Hemos visitado Gaza en diferentes momentos desde octubre de 2023 y hemos sido testigos de una cantidad de sufrimiento que va más allá de la imaginación. Esto incluye una zona que Israel declaró unilateralmente como “humanitaria”, mientras la atacaba regularmente. Y, sin embargo, nuestros colegas nos dijeron que la situación es aún peor en el norte de Gaza, una zona a la que no podíamos acceder. Recientemente, la situación allí se ha convertido simplemente en una pesadilla.
Por Isabelle Defourny, presidenta de Médicos Sin Fronetras (MSF) Francia, y Christopher Lockyear, secretario general de MSF
Desde hace semanas, los habitantes de los distritos de Beit Hanoun, Jabalia y Beit Lahia, en el norte de Gaza, se enfrentan a uno de los ataques más despiadados y violentos desde el comienzo de la guerra. La zona está siendo fuertemente bombardeada por las fuerzas israelíes, que una vez más optan por atacar indiscriminadamente zonas enteras, aceptando así enormes pérdidas de civiles. Al mismo tiempo que atacan estas zonas, las fuerzas israelíes emiten órdenes de evacuación que no pueden ser obedecidas. Entre los que intentan huir, muchas personas están expuestas a ser detenidas arbitrariamente, mientras que otras son tiroteadas y bombardeadas mientras huyen. El hecho de que las órdenes de evacuación comenzaran a emitirse 48 horas después del inicio de la operación militar en el campo de refugiados de Jabalia el mes pasado, sólo demuestra que las fuerzas israelíes no tenían intención de perdonar a la población civil, y que estas advertencias son meramente cosméticas.
Hasta hace poco, varios de nuestros propios colegas y sus familiares seguían atrapados en estos distritos y eran testigos de primera mano de esta inhumanidad. Dos de ellos siguen sin poder huir. Están aterrorizados y temen por sus vidas, y con razón: el 10 de octubre, nuestro colega Nasser Hamdi Abdelatif Al Shalfouh murió trágicamente por heridas de metralla en las piernas y el pecho en Jabalia. Unos días después, el 14 de octubre, un fisioterapeuta de MSF y su hijo resultaron heridos por metralla. El 24 de octubre, un ataque israelí contra un edificio mató a Hasan Suboh, otro miembro del personal de MSF, en Jan Yunis, en el sur de Gaza. Nasser y Hasan son el séptimo y octavo colegas de MSF asesinados en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.
Después de dos semanas de asedio total, las fuerzas israelíes ahora están permitiendo que algunos camiones transporten suministros humanitarios dentro del norte de Gaza. Sin embargo, siguen impidiendo que llegue a la zona suficiente ayuda para satisfacer las enormes necesidades, lo que reduce efectivamente las líneas de vida para miles de personas. Desde octubre, el nivel de ayuda permitido en el norte de Gaza, así como en toda la Franja, nunca ha sido tan bajo.
Los hospitales están bajo órdenes de evacuación o directamente atacados. A principios de octubre, las fuerzas israelíes asediaron los tres principales hospitales del norte de Gaza -el Hospital Indonesio, Al-Awda y el Kamal Adwan-, mientras se informaba de que había cientos de pacientes en su interior.
El 22 de octubre, uno de nuestros miembros del personal médico, que encontró refugio en el hospital Kamal Adwan, describió la situación en el interior como desastrosa, con un número abrumador de pacientes y una falta crítica de suministros médicos o equipos para tratarlos. Esto ocurrió antes de que el hospital fuera atacado e irrumpido por las fuerzas israelíes entre el 25 y el 28 de octubre, y luego bombardeado repetidamente -incluidas sus existencias de medicamentos- durante las últimas semanas.
En el norte de Gaza, la infraestructura médica ha sido desmantelada o sólo ha funcionado parcialmente. Esto deja a los hospitales incapaces de tratar a los heridos, especialmente a los pacientes gravemente heridos que, por lo tanto, están condenados a muerte. Escuchamos historias desgarradoras de pacientes que morían debido a la falta de electricidad. Durante las últimas semanas de octubre y la primera semana de noviembre, el número de consultas médicas en la clínica de MSF en la ciudad de Gaza se ha duplicado con creces, debido a la llegada de personas desplazadas desde el norte de Gaza.
