
Denunciamos en ‘Infligir daño y denegar asistencia’, un nuevo informe que publicamos hoy, la escalada de ataques y obstrucciones a la atención sanitaria a cargo de las fuerzas israelíes. Como potencia ocupante, Israel tiene la obligación legal, en virtud del derecho internacional, de garantizar el acceso a la asistencia sanitaria y proteger al personal médico. Pedimos que ponga fin a la violencia contra el personal sanitario, los pacientes y los centros de salud, y que deje de obstaculizar al personal médico en su labor de salvar vidas.
Las fuerzas israelíes y los colonos han incrementado el uso de la violencia física extrema contra los palestinos en la Cisjordania ocupada desde que comenzó la guerra total contra Gaza en octubre de 2023. En total, al menos 870 palestinos y palestinas han muerto y más de 7.100 han resultado heridos entre octubre de 2023 y enero de 20251. Según nuestro nuevo informe ‘Infligir daño y denegar asistencia’ que publicamos hoy, la escalada de violencia en Cisjordania ha obstaculizado gravemente el acceso a la asistencia sanitaria y forma parte de un patrón de opresión sistémica por parte de Israel que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha calificado de segregación racial y apartheid.
El informe, que abarca el periodo de octubre de 2023 a octubre 2024, se basa en entrevistas en profundidad a 38 pacientes y miembros de nuestro personal, paramédicos de hospitales y voluntarios que reciben nuestro apoyo, que denuncian las prolongadas y violentas incursiones militares israelíes y las restricciones de movimiento más severas, que han obstaculizado gravemente el acceso a servicios esenciales, en particular la atención sanitaria. La situación se ha deteriorado aún más desde el alto el fuego en Gaza y ha agravado las terribles condiciones de vida de muchos palestinos, que están provocando un inmenso daño físico y psicológico.
“Los pacientes palestinos están muriendo porque simplemente no pueden llegar a los hospitales”, afirma Brice de le Vingne, nuestro coordinador de emergencia.
“Los pacientes palestinos están muriendo porque simplemente no pueden llegar a los hospitales”, afirma Brice de le Vingne, nuestro coordinador de emergencias, y continúa: “Estamos viendo ambulancias bloqueadas por las fuerzas israelíes en los puestos de control mientras transportan pacientes críticos, instalaciones médicas rodeadas y asaltadas durante operaciones en curso y trabajadores sanitarios sometidos a violencia física mientras intentan salvar vidas”.
Nuestros equipos han sido informados de un aumento del número de ataques contra el personal y las instalaciones médicas, incluidos ataques a hospitales, destrucción de emplazamientos médicos improvisados en campos de refugiados, así como acoso, detención, lesiones y asesinato de rescatistas y trabajadores médicos por parte de las fuerzas israelíes. Entre octubre de 2023 y diciembre de 2024, la OMS ha registrado 694 ataques contra la asistencia sanitaria en Cisjordania, con hospitales y estructuras sanitarias a menudo asediados por la fuerza militar. Los trabajadores sanitarios expresan una sensación de inseguridad, ya que con frecuencia son acosados, detenidos, heridos e incluso asesinados.
“Las fuerzas israelíes rodearon el punto de estabilización [en Tubas] y cerraron sus dos entradas, a pesar de que estaba muy claro que se trataba de un edificio médico. Ordenaron a todos los paramédicos que salieran del punto de estabilización. Éramos unos 22 paramédicos. Los soldados israelíes dispararon dentro y fuera del edificio, dañando nuestros suministros y el punto de estabilización”, cuenta un médico de la Media Luna Roja Palestina, apoyado por MSF.
En caso de emergencia médica, las restricciones de movimiento pueden tener consecuencias mortales. En este contexto, el acceso a la asistencia sanitaria se ha visto gravemente obstaculizado por los bloqueos y ataques a los movimientos de ambulancias y la escalada de violentas incursiones militares que han causado heridos, víctimas mortales y la destrucción de infraestructuras civiles vitales, como carreteras, asistencia sanitaria, tuberías de agua y sistemas eléctricos, sobre todo en los campos de refugiados de Tulkarem y Yenín. En las zonas remotas y en las afueras de ciudades como Yenín o Nablús, la situación es especialmente grave, ya que las personas con enfermedades crónicas, como los que necesitan tratamiento regular de diálisis, se ven obligados a quedarse en casa debido a los insostenibles obstáculos para acceder a la asistencia sanitaria.
Además de las frecuentes incursiones militares israelíes, la violencia de los colonos y la expansión cada vez mayor de los asentamientos han dejado a muchos palestinos vulnerables a la violencia y con miedo a moverse por Cisjordania. En total, la OCHA ha informado de 1.500 ataques de colonos israelíes contra palestinos entre octubre de 2023 y 2024.
Entre octubre de 2023 y diciembre de 2024, la OMS ha registrado 694 ataques contra la asistencia sanitaria en Cisjordania, con hospitales y estructuras sanitarias a menudo asediados por la fuerza militar.
Como potencia ocupante, Israel tiene la obligación legal, en virtud del derecho internacional, de garantizar el acceso a la asistencia sanitaria y proteger al personal médico. El sistema sanitario de Cisjordania está sometido a una enorme presión y se ve forzado a un estado de emergencia perpetuo.
Pedimos a Israel que ponga fin a la violencia contra el personal sanitario, los pacientes y los centros de salud, y que deje de obstaculizar al personal médico en su labor de salvar vidas.