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Haiti

Haití: Nota humanitaria - Serie - El nuevo paradigma Primera edición: El impacto de la violencia, 31 de marzo de 2023

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Esta nota fue preparada por la sede de la Oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) en Haití, en base a la última información disponible al 30 de marzo de 2023.

El rápido deterioro del contexto geopolítico y socioeconómico de Haití, marcado por la violencia generalizada, ha intensificado la compleja crisis por la que atraviesa el país. El fuerte aumento de las necesidades humanitarias, como ilustra el Panorama de Necesidades Humanitarias 20232, pone de relieve este cambio fundamental de paradigma. A través de la serie « El nuevo paradigma », la oficina de OCHA en Haití busca arrojar luz sobre estos acontecimientos para llamar la atención sobre la urgencia de la situación humanitaria.

PUNTOS CLAVE

  • El primer trimestre de 2023 estuvo marcado por el incremento y la expansión de la violencia vinculada a los grupos armados .OCHA estima que alrededor del 80% del área metropolitana de Puerto Príncipe está bajo el control o la influencia de grupos armados. El departamento de Artibonite, granero del país, también ha sido objeto de un estallido de violencia.

  • El impacto de la violencia armada en la población ha alcanzado niveles sin precedentes, con más de 5,2 millones de haitianos y haitianas (casi la mitad de la población) en necesidad de ayuda humanitaria.

  • El Panorama de las Necesidades Humanitarias 2023 para Haití refleja una alarmante situación, basándose en 200 testimonios e historias de vida que fueron recopiladas directamente de las personas más vulnerables y de quienes se encargan de prestarles asistencia. El objetivo es comprender la situación humanitaria del país a través de las voces de la población haitiana.

CIFRAS CLAVE

+136,5K desplazados internos en el Área Metropolitana de Puerto Príncipe (AMPP) y Artibonite

97% de los desplazados fueron desterrados por la violencia (OIM)

531 personas fueron asesinadas entre el 1 de enero y el 15 de marzo (OACNUDH)

4,9M de personas padecen inseguridad alimentaria aguda (CNSA/PMA/FAO)

CONTEXTO GENERAL

OCHA estima que alrededor del 80% del área metropolitana de Puerto Príncipe se encuentra actualmente bajo el control o la influencia de los grupos armados. El fenómeno de los grupos armados en Haití no es nuevo (apareció en la década de 1960 y cobró impulso en la década de 1990), pero su presencia e influencia han crecido exponencialmente desde 2021, en particular tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, el terremoto del 14 de agosto de 2021 y los disturbios socioeconómicos, políticos y de seguridad que siguieron. Además, desde hace varios meses, los grupos armados muestran crecientes niveles de organización, incluso con la utilización de medios tecnológicos avanzados, como los drones. Esta violencia armada se traduce en luchas territoriales, especialmente en las salidas y entradas del AMPP y en las carreteras estratégicas que unen a la capital con los distintos departamentos.

Los secuestros ya forman parte de la vida cotidiana de los haitianos, al igual que los cortes de electricidad, la escasez de combustible, las montañas de basura en las calles, los robos y los ataques armados, así como numerosas violaciones de derechos fundamentales como el acceso a la educación y la salud. Las cifras de secuestros se duplicaron entre 2021 y 2022 y la tendencia sigue al alza, como muestra el gráfico situado a la derecha. Entre el 1 de enero y el 15 de marzo de 2023, al menos 227 personas fueron víctimas de secuestro. La violencia asociada a los grupos armados también causó la muerte de al menos 531 personas y dejó heridas a otras 300. La mayoría de las víctimas se registraron en los departamentos de Ouest (donde se encuentra el AMPP) y Artibonite.

Otro hecho preocupante es la aparición de grupos de autodefensa, ya que la población se siente poco o nada segura. Estos grupos han surgido en varios distritos de la capital, así como en Artibonite. Ya se han registrado varios incidentes en los que la población había creado patrullas de autodefensa y/o participado en actos de violencia para protegerse.

