Guatemala enfrenta una crisis humanitaria multifacética impulsada por la pobreza sistémica, la inseguridad alimentaria, las afectaciones agrícolas causadas por el clima, la desnutrición aguda y el aumento de la movilidad humana. Estos desafíos se han intensificado por los recientes choques medioambientales y económicos, exigiendo intervenciones inmediatas y coordinadas para aliviar el sufrimiento humano.
Necesidades humanitarias
La crisis afecta principalmente a zonas impactadas por fenómenos climáticos y movilidad humana. Se estima que 2,2 millones de personas necesitarán asistencia en 2025. La inseguridad alimentaria sigue siendo el problema más apremiante, agravada por las sequías provocadas por El Niño que destruyeron cultivos en 54.000 hectáreas de 160 municipios, afectando a 9,2 millones de personas y provocando escasez de alimentos y aumentando los precios. Para octubre de 2024, los informes del Gobierno muestran 25.000 casos de desnutrición aguda en menores de cinco años, de los cuales el 21% fueron graves, con 50 muertes asociadas. Departamentos como Alta Verapaz, Huehuetenango y San Marcos son los más afectados, con casi el 34% de los residentes enfrentando inseguridad alimentaria.
Actualmente, 2,9 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria en niveles de crisis (Fase 3) y emergencia (Fase 4), con 386.000 en Fase 4. La inseguridad alimentaria y la desnutrición agravan la vulnerabilidad a enfermedades, reducen la productividad y profundizan la pobreza.
Los flujos mixtos han aumentado, con 223.000 personas ingresando a Guatemala entre enero y septiembre de 2024, concentradas en zonas fronterizas como Tecún Umán y Esquipulas. Las personas migrantes, incluyendo mujeres, niños y niñas, son muy vulnerables a la explotación y tráfico de personas.
Se requieren intervenciones urgentes para abordar la escasez de alimentos, la desnutrición y los riesgos para los migrantes. Las prioridades incluyen asistencia alimentaria, apoyo agrícola, programas de nutrición de emergencia, gestión de la migración y establecimiento de puntos de tránsito seguros.
Plan de respuesta para 2025
La estrategia de respuesta se enfoca en un enfoque coordinado y multisectorial para abordar la crisis humanitaria. Se han priorizado 60 de los 81 municipios más afectados. Estas zonas, en particular Alta Verapaz y Huehuetenango, sufren de inseguridad alimentaria severa y desnutrición, mientras que el apoyo enfocado en la migración se centrará en municipios como Ayutla, Esquipulas y Ciudad de Guatemala.
La estrategia implica un paquete integral de asistencia humanitaria adaptado a las crisis específicas de cada región. Esto incluye: provisión de alimentos y programas de nutrición de emergencia, acceso a servicios de salud y agua potable, alojamiento y protección para las poblaciones vulnerables - incluyendo población migrante, identificación y tratamiento de los casos de desnutrición aguda y servicios de protección para mitigar los riesgos de violencia, abuso y tráfico de personas.
El enfoque sigue las normas de calidad de Esfera, que enfatizan la transparencia, la rendición de cuentas y la reducción de riesgos, incluidas las medidas contra la explotación y los abusos sexuales. Este enfoque tiene por objeto maximizar el impacto de los recursos limitados evitando la fragmentación de los esfuerzos y garantizando una asistencia coherente y bien coordinada.
La crisis humanitaria de Guatemala, impulsada por la inseguridad alimentaria, el cambio climático y la movilidad humana, requiere un apoyo mundial urgente. El plan de respuesta de 2025 prioriza intervenciones multisectoriales específicas para abordar las necesidades críticas y reducir el sufrimiento humano. Al centrarse en los municipios y poblaciones más vulnerables, la estrategia tiene como objetivo proporcionar asistencia vital y fomentar la resiliencia entre las comunidades afectadas.
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