Altos costos de alimentos y transporte continúan presionando el gasto familiar
MENSAJES CLAVE
• La mayoría de los hogares rurales pobres experimentarán inseguridad alimentaria en Crisis (Fase 3, CIF) hasta que las primeras cosechas y el inicio de la temporada de alta demanda de mano de obra pongan fin al periodo estacional de escasez. A partir de octubre, la mejora en los ingresos y disponibilidad de granos de su propia cosecha permitirá mejorar la alimentación, por lo que se prevén resultados de Estrés (Fase 2, CIF) hasta enero del 2022.
• Los hogares más pobres del corredor seco y de zonas impactadas por Eta e Iota se clasificarán en Crisis (Fase 3, CIF) durante hasta enero del 2022. Aunque la cosecha y los ingresos provenientes del trabajo estacional aliviarán levemente la gravedad de las brechas en el consumo de alimentos, los rendimientos granos básicos y el nivel de ingresos probablemente serán demasiado bajos para evitar que continúen utilizando estrategias afrontamiento negativas. Mientras tanto, los hogares pobres urbanos se clasificarán en Estrés (Fase 2, CIF) durante todo el periodo, pues sus ingresos siguen siendo por debajo de lo usual y enfrentan altos precios de alimentos y transporte.
• La vacunación avanza lentamente y los contagios por COVID19 aumentan semana a semana. Las únicas restricciones vigentes son las que manda el semáforo de alertas COVID-19 que restringe aforos y distanciamiento social. La actividad económica continúa su paulatina recuperación, pero los hogares aún no logran reestablecer por completo sus fuentes tradicionales de ingresos pues aquellos sectores de mayor demanda de mano de obra continúan limitados por las medidas impuestas.
• Los precios de los alimentos han ido en aumento en los últimos meses pues han absorbido el incremento del costo de los combustibles y por consiguiente del transporte. Además, durante agosto, los bloqueos de vías principales de comunicación por protestantes causaron alzas atípicas en el precio del maíz, cuyo valor se ha mantenido alto todo el año.
Estos incrementos al precio del maíz, como base de la dieta de los hogares rurales, así como del transporte en general, ha reducido la capacidad de compra de los hogares.