Esta violencia de los grupos armados, además de los secuestros, los raptos, las heridas de bala y los asesinatos, tiene un dramático impacto humanitario. Según OCHA, al menos 1,5 millones de personas, la mitad de la población de la capital, están directamente afectadas por la violencia y ven obstaculizados su libertad de movimiento y el acceso a los servicios básicos. Esto tiene graves consecuencias para la protección de la población haitiana, incluida la violencia sexual, que en la mayoría de los casos se da contra mujeres, niñas y niños. La cifra de personas que necesitan protección casi se ha duplicado en un año. Desde principios de año, las Naciones Unidas han registrado al menos 93 violaciones en las que han participado grupos armados, una cifra que dista mucho de la realidad, ya que no se denuncia este tipo de violencia con demasiada frecuencia. La violencia armada contra las escuelas, que incluye tiroteos, saqueos y secuestros, se ha multiplicado por nueve en un año. A ello se suma el reclutamiento de niños por parte de grupos armados.

Los desplazamientos internos relacionados con la violencia también van en aumento, con una estimación de más de 136.500 desplazados internos a finales de marzo de 2023, el doble que en 2021, según la OIM. Desde octubre de 2022, el número de desplazados internos en el departamento de Artibonite se acerca a los 8.500. Hasta el 97% de los desplazamientos están directamente causados por la creciente inseguridad.

Además, el acceso a la atención sanitaria está en peligro en muchas partes del país. Por ejemplo, los incidentes de seguridad obligaron a Médicos Sin Fronteras a cerrar temporalmente su hospital de Cité Soleil el 9 de marzo (los servicios ambulatorios de urgencias reabrieron el 22 de marzo). En las comunas de Artibonite, las instalaciones sanitarias carecen de insumos. De igual forma, el personal sanitario es víctima de numerosos casos de secuestro. Según la Asociación Médica Haitiana, al menos 20 médicos fueron secuestrados en 2022, y otros 10 sólo en el primer trimestre de 2023.

La población haitiana es la primera víctima de la reducción del acceso a los servicios esenciales. Por ejemplo, desde junio de 2021, la población de los departamentos del sur del país sufre las consecuencias del bloqueo de la carretera nacional 2 en Martissant, a las afueras de Puerto Príncipe. El recrudecimiento de la violencia en las zonas de Kenscoff y Pétion-Ville compromete ahora las rutas alternativas hacia la capital. El acceso a los departamentos del norte y centro del país también se ve obstaculizado debido al control de los grupos armados en la región de Canaan, y a diversos grupos armados que operan a lo largo de la carretera nacional 1 en el departamento de Artibonite, una zona crítica de producción de cereales de Haití, especialmente de arroz, el cereal más consumido del país. El acceso limitado a las tierras agrícolas y a los mercados debido a la inseguridad reduce la disponibilidad y el acceso a los alimentos y a las fuentes de ingresos en todo el país. Se reportan consecuencias directas e indirectas sobre la nutrición y la situación alimentaria, con casi la mitad de la población haitiana (4,9 millones de personas) enfrentando un alto nivel de inseguridad alimentaria aguda, una cifra que casi se ha cuadruplicado en comparación con 2017/20186. También se espera un aumento significativo de la desnutrición aguda, con los resultados de la encuesta de nutrición SMART que se publicarán próximamente.

Los actores humanitarios también se enfrentan a muchas limitaciones de acceso. Entre ellas se encuentran las hostilidades entre grupos armados y los enfrentamientos con la policía haitiana; la violencia contra el personal humanitario, los bienes y las infraestructuras; la interferencia directa en la ejecución de las operaciones humanitarias; el aumento de los costes de las operaciones; y un entorno físico y complejo y la falta de infraestructuras. El personal humanitario, especialmente el nacional, trabaja en condiciones cada vez más agobiantes.

El acceso humanitario es complejo e impredecible. Desde julio de 2022, las negociaciones humanitarias han dado lugar a intervenciones de emergencia de varias agencias de la ONU, primero en Cité Soleil y después en las zonas de Martissant y Bas-Delmas, Bel Air, entre otras. Entre octubre de 2022 y enero de 2023, se organizaron más de 97 misiones de emergencia en estas zonas controladas o bajo la influencia de grupos armados. Sin embargo, entre febrero y marzo de 2023, el recrudecimiento de la violencia en Cité Soleil y el departamento de Artibonite limitó las operaciones de respuesta de emergencia. Se han intensificado las negociaciones, cuya prioridad es garantizar la comprensión y el respeto de las normas y principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia operativa, así como de los principios basados en los derechos humanos.

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