Nicaragua sufrirá este año las consecuencias del fenómeno natural “El Niño”, entre los meses de junio y agosto, sin que se precise con mayor exactitud el período, para el cual el país hace años está trabajando con vistas a disminuir las afectaciones agropecuarias y en la distribución de agua potable para el consumo humano, afirmó el ingeniero Marcio Baca
Tras participar este lunes en el Encuentro Nacional de Gobiernos Municipales, el director de Meteorología del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) subrayó que los centros internacionales coinciden en la presencia este año de “El Niño”, señalándose que ello conllevará a una mala distribución de las lluvias y también a una disminución de las precipitaciones, teniendo en cuenta el comportamiento histórico.
Ineter, apuntó, hace años que se prepara para este fenómeno, para lo cual se prevé el uso de semillas precoces, más resistentes a la falta de agua y de rápido crecimiento, así como la determinación de las regiones más húmedas para utilizar esos suelos en la siembra y disminuir los daños.
Señaló que este tema se trató con los 153 alcaldes del país, porque otro elemento de gran importancia es el uso racional del agua en cada una de las viviendas, evitar el derroche en el uso del preciado líquido, tratando de hacer lo que sea necesario con el menor gasto posible.
Otro aspecto que se plantea para estos casos es el de preparar recipientes y hacer canales en los techos para acopiar el agua de lluvia y poderla utilizar en diversas tareas, como en el riego de cultivos, el abastecimiento a animales y otros fines domésticos, con un máximo de aprovechamiento.
El directivo de Ineter señaló que este año las lluvias de invierno estarán presentes después del 15 de mayo, las cuales podrán mostrarse normalmente hasta finales de ese mes, por lo que será junio el mes con más probabilidades de la presencia de “El Niño”, con la prevista escasez de lluvias. No obstante, insistió, no se puede fijar un período determinado, por lo que los productores deben tomar medidas desde el mismo inicio del invierno.
José Antonio Milán, experto en cambio climático y asesor del Ineter, señaló que durante “El Niño” las lluvias disminuyen entre un 30 y 50 por ciento, por lo que cada productor, así como en cada vivienda, se deben tomar las medidas de ahorro necesarias y mejor uso del agua, tanto potable como de lluvia.