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Israel utiliza la privación de agua como un arma de guerra contra la población de Gaza

Exigimos que cesen los bombardeos sobre la Franja y se restablezca inmediatamente el alto el fuego.

En medio de un alto el fuego roto y de centenares de nuevas muertes, las autoridades israelíes están bloqueando el acceso al agua mediante el corte del suministro eléctrico y de combustible, en lo que constituye otra arma de guerra contra la población de Gaza.

MSF pedimos que cesen los bombardeos sobre la Franja y se restablezca inmediatamente el alto el fuego. Asimismo, pedimos a las autoridades israelíes que restablezcan el suministro eléctrico y permitan la entrada de ayuda, incluido combustible, agua y suministros sanitarios, para evitar que sigan muriendo más personas.

“Esta nueva oleada de bombardeos ha matado a cientos de personas en tan solo unos días. Y mientras, las fuerzas israelíes siguen privando de agua a la población de Gaza, cortando la electricidad y bloqueando la entrada de combustible, dos recursos que son necesarios para la infraestructura hídrica, incluidas las bombas de agua”, afirma Paula Navarro, nuestra coordinadora de agua y saneamiento en Gaza. “Para aquellos que llevan año y medio soportando bombardeos implacables, el tener que verse obligados a beber agua no potable o simplemente no disponer de agua suficiente solo agrava aún más su sufrimiento".

Si se agota el combustible, lo que queda del sistema de suministro de agua colapsará por completo, lo que tendría consecuencias inhumanas para los millones de personas que permanecen atrapadas en Gaza. Además de las heridas y muertes provocadas por los combates y los bombardeos, la falta de acceso a agua potable está afectando a las condiciones de vida y la salud de la población. En los centros de atención primaria de salud de Al Mawasi y Jan Yunis, las tres afecciones más comunes que tratamos (ictericia, diarrea y sarna) están directamente causadas por el insuficiente suministro de agua potable.

"El gran número de niños con afecciones cutáneas es consecuencia directa de la destrucción y el bloqueo de Gaza", afirma Chiara Lodi, coordinadora de nuestro equipo médico en Gaza. "Además de tratar a adultos y niños con graves heridas de guerra, nuestro personal está tratando a un número cada vez mayor de niños con enfermedades cutáneas totalmente prevenibles, como la sarna, que no solo es desagradable y molesta, sino que, en casos graves, les hace rascarse la piel hasta sangrar, lo que puede provocar infecciones y llegar a dejar cicatrices permanentes. La causa principal de todo esto se debe a que los niños no pueden asearse, lo que propaga esta y otras infecciones”.

Incluso antes de que los bombardeos de las fuerzas israelíes hicieran saltar por los aires el alto el fuego que estaba vigente desde hacía casi dos meses, Israel ya había bloqueado la entrada de la ayuda humanitaria a Gaza. Como consecuencia, los esfuerzos llevados a cabo por las organizaciones humanitarias para restablecer el sistema de suministro siguen viéndose gravemente lastrados y retrasados por el sistema de autorización de las autoridades israelíes, empeñadas en ver un potencial de «doble uso» en cualquier material que intente entrar en la Franja. La mayoría de los suministros de agua y saneamiento requieren autorización previa por parte de Israel. Es el caso del cloro, de las piezas de repuesto esenciales para las unidades de desalinización de agua, de los generadores, de las bombas de pozo y de los depósitos de agua.

"Las restricciones impuestas por las autoridades israelíes han hecho casi imposible volver a poner en funcionamiento el sistema de suministro de agua", afirma Elena Navarro. "La producción de agua depende de la energía, pero no se permite la entrada de generadores de más de 30 kilovatios. Nos vemos obligados a hacer generadores 'Frankenstein', recuperando piezas de uno para arreglar el otro".

MSF pedimos a las autoridades israelíes que levanten el inhumano asedio a Gaza, respeten el derecho internacional humanitario y asuman sus responsabilidades como potencia ocupante, garantizando el acceso inmediato y sin obstáculos de la ayuda humanitaria a la Franja.

El agua en Gaza

La situación en cuanto al agua y saneamiento ya era extremadamente complicada antes de que Israel hiciera volar por los aires el alto el fuego

  • Incluso antes de los últimos ataques, la crisis del agua en Gaza ya era de por sí terrible debido a los constante cortes de electricidad y agua y a la destrucción de infraestructuras por parte de Israel. Todo esto empeoró después de que las autoridades israelíes cortaran la ayuda que entraba en Gaza el 2 de marzo y cortaran la electricidad una semana después; el 9 del mismo mes. La principal planta desalinizadora de Jan Yunis vio reducida desde entonces su producción, pasando de un total de 17 millones al día a solo 2,5 millones de litros al día.
  • En los meses de enero y febrero de 2025, nuestros equipos llevaron a cabo más de 82.000 consultas de atención primaria de salud, casi una quinta parte de las cuales estaban relacionadas con afecciones vinculadas a la falta de agua e higiene, como infecciones del cuero cabelludo y afecciones cutáneas, como la sarna.
  • Entre enero y mediados de marzo de 2025, produjimos más de 2 millones de litros de agua limpia y distribuyó más de 36 millones. Tras el alto el fuego, comenzamos a hacer distribuciones de agua en el norte de Gaza, incluido el campo de Jabalia, donde la ayuda estuvo bloqueada durante meses.
  • Desde enero de 2024 hasta principios de marzo de 2025, de los 1.700 artículos de agua y saneamiento que solicitamos al amparo del sistema de doble uso, solo el 28% fueron aprobados por las autoridades israelíes. Muchos artículos se quedan en un limbo burocrático, con respuestas de las autoridades que tardan una media de hasta 60 días en llegar, y algunas que superan los 200. Incluso los suministros aprobados pueden ser rechazados después en los cruces fronterizos. En noviembre de 2024, una de nuestras unidades de desalinización tuvo que esperar 85 días para recibir la aprobación de las autoridades israelíes. Sin embargo, a pesar de los intentos que llevan haciéndose cada semana desde el 5 de febrero, la unidad aún no ha entrado en Gaza, ya que los camiones que la transportan siguen siendo rechazados en la frontera.