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El seísmo de magnitud 9,31 que se produjo en el océano Índico, en la isla indonesia de Sumatra el 26 de diciembre de 2004, es uno de los diez seísmos más mortales y el tsunami más grave de la historia, causando más de 200.000 fallecidos en todo el perímetro que comprende el océano Índico
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Desde entonces, Acción contra el Hambre ha integrado la reducción de los riesgos por desastres naturales y la adaptación al cambio climático como uno de sus principales ejes para prevenir la desnutrición
Hace ya 10 años, la corteza oceánica a lo largo de 1.600 kilómetros, se vio elevada 6 metros. Veinte minutos más tarde tuvo lugar un tsunami de más de 30 metros de altura que devastó las costas de Indonesia, Sri Lanka, el sur de la India y el oeste de Tailandia.
Acción contra el Hambre, presente en Sri Lanka desde 1996 y en Indonesia desde 1997, reaccionó de inmediato. “Cuando llegué a Banda Aceh, la destrucción del paisaje era algo sobrecogedor. A mí me impresionó especialmente el silencio, la falta de niños, quizás simplemente porque los más débiles no pudieron ponerse a salvo”, comenta Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre, que pudo desplazarse a la zona cero pocas horas después del desastre.
Durante los primeros días se pusieron en marcha intervenciones de máxima urgencia como el saneamiento de los campamentos de la población desplazada, la distribución de agua potable y el reparto de kits de primera necesidad, entre otras. Tras esta respuesta inmediata, la emergencia dio paso a una fase de rehabilitación que buscaba establecer el camino hacia la autonomía de la población afectada, que derivó en la reconstrucción intensiva de las zonas afectadas. Asimismo, Acción contra el Hambre continuó con sus programas de recuperación agrícola, de apoyo a las actividades generadoras de ingresos y de agua y de saneamiento. Actualmente, en Indonesia los programas de prevención de catástrofes y de gestión de riesgos han tomado el relevo a los destinados a la rehabilitación y reconstrucción de medios de vida e infraestructuras.
Lecciones aprendidas
“Los estragos del tsunami sacaron a la luz la falta de preparación para afrontar un desastre de esta magnitud. Como consecuencia, ha progresado la idea de que si bien no podemos evitar que se produzcan este tipo de catástrofes, lo que sí podemos hacer es prepararnos y anticiparnos para disminuir considerablemente su impacto”, señala Fabrice Carbonne, director de Acción contra el Hambre en Indonesia.
El tsunami ha supuesto un giro en el ámbito humanitario. Tras esta catástrofe, Acción contra el Hambre trabaja capacitando a la población para asegurar su empoderamiento y minimizar o evitar las pérdidas causadas por desastres naturales o de origen humano mediante la puesta en práctica de medidas de preparación, de mitigación y de prevención, al mismo tiempo que se fortalece su resiliencia con el fin de proteger sus vidas y sus medios de subsistencia contra nuevos impactos. Indonesia, un país constantemente expuesto a catástrofes naturales debido a su ubicación geográfica, ha llegado a desarrollar un nuevo protocolo de respuesta y preparación y hacer a las comunidades más resistentes.
“Los desastres naturales y de origen humano van a ser cada vez más frecuentes a lo largo de las próximas décadas, y los impactos espontáneos alcanzarán a gran número de personas en todo el mundo. Pero sabemos que pueden prevenirse. Podemos ayudar a la población a estar preparada para hacerles frente y mitigar sus daños. Filipinas, un país azotado por más de 20 tifones cada año, nos ha dado alguna lección en este sentido últimamente. Gestionar el riesgo ante desastres naturales puede salvar millones de vidas cada año. Eso fue lo que nos enseñó el tsunami”, concluye Olivier Longué.
BALANCE DE ACTIVIDADES EN INDONESIA
SEGURIDAD ALIMENTARIA
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286.029 raciones de alimentos distribuidas
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21.631 personas se beneficiaron de los programas actividades de dinero por trabajo
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23.116 personas se beneficiaron de actividades generadoras de ingresos
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700 hectáreas de cultivos rehabilitadas
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143.819 personas se beneficiaron de las actividades de seguridad alimentaria
AGUA Y SANEAMIENTO
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1.211 puntos de agua rehabilitados, construidos, limpiados o provistos
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1.043 duchas y áreas de lavado construidos y mantenidos
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Se habilitaron 24.738 puntos de distribución de agua mediante camiones cisterna
o 58.500 litros/día en 2005
o 30.500 litros/día en 2006
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se llevaron a cabo 557 sesiones de fomento de la higiene
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27.590 personas se beneficiaron de las actividades de agua y saneamiento
1.714.097 personas se beneficiaron de los proyectos de Acción contra el Hambre en Aceh
BALANCE DE ACTIVIDADES EN SRI LANKA
AGUA Y SANEAMIENTO
- 3.554 letrinas, duchas y áreas de lavado habilitadas
- 3.674 puntos de agua rehabilitados, saneados y construidos:
- Acceso a agua potable: o 160.000 litros/día para 12.500 personas en 2005 o 98.000 litros/día para 19.795 personas en 2006
- 37.681 kits de higiene distribuidos
- 100.000 personas se beneficiaron de las actividades de agua y saneamiento
SEGURIDAD ALIMENTARIA
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3.411 kits para la reconstrucción (herramientas, utensilios para la limpieza y la cocina) repartidos
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500 hectáreas de cultivos habilitadas y 1.082 árboles frutales plantados
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más de 65.000 personas se beneficiaron de las actividades de seguridad alimentaria
165.000 personas se beneficiaron de los proyectos de Acción contra el Hambre en Sri Lanka
Acción contra el Hambre es una organización humanitaria internacional e independiente que combate la desnutrición infantil a la vez que garantiza agua y medios de vida seguros a las poblaciones más vulnerables. Intervenimos en más de 45 países apoyando a más de nueve millones de personas. Nuestra visión es un mundo sin desnutrición; nuestro primer objetivo, devolver la dignidad a quienes hoy viven amenazados por el hambre.