1,6M PERSONAS EN NECESIDAD
0,8M POBLACIÓN META
$138M REQUERIMIENTOS (US$)
A pesar de los importantes logros y avances alcanzados durante 2024, Honduras sigue enfrentando un panorama humanitario complejo, derivado de un contexto en el que persisten los altos niveles de pobreza y desigualdad, la violencia y la vulnerabilidad a los efectos de eventos climáticos y peligros ambientales. Todavía existen desafíos para garantizar el acceso igualitario de las comunidades más afectadas y en situación de mayor vulnerabilidad con el fin de que puedan disfrutar plenamente de sus derechos humanos.
Necesidades humanitarias
Pese a la disminución de las tasas nacionales de homicidios, Honduras sigue siendo uno de los países más violentos de América Latina, con las tasas más altas de Centroamérica. La violencia se manifiesta de diversas formas, como la violencia de género, el desplazamiento forzado, la extorsión, el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes y la destrucción de propiedades. Estas amenazas requieren respuestas intersectoriales para mejorar los mecanismos de prevención, protección y asistencia adaptados a los riesgos que enfrentan las poblaciones afectadas.
Los movimientos mixtos impactan significativamente a las comunidades fronterizas y a las personas refugiadas y migrantes que transitan por Honduras. Entre enero y noviembre de 2024, más de 357.796 personas de más de 100 nacionalidades ingresaron al país, muchos de los cuales requirieron apoyo urgente en servicios de alojamiento, atención médica, agua, saneamiento y protección para niños, niñas y personas vulnerables. Los movimientos mixtos han desbordado los recursos locales, lo que ha requerido ayuda humanitaria complementaria.
Los desastres relacionados con el clima agravan aún más la situación. Honduras es altamente vulnerable a tormentas, inundaciones y sequías prolongadas, particularmente en el Corredor Seco, donde las lluvias erráticas afectan la producción de alimentos. En 2024, la tormenta tropical Sara afectó a más de 250.000 personas, lo que se sumó al empeoramiento de la crisis alimentaria, especialmente en la zona Norte del país.
Plan de respuesta para 2025
La estrategia de respuesta para 2025 prioriza 118 municipios de los 157 identificados inicialmente como afectados críticamente por la violencia, los movimientos mixtos o las perturbaciones inducidas por el clima. Este enfoque específico se centra en la prestación de asistencia humanitaria intersectorial vital, al tiempo que aborda las consideraciones de protección, edad, género y diversidad para maximizar el impacto y minimizar la fragmentación.
Este plan incluye intervenciones clave en materia de Seguridad Alimentaria, centradas en el Corredor Seco y Gracias a Dios (La Mosquitia), donde la inseguridad alimentaria es grave debido a las malas cosechas provocadas por el clima; asistencia en municipios como Santa Bárbara, Cortés, Atlántida y Yoro, que enfrentan el doble desafío de la violencia y las inundaciones; y movimientos mixtos y desplazamiento, con apoyo en puntos de entrada, tránsito y salida como Trojes, Danlí, El Paraíso, Ocotepeque y Santa Fé, que soportan la mayor carga de flujos.
El plan hace hincapié en la colaboración con las autoridades nacionales para garantizar el uso eficiente de los recursos, el acceso humanitario y la protección de las poblaciones vulnerables. Busca fortalecer los entornos operacionales que apoyan y salvaguardan las acciones humanitarias.
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- UN Office for the Coordination of Humanitarian Affairs
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