GINEBRA – Frente a años de sufrimiento y abusos, la gran mayoría del pueblo de Myanmar se muestra unido para desafiar al autoritarismo y la violencia de los militares, según concluye un informe de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en el que se hace un llamamiento a impulsar una nueva acción a nivel internacional para poner fin al monopolio de poder de los militares y para apoyar las aspiraciones democráticas del pueblo de Myanmar.
"Desde que los militares acabaran con la senda democrática de Myanmar en 2021, el país ha venido soportando una crisis de derechos humanos de proporciones cada vez más catastróficas, caracterizada por violencia y atrocidades incesantes que han afectado a todos los aspectos de la vida en Myanmar," afirmó el Jefe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Volker Türk.
"Durante los últimos meses, mi Oficina ha venido realizando consultas a la población de Myanmar perteneciente a todas las comunidades étnicas, sectores y grupos demográficos, prestando una atención especial a las voces de los jóvenes, para conocer cuál es su visión de futuro," declaró el Alto Comisionado. "Todos y todas se han mostrado unidos en un mensaje único: no quieren ser gobernados por las armas, sino que sueñan en cambio con vivir en una sociedad pacífica, inclusiva y democrática."
Teniendo prevista su presentación ante el Consejo de Derechos Humanos el 1 de julio de 2025, el informe destaca la importancia de abordar las causas originarias de esta crisis, entre las que se incluyen la concentración ilimitada del poder político y económico en manos de los militares, una impunidad generalizada, la instrumentalización de leyes e instituciones para servir a los intereses del poder militar, así como un sistema general de gobernanza basado en discriminación racial estructural, exclusión y división.
El informe identifica cuatro ámbitos clave en el camino a seguir: rendición de cuentas, gobernanza efectiva, desarrollo sostenible, además de las acciones que lleven a cabo partes interesadas a nivel internacional y regional.
El informe identifica también "las partes integrantes del cambio", las cuales vienen a ser las mujeres, los jóvenes, las organizaciones de la sociedad civil y las redes comunitarias, los actores en favor de la democracia y los medios de comunicación. Las opiniones reflejadas en el informe apelan a desmantelar las instituciones y estructuras económicas bajo control de los militares, y apuntan de manera específica al dominio y explotación por los militares de la economía y los recursos naturales para su propio enriquecimiento.
Antiguos prisioneros políticos hicieron hincapié en el papel que juega un poder judicial instrumentalizado como cómplice en las violaciones de derechos humanos ocurridas, donde se considera que los jueces incumplen de forma sistemática su deber de ejercer una autoridad independiente, llegando a condenar a personas sobre la base de pruebas de culpabilidad poco sólidas, y enviando a prisión a miles de ellas. Distintos abogados subrayaron que el sistema judicial ha quedado completamente subordinado al poder militar, por lo que será necesario una reforma completa para poder recuperar la confianza de la población en el sistema.
Existe también un reconocimiento al alza de violaciones y abusos de derechos humanos cometidos en el pasado, incluyendo contra minorías y otras comunidades marginadas, como los Rohingya. Es fundamental que los responsables pertenecientes a todas las partes de estas acciones comparezcan ante la justicia, de acuerdo con normas internacionales. El informe destaca la importancia de la responsabilidad penal, ya se aplique a través de sistemas jurídicos a nivel nacional, internacional o híbridos, como parte de un conjunto más amplio de medidas de justicia de transición. El informe incluyó también opiniones expresadas de forma sistemática acerca de la necesidad de poner en libertad a todos los prisioneros y prisioneras políticos, entre ellas Aung San Suu Kyi.
Mencionando varios logros conseguidos por las comunidades a la hora de establecer instituciones locales y formas de gobernanza, el informe puso de relieve que muchas zonas del país han empezado a diseñar estructuras democráticas empezando por la misma base, a menudo contando con una participación cada vez mayor de mujeres en este proceso.
El informe también documentó que personas que habían huido de sus hogares expresaron de forma casi unánime su intención de regresar a sus casas, en cuanto fuera seguro, y de contribuir a la creación de una sociedad justa y democrática. Una vía práctica vital para prestar apoyo a estas personas mientras persista esta situación, es otorgarles una condición legal formal y a largo plazo en aquellos países donde hayan buscado refugio y protección, con la posibilidad de acceder a asistencia sanitaria, educación y empleo. Esta circunstancia se aplica de forma particular a los Rohingya, para quienes aun no existen las condiciones previas de seguridad, ciudadanía y derechos necesarias para hacer realidad un posible retorno sostenible.
Debido al agravamiento de la seguridad alimentaria en Rakhine y a las restricciones drásticas en ayuda humanitaria en Bangladesh, es imperativo mantener y aumentar el apoyo que reciben, asegura el informe. El grupo ASEAN de Estados y otros interesados deberían explorar posibles opciones para ofrecer asistencia transfronteriza con el fin de aliviar el sufrimiento del pueblo Rohingya.
El pueblo de Myanmar, añade el informe, exige un planteamiento más eficaz y decidido por parte de la comunidad internacional en general, que incluya incluso sanciones específicas que sean adecuadas, así como de una cooperación política con las fuerzas democráticas y las estructuras de gobernanza que se están creando.
"Este informe subraya la importancia de planificar el día después, cuando los derechos humanos se sitúen como ejes del nuevo Myanmar," explicó Türk. "Existen personas y grupos de personas con gran determinación, recursos y valores movilizándose y creando las condiciones para dar forma a un futuro inclusivo y democrático. Ellos y ellas suponen un ejemplo modélico de esperanza en conseguir un futuro en paz."
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