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Guatemala

Gobierno cumple con el pueblo de San Marcos que resurge de los escombros

A un año del terremoto que azotó el Occidente de Guatemala, principalmente San Marcos, algunos de los afectados recuerdan y reviven los momentos de cuando sus casas se desplomaron, y cómo el Plan de Reconstrucción emprendido por el Gobierno les devolvió un lugar digno para vivir, mientras distintas comunidades resurgen de los escombros.

La Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN) convivió con cinco familias de Esquipulas Palo Gordo, uno de los municipios donde la reconstrucción está por concluir, para conocer sus relatos de cómo las acciones emprendidas por el presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti permitieron a los comunitarios empezar de nuevo y retomar la normalidad.

María Tomasa Guzmán de 80 años es la primera en abrirnos las puertas de su nuevo hogar, dedicada a la siembra de milpa, recuerda los momentos trágicos de aquel movimiento de tierra de 7.2 grados Richter que afectó a 8 departamentos del país.

Apoyada en su bastón en el brazo derecho a causa de una dolencia provocada por una caída, dice que no olvidará la fecha del terremoto, porque coincidió con el primer año del fallecimiento a consecuencia de un paro cardíaco, de su esposo Mariano Mérida, con quien convivió 55 años.

Doña María como se le conoce preparaba los tamales de carne para esa conmemoración, a las 10:35 horas (16:35 GMT) cuando la tierra se estremeció corrió de la cocina hacia la calle, aunque logro salir recuerda con lágrimas como su antigua vivienda de mezclón (alambre y piedra) se vino abajo.

“Las paredes se cayeron por completo… lloré amargamente cuando vi mi casa en el suelo, todo estaba hecho pedazos”, mencionó la afectada quien vive con dos de sus hijos, y su nuera.

Nueva vida Sin embargo, la pérdida de su casa no desmotivó a María, especialmente al observar la llegada del Presidente y la Vicepresidenta de la República horas después de la tragedia, y haber logrado aplicar para ser parte del Plan de Reconstrucción.

En pocos meses recibió su nueva edificación, con ayuda de sus hijos la pintó de azul, le instaló un cielo falso, y colocó sus muebles.

María destacó que ahora no sufre de las inclemencias del tiempo como el frío característico de la región, además las nuevas instalaciones le hacen más cómoda su estadía y movilización por los problemas que tiene en uno de sus tobillos.

“Le agradecemos al presidente Otto Pérez Molina y a la vicepresidenta Roxana Baldetti que se recordaron de este pueblo que es muy pobre, estoy feliz con mi nueva casita”.

Cambió las cosas “El terremoto de una u otra forma nos cambió la vida” así resume sus vivencias un año después del seísmo Reina del Rosario Barrios Sandoval de 36 años, mientras atiende a su mamá María Sandoval de 64 quien sufre ceguera y necesita realizarse diálisis todos los días.

La afectada recuerda que estaba en el patio frontal cuando el terremoto sacudió San Marcos, segundos después una pared de adobe, material utilizado para el resto del inmueble se desplomó frente a ella, evitó el peligro y corrió hacia la cocina por su madre, mientras la casa de sus padres se derrumbaba.

“Escuché un sonido estremecedor y todo empezó a moverse, tuve mucho pánico, lo único que me importaba era sacar a mi mamita”, relata.

Para Reina, el recuerdo es triste por las personas que fallecieron y porque las cosas cambiaron repentinamente, mientras llora y suspira, se detiene un momento a pensar mientras conversa y dice: “Ha sido difícil superarlo, me invade la tristeza al recordarlo, le doy gracias a Dios por permitirme vivir, si la pared me hubiera caído no estaría aquí cuidando y luchando por mi madre” dice.

Mientras sirve una taza de café a María, expresa su agradecimiento a las autoridades guatemaltecas, por darle una nueva vivienda para cuidar de su mamá, “desde el primer momento que sucedió el terremoto, hemos tenido su apoyo (Presidente y Vicepresidenta) solo me queda decirles que Dios los Bendiga”.

Levantarse de nuevo

Julio Gustavo Mérida de León de 84 años recuerda los gritos de las personas después del sismo, aunque su casa de madera se desplomó, su preocupación y angustia era otra, porque su residencia se sitúa a pocos metros de la arenera de la aldea El Recreo, donde siete personas murieron soterradas.

“Fue algo sorprendente y extraordinario, sentí el movimiento, salí de mi casa con mi esposa y cuando levante la vista, solo miré una nube de polvo, luego empezaron los gritos”, mencionó.

Don Julio imaginó lo peor, su familia vive en varias comunidades de San Marcos, pensó que alguno de sus seres queridos había fallecido.

