Por Gonzalo Basile**
La epidemia de Chikungunya(CHIKV) en la isla Hispaniola, con un impacto epidemiológico importante tanto en República Dominicana como en Haití, nos obliga a hacer un necesario análisis de situación técnico-político estratégico1 . Surgen por lo menos 3 dimensiones a problematizar en este sentido: 1- Las características epidemiológicas de la Chikungunya y su incidencia nacional-binacional, 2- La capacidad de respuesta integral de los Sistemas de Salud, 3- El Cambio climático y la determinación socioambiental2 de la salud colectiva3 y la vida. Es menester clarificar que en este artículo no nos referiremos puntualmente a cuestiones de la patogenia del virus CHIKV ni a aspectos clínicos-curativos, sino a una mirada epidemiológica y de políticas de salud.
En primer lugar, considerar que esta epidemia de Chikungunya4 (palabra que proviene del idioma Makonde de África que significa “aquel que se encorva”) comenzó en la sub-región del Caribe identificado en la Isla francesa San Martín en diciembre del 2013 según información oficial de la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS), y actualmente existen casos confirmados por lo menos en 17 países y territorios caribeños, y en Centroamérica en El Salvador5 . Toda América Latina y el Caribe se prepara para la circulación viral, ya que el vector transmisor de CHIKV (Aedes aegypti y el Aedes albopictus), es el mismo que el Dengue (y Fiebre Amarilla) diseminado en toda Latinoamérica, siendo Dengue de las endemias de enfermedades vectoriales más importantes de la región en la última década. Con brotes-epidemias recientes en Paraguay, Brasil, Argentina, Perú, Bolivia, Centroamérica, y otros.
Es una enfermedad descubierta en 1952 en el sur de Tanzania, hasta el momento en más de 60 años no se habían registrado casos locales en América Latina y el Caribe. Si brotes epidémicos en Asia y África, incluyendo a Europa en Italia6 en el año 2007. Por eso, la situación de patrones epidemiológicos de Chikungunya en República DominicanaHaití no sólo tienen importancia de salud colectiva binacional, sino que por la dimensión poblacional (más de 20 millones de habitantes con grandes urbanizaciones que nuclean a más del 60% de la población) es de suma importancia por las lecciones a aprehender, las buenas estrategias a desarrollar, los desafíos para los sistemas de salud pública implícitos, los planes de respuesta integral efectivos y resultados a evaluar (pre-post pico epidémico).