Si bien los ataques contra el norte de Gaza parecen particularmente despiadados, parecen ser la continuación lógica de la estrategia adoptada hasta ahora por las fuerzas israelíes en Gaza. Desde el inicio de la guerra, en respuesta a la brutal masacre llevada a cabo por Hamás el 7 de octubre de 2023, hemos visto con horror cómo las fuerzas israelíes iniciaban una campaña de bombardeos indiscriminados. Esta campaña se ha llevado a cabo mientras se emitían órdenes de evacuación que se basaban en la mentira de la existencia de “zonas seguras”, donde la población civil podía buscar refugio de la violencia.
A lo largo de la campaña de muerte y destrucción de Israel, ha surgido un claro patrón de violencia inimaginable: se pide a la población de Gaza que elija entre quedarse, desafiando las órdenes de evacuación, ser asimilada a objetivos legítimos y asesinada, o impidiéndole satisfacer sus necesidades básicas; o marchándose y arriesgando su vida, ya sea durante su viaje, o en el nuevo destino. Al mismo tiempo, no hay esperanza de que lleguen a un lugar verdaderamente seguro fuera de la Franja, ya que todos los pasos fronterizos de Gaza están cerrados desde mayo de 2024. Hemos pedido en repetidas ocasiones la reapertura de estos pasos fronterizos, acompañada de garantías de que se garantice el derecho al retorno de las personas.
En las últimas semanas, las conversaciones en Gaza han sido intensas sobre el llamado “Plan de los Generales” o “Plan Eiland” dentro de las fuerzas israelíes. Se trata de un plan que consiste en expulsar a las personas palestinas de la parte norte de Gaza matándolas, obligándolas a salir o matando de hambre a quienes se quedan. La forma en que se está llevando a cabo la ofensiva en curso en el norte y el lenguaje deshumanizante que las autoridades israelíes han estado utilizando hacia los palestinos, refuerzan la idea de que estamos presenciando la ejecución de este plan.
Las atrocidades se están acumulando a un nivel diferente a todo lo que hemos visto en nuestra experiencia de trabajo con MSF, en algunas de las crisis humanitarias más agudas de las últimas décadas. Israel ha matado a más de 43,000 personas, incluidos casi 14,000 niños y niñas, y ha herido a más de 100,000, según las autoridades sanitarias de Gaza. Nuestros equipos médicos han sido testigos de primera mano de los horrores de esta implacable campaña de bombardeos. Niños y niñas con quemaduras en todo el cuerpo y la cara, muchos con las extremidades aplastadas después de haber sido enterrados bajo los escombros durante horas, otros que tuvieron que enfrentarse a amputaciones sin anestesia, y cuerpo tras cuerpo siendo llevados a nuestras instalaciones médicas.
Las fuerzas israelíes han fracasado reiterada y sistemáticamente a la hora de salvar al pueblo de Gaza. Han continuado su aniquilación de la Franja, haciéndola inhabitable. Durante nuestras visitas, aunque esperábamos lo peor, nos sorprendió la magnitud de la destrucción: casas, sistemas de agua y electricidad, escuelas, universidades, mezquitas, iglesias, hospitales, archivos públicos, sitios históricos, todo arrasado. Sumando más del 66% de los edificios existentes, según las Naciones Unidas. Algunos de nuestros 800 colegas en Gaza nos contaron cómo la ofensiva israelí ha destruido el tejido social, sus esperanzas e incluso sus recuerdos; objetos, imágenes y otros vínculos con su pasado han sido destruidos. Todos los componentes de una sociedad han sido destruidos.
En enero de 2024, la Corte Internacional de Justicia ordenó que Israel desistiera de matar a personas palestinas, pusiera fin a su desplazamiento forzado de sus hogares, garantizara su acceso a la asistencia humanitaria y tomara todas las medidas a su alcance para poner fin a la destrucción de la vida en Gaza. Diez meses después, no se ha hecho ningún esfuerzo tangible para prevenir un genocidio. Por el contrario, las fuerzas israelíes siguen matando a decenas de personas y obstruyendo deliberadamente la entrega de ayuda. La votación del Parlamento israelí, la Knesset, el 28 de octubre a favor de prohibir el OOPS es el último golpe devastador para poder proporcionar ayuda a la población palestina. Es momento de que Israel deje de ignorar abiertamente el fallo de la Corte Internacional de Justicia, y sus aliados pongan fin a su apoyo a la campaña israelí de destrucción de los palestinos de Gaza.