La organización está trabajando en la zona para mitigar los efectos de la falta de alimentos y evitar un impacto más grave en la población afectada.
En el =FAltimo periodo de lluvias las precipitaciones fueron irregulares, llegaron tarde y cesaron antes de lo habitual. Debido a esta situación y al proceso de desertificación que vive el país, la producción de las cosechas ha disminuido en más de un 30% respecto al año pasado, lo que ha provocado una situación de crisis alimentaria crítica para más de siete millones de personas. Las zonas más afectadas son Diffa, Zinder y Tahoua. Se estima que habrá 378.000 nuevos casos de malnutrición severa y 1.2 millones de nuevos casos de malnutrición moderada registrados durante los próximos 12 meses en Níger, si no se toman medidas para fortalecer la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables.
La población de las zonas más afectadas ha comenzado a utilizar mecanismos de subsistencia, tales como reducir la cantidad y el n=FAmero de comidas diarias, la venta del ganado y la madera, o la utilización de los stocks de grano de los bancos de cereales comunitarios, lo que implicará en un futuro una disminución de sus recursos y bienes productivos. La mendicidad también ha aumentado y muchos hombres se desplazan a las ciudades en busca de trabajo. Pero esta crisis alimentaria tendrá consecuencias desastrosas sobre todo para la salud de los más pequeños. Los niños desnutridos están más expuestos a contraer infecciones y enfermedades diarreicas y no podrán ir a la escuela. Seg=FAn las autoridades del país vecino de Nigeria, cientos de mujeres y niños procedentes de Níger han comenzado a cruzar la frontera del país en busca de alimentos. Actualmente, voluntarios de la Cruz Roja Nigerina prestan asistencia en varios centros de salud del país para detectar la desnutrición infantil y distribuir una mezcla de maíz y soja a niños aquejados de desnutrición moderada y aguda severa.
Se prevé que sin una intervención humanitaria de urgencia, la inseguridad alimentaria llegará a su punto álgido entre julio y septiembre. Cruz Roja Española, con el apoyo de la AECID, está trabajando en la zona para mitigar los efectos de la falta de alimentos y apoya a las comunidades en su capacidad de recuperación. Para ello la organización está llevando a cabo actividades de "dinero por trabajo", aprovisionamiento de bancos de cereales comunitarios y distribución de semillas mejoradas para los hogares más vulnerables. Además, Cruz Roja Española tiene previsto el envío de más delegados para reforzar su delegación en la zona y realizará actividades para continuar reforzando la seguridad alimentaria a corto plazo, y apoyar a los centros nutricionales de las regiones de Tahoua y Maradi en el tratamiento y prevención de los casos de malnutrición infantil.
El pasado mes de marzo la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) hizo un llamamiento de emergencia por valor de 677.278 euros para ayudar a la Cruz Roja Nigeria a prestar asistencia a 300.000 personas de 120 pueblos durante nueve meses.
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