los responsables de Cáritas Pakistán han venido a Madrid para explicar también los objetivos del inminente plan de rehabilitación y reconstrucción, y que tiene previsto proporcionar durante los próximos dos años vivienda, atención sanitaria y medios de vida a unas 190.000 personas.

Esta fase, que cuenta con un presupuesto cercano a los 7 millones de euros va a ser financiada con las aportaciones de Cáritas Española y de otras Cáritas donantes.

Durante el encuentro informativo se puso sobre la mesa la delicada situación por la que atraviesa el país debido a la violencia extremista ejercida por algunas minorías religiosas contra las comunidades no musulmanas. En este sentido, monseñor Coutts quiso dejar constancia del prestigio del que goza Cáritas en el país. “Somos bien conocidos –aseguró-- y nuestra labor es apreciada por todos, especialmente a partir del trabajo a favor de las víctimas que llevamos a cabo tras el terremoto de Cachemira de 2005, lo que nos permite trabajar codo a codo con las autoridades locales y con el ejército, que está jugando un papel decisivo a la hora de permitir el reparto de la ayuda a las comunidades que han quedado aisladas en las zonas menos accesibles”.

Mayor decisión de la UE en la defensa de la libertad religiosa

El obispo de Faisalabad ha aprovechado su visita a Cáritas Española para instar la Unión Europea “a adoptar una postura más decidida a la hora de defender la libertad religiosa y los derechos de las minorías, ya que no es sólo Pakistán la que está sufriendo este problema”.

Y con relación al reciente nombramiento como asesor especial del presidente del país del hermano de Shahbaz Bhatti, el ministro de Minorías asesinado en marzo pasado, monseñor Coutts ha señalado que esa decisión supone, en su opinión, una voluntad por parte del Gobierno de “reafirmar el trabajo a favor de la tolerancia entre las distintas confesiones y del diálogo interreligioso que caracterizó la trayectoria pública del fallecido, una persona honrada y sensible, respetados por todos”.