El terremoto del 13 de enero de 2001 ha sido uno de los desastres más grandes en la historia de El Salvador. Ocurrió a las 11:33 a.m. hora local, con una magnitud de 7.7 (Mw), a una profundidad de 60 km y con epicentro frente a la costa de Usulután. Tuvo intensidades entre V y VIII en la escala de Mercalli Modificada en el territorio salvadoreño y su origen se atribuye al choque de las placas tectónicas Coco y Caribe.
Sus efectos se hicieron sentir en la economía, la sociedad y el medio ambiente. Gran número de viviendas, carreteras, caminos y otras estructuras fueron dañados o destruidos. A pocas horas del desastre se declaró Estado de Emergencia Nacional.
Según evaluaciones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los daños y pérdidas ocasionadas por el terremoto del 13 de enero de 2001 fueron estimados en 1,255.4 millones de dólares.
Ocurrieron numerosos deslizamientos o derrumbes, siendo el de mayor impacto el ocurrido en colonia Las Colinas, en Santa Tecla. Fuentes oficiales reportaron que a nivel nacional fallecieron 944 personas; 1,155 edificios públicos resultaron dañados; 108,261 viviendas fueron destruidas y 19 hospitales dañados.
Durante los terremotos del 2001, la oficina encargada del monitoreo sísmico era el Centro de Investigaciones Geotécnicas (CIG) del Ministerio de Obras Públicas, que se encontraba en proceso de cierre. Solamente siete estaciones sísmicas y 16 estaciones acelerográficas estaban funcionando.
Actualmente el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) a través de la Dirección General del Observatorio Ambiental opera una red de 96 estaciones sísmicas, tres mareógrafos, dos medidores de corriente marina y dos cámaras Web para el monitoreo de tsunamis en las costas, así como un Centro de Monitoreo de Amenazas 7/24. Todo con el propósito de brindar información oportuna a la población, a los medios de comunicación, tomadores de decisiones, etc.
El MARN también ha desarrollado investigaciones importantes encaminadas a conocer el nivel de amenaza y riesgo por sismos y tsunamis. Se cuenta con mapas de amenaza sísmica a escala nacional para distintos períodos de retorno (mapas de zonificación sísmica), un mapa preliminar de zonas de respuesta sísmica similar y funciones de amplificación asociadas para el Área Metropolitana de San Salvador (estudio de respuesta de sitio), una evaluación probabilista de escenarios de riesgo sísmico para edificaciones de Salud, Educación y Gobierno en el Área Metropolitana de San Salvador. Mapas de riesgo por tsunamis a nivel nacional y a nivel local para la costa Occidental, La Libertad, y la Bahía de Jiquilisco, así como estudios de deformación de corteza terrestre usando GPS de alta precisión.
Uno de los avances más recientes ha sido la implementación de un localizador automático de sismos, que permite emitir sus parámetros (ubicación y magnitud) en unos pocos minutos luego de ocurrido. Para ello se han instalado nuevas estaciones sísmicas y se ha capacitado al personal, a fin de dar a conocer los datos del sismo en el menor tiempo posible pues es de vital importancia no solo en caso de un sismo que afecte el país, sino que también para reaccionar rápidamente en caso de un tsunami cerca de nuestras costas.
También se ha automatizado la elaboración de mapas de intensidad instrumental (zonas del país donde la sacudida del terreno ha sido mayor), lo cual permitirá a pocos minutos de un sismo, conocer las posibles zonas de afectación, ayudando a optimizar las tareas de búsqueda y rescate, y dirigir la ayuda a los sectores donde más se necesita. Actualmente se hace las pruebas finales para que estos mapas estén a disposición del público en las próximas semanas.
No se sabe cuándo ocurrirá el próximo terremoto; pero si se puede conocer el nivel de riesgo sísmico al que estamos expuestos lo cual es importante para realizar medidas encaminadas a reducir las vulnerabilidades. Estas medidas pueden ser tan básicas como un plan de emergencia familiar, construir edificaciones según la norma de diseño por sismo o reforzar la infraestructura critica en caso de ser necesario (hospitales, centros escolares, puentes etc.).
Durante los terremotos del 2001, la oficina encargada del monitoreo sísmico era el Centro de Investigaciones Geotécnicas (CIG) del Ministerio de Obras Públicas, que se encontraba en proceso de cierre. Solamente siete estaciones sísmicas y 16 estaciones acelerográficas estaban funcionando.
Actualmente el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) a través de la Dirección General del Observatorio Ambiental opera una red de 96 estaciones sísmicas, tres mareógrafos, dos medidores de corriente marina y dos cámaras Web para el monitoreo de tsunamis en las costas, así como un Centro de Monitoreo de Amenazas 7/24. Todo con el propósito de brindar información oportuna a la población, a los medios de comunicación, tomadores de decisiones, etc.
El MARN también ha desarrollado investigaciones importantes encaminadas a conocer el nivel de amenaza y riesgo por sismos y tsunamis. Se cuenta con mapas de amenaza sísmica a escala nacional para distintos períodos de retorno (mapas de zonificación sísmica), un mapa preliminar de zonas de respuesta sísmica similar y funciones de amplificación asociadas para el Área Metropolitana de San Salvador (estudio de respuesta de sitio), una evaluación probabilista de escenarios de riesgo sísmico para edificaciones de Salud, Educación y Gobierno en el Área Metropolitana de San Salvador. Mapas de riesgo por tsunamis a nivel nacional y a nivel local para la costa Occidental, La Libertad, y la Bahía de Jiquilisco, así como estudios de deformación de corteza terrestre usando GPS de alta precisión.
Uno de los avances más recientes ha sido la implementación de un localizador automático de sismos, que permite emitir sus parámetros (ubicación y magnitud) en unos pocos minutos luego de ocurrido. Para ello se han instalado nuevas estaciones sísmicas y se ha capacitado al personal, a fin de dar a conocer los datos del sismo en el menor tiempo posible pues es de vital importancia no solo en caso de un sismo que afecte el país, sino que también para reaccionar rápidamente en caso de un tsunami cerca de nuestras costas.
También se ha automatizado la elaboración de mapas de intensidad instrumental (zonas del país donde la sacudida del terreno ha sido mayor), lo cual permitirá a pocos minutos de un sismo, conocer las posibles zonas de afectación, ayudando a optimizar las tareas de búsqueda y rescate, y dirigir la ayuda a los sectores donde más se necesita. Actualmente se hace las pruebas finales para que estos mapas estén a disposición del público en las próximas semanas.
No se sabe cuándo ocurrirá el próximo terremoto; pero si se puede conocer el nivel de riesgo sísmico al que estamos expuestos lo cual es importante para realizar medidas encaminadas a reducir las vulnerabilidades. Estas medidas pueden ser tan básicas como un plan de emergencia familiar, construir edificaciones según la norma de diseño por sismo o reforzar la infraestructura critica en caso de ser necesario (hospitales, centros escolares, puentes etc.)
Última actualización el Martes, 13 de Enero de 2015 10:30