Miles de migrantes en el éxodo llegaron desde el domingo a la Ciudad de México donde reciben atención en el estadio Jesús Martínez ‘Palillo’, en la Ciudad Deportiva en el oriente de la capital.
Agencias de la ONU y organismos de la sociedad civil mexicana presentes en el terreno esperan la llegada de más personas y llaman a las autoridades y a la sociedad mexicana a solidarizarse con los migrantes centroamericanos, y combatir la xenofobia.
Un éxodo colectivo
“La situación es de un éxodo colectivo de migrantes a través del territorio mexicano, dijo Jan Jarab, Representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
“Falta la respuesta adecuada y coordinada en términos humanitarios, lo que sí es muy preocupante porque hay centenas de niños en esta caravana migrante; niños que sufren enfermedades, que están sufriendo deshidratación, están caminando en unas condiciones climáticas del sol muy fuerte”, subrayó.
Según cifras de UNICEF, unos 2,000 niños viajan con la caravana y han estado expuestos a temperaturas muy altas, con acceso limitado a refugios.
“Unicef lo que ha pedido a los mexicanos es empatía y solidaridad con estos niños que, como digo, antes que migrantes son niños y sus derechos tienen que ser respetados”, aseveró Rocío Ortega, oficial Nacional de Abogacía y Comunicación de Unicef México.
La respuesta ha sido por parte de la sociedad civil
En las rutas del éxodo hacia la Ciudad de México, “la respuesta ha sido más bien por parte de la sociedad civil y de las defensorías institucionales”, recalcó Jarab en entrevista con ONU noticias.
“Desde Tapachula, nos demostraron mucho apoyo. Gente humilde que sacó lo poco que tenía en sus hogares para brindarla a las personas que veníamos. Gente que nos miraba cansada, nos llevaba un poco más adelante”, destacó David Eduardo, migrante de nacionalidad salvadoreña de 38 años.
“Si pueden, que echen una mano. Hay mucha gente que no tiene zapatos, que vienen con sus pies con llagas, y que necesitan mucho apoyo… Alimentación, ropa, calzado y hasta apoyo psicológico”, pidió el migrante centroamericano.