A pesar de su edad y que su esposa Paula Enrique De León López de 73 años sufre ceguera, Julio siguió adelante, y con el respaldo de las autoridades guatemaltecas ahora cuenta con una nueva vivienda.

“Les doy las gracias al excelentísimo presidente Otto Pérez Molina y a la vicepresidenta Baldetti, para nosotros fue un respaldo incomparable, gracias a Dios no estábamos solos, ellos como autoridad máxima del país vinieron y buscaron la forma de apoyarnos, con eso pudimos empezar a cerrar las heridas”.

Para Julio ahora las cosas son más fáciles, luego de trabajar durante 58 años como agricultor, cuenta con una edificación resistente, además resaltó que podrán soportar el frío y será sencillo para su cónyuge desplazarse en la casa, así como cocinar.

Por último mencionó que en las últimas catástrofes, huracanes o tormentas no se habían observado un apoyo Gubernamental como el sucedido después del movimiento telúrico.

Heridas que sanan

Josué Luis Mérida Barrios de 45 años, ayudante de mecánica, se encontraba trabajando en la cabecera departamental de San Marcos cuando sucedió el terremoto, su preocupación era saber si sus cinco hijos y esposa habían sobrevivido, ya que su residencia está en la aldea Fraternidad, Esquipulas Palo Gordo a 45 minutos del centro.

“Fue algo traumático, sentí miedo y lo único que podía hacer era ver como todo se caía, soporté hora y media de angustia para llegar a mi casa, lo primero que hice fue asegurarme que todos estaban bien”, destacó. La familia Mérida perdió su antigua casa de mezclón.

La vida de Josué ha sido complicada, vive en una zona montañosa desde donde se puede observar Tapachula, México a los 22 años sufrió una fractura en la cadera y pierna derecha, lo que le impidió dedicarse a la siembra.

Sin embargo, Josué recibió una nueva vivienda del Gobierno, lo que le ha motivado a continuar trabajando todos los días, para que sus hijos tengan más oportunidades, su satisfacción es que su tercer hijo cerró este año el nivel de primaria.

“Yo derrame lágrimas de la felicidad, no me queda más que agradecer al Presidente porque supo coordinar la ayuda para los lugares más apartados de Guatemala, también agradezco a la vicepresidenta Roxana Baldetti que viaja constantemente aquí, donde la herida es profunda. Al ver la demolición de los escombros y el respaldo del Gobierno sabía que mi casa iba estar de pie nuevamente”, manifestó.

Flores que animan

La última parada es en la casa de doña Pilar Romano Ochoa de 72 años, su edificación se distingue de las demás, la entrada está llena de flores de diversas clases, resaltando el colorido principalmente de las rosas rojas, rosadas y blancas que engalanan las masetas colocadas en repisas en las paredes, como una señal de esperanza para el resto de la comunidad. Doña Pilar tiene a su cuidado a Julio Hermelindo Mérida su esposo quien sufre del síndrome de Párkinson.

Piedra, cemento y arena eran los materiales con los que construyeron su antigua vivienda en la que habitaron más de 30 años, aunque la familia Mérida ya no extraña esa edificación.

“Estoy feliz con mi nueva casita, por eso le puse tantas flores, porque nos dieron esperanza de vida y muchas personas entre ellos las autoridades se preocuparon por nosotros, no nos dejaron desamparados”.

“Mi casa era grande pero en un segundo se destruyó, ahora me siento segura porque es más resistente la vivienda que nos dio el Gobierno… mi mensaje al Presidente y la Vicepresidenta es que Dios los bendiga, el resultado fue inmediato con nosotros”.

Reconstrucción avanzó

Un total de 7 mil 310 casas fueron declaradas inhabitables por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) en San Marcos, Quetzaltenango y Sololá. El movimiento sísmico dejo 175 personas heridas y 44 muertos.

El Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda, ha construido 1 mil 600 viviendas en 4 municipios marquenses, específicamente en Esquipulas Palo Gordo, San Pedro y San Antonio Sacatepéquez, así como San Marcos, la cabecera departamental.

El gobernador Luis Rivera comentó que la meta es finalizar la reconstrucción el 15 de diciembre, lo que sumaría la edificación de 2 mil 584 casas en todo el departamento.

“Hemos cumplido con el compromiso hecho a los damnificados el 7 de noviembre, ahora emprenderemos la construcción de casas para el resto de los municipios afectados, junto al Fondo de Desarrollo Social”, un total de 5 mil 214 estructuras fueron destruidas en la región.

A la vez destacó la solidaridad y la unión de esfuerzos del pueblo, así como de las autoridades para salir adelante y permitir que San Marcos resurja de los escombros.