DESTACADOS
- El 13 de marzo, un importante oleoducto se rompió en el interior del Ecuador, contaminando varios ríos y desembocando en zonas costeras. El derrame ha afectado a más de 500.000 personas.
- La emergencia humanitaria en Esmeraldas sigue afectando gravemente el acceso a los servicios básicos, la salud pública y los medios de vida de las comunidades afectadas. A pesar de los esfuerzos de respuesta en curso, las brechas en la distribución de agua potable, la asistencia alimentaria y la coordinación interinstitucional siguen aumentando.
- Persisten los desafíos en la integración de datos entre instituciones, lo que retrasa la entrega de ayuda y crea brechas en la cobertura.
- En seguimiento a la solicitud oficial de apoyo de las Naciones Unidas por parte del gobierno, un Equipo de las Naciones Unidas para la Coordinación y la Evaluación en Casos de Desastre (UNDAC) llegó el 24 de marzo a Quito, donde se reunió con la Coordinadora Residente para examinar las prioridades y con el Foro Humanitario Nacional antes de su despliegue en Esmeraldas. Se prevé que un equipo de la Unidad Conjunta para el Medio Ambiente (JEU) se despliegue antes del 28 de marzo.
PANORAMA DE LA SITUACIÓN
El 13 de marzo de 2025, un importante derrame de petróleo en la provincia de Esmeraldas, causado por un deslizamiento de tierra que rompió el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE), contaminó severamente fuentes críticas de agua. El derrame ha llegado a las zonas costeras, afectando a las playas y alterando los medios de vida locales. En respuesta, las autoridades declararon el estado de emergencia en los cantones de Quinindé, Esmeraldas, Atacames y Rioverde, restringiendo el acceso a las fuentes de agua y zonas costeras contaminadas.
La crisis ha dejado a 500.000 personas en siete parroquias sin acceso a agua potable y saneamiento, lo que aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y otras complicaciones de salud. Los problemas de salud reportados incluyen problemas respiratorios, trastornos gastrointestinales y dolores de cabeza, que afectan particularmente a grupos vulnerables como niños, niñas, personas mayores y personas con afecciones preexistentes. También se necesita con urgencia asistencia alimentaria. La interrupción prolongada de los servicios de agua ha exacerbado las tensiones sociales, con informes de amenazas contra los funcionarios que gestionan los esfuerzos de distribución.
Las autoridades han activado Comités de Operaciones de Emergencia (COE) provinciales y locales y han puesto en marcha planes de distribución de agua en Esmeraldas, Río Verde y Atacames. Sin embargo, persisten brechas críticas en la cobertura y la calidad de los servicios, lo que alimenta las protestas públicas y exacerba el malestar social. Los continuos problemas de seguridad en Esmeraldas, una de las provincias más afectadas por la crisis de seguridad nacional, complican aún más la respuesta, mientras que las fuertes lluvias siguen obstaculizando los esfuerzos de socorro.
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