Por Martín Corona Jerez
Bayamo, 13 jul (AIN) Constantes muestras de solidaridad entre cubanos caracterizan la difícil lucha contra los efectos del huracán Dennis en la provincia de Granma, donde permanecen evacuadas más de cinco mil 700 personas.
Casi sin descanso laboran trabajadores procedentes del resto del territorio y de otras provincias, principalmente en los municipios de Pilón, Niquero y Media Luna, los más golpeados por el meteoro.
Notables avances registran la distribución de materiales de construcción con prioridad inicial para viviendas, las cuales presentan afectaciones parciales en los techos.
Progresa también la recuperación de las comunicaciones y las redes eléctricas, la eliminación de escombros y la reparación de caminos y carreteras.
Trabajadores de todo el territorio granmense realizan enormes esfuerzos para mantener en niveles indispensables los servicios de agua, alimentación y atención médica, tanto en áreas urbanas como rurales, incluidas apartadas comunidades de la Sierra Maestra.
Contingentes de médicos, linieros, comunicadores, bodegueros, gastronómicos, constructores, especialistas de la rama forestal y de otros sectores act=FAan con singular entrega, junto a combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
De forma espontánea, organizaciones de masas, colectivos laborales y otras entidades de la provincia envían ropa, calzado, juguetes y otros =FAtiles a los habitantes de zonas devastadas.
La noche del jueves =FAltimo, el ojo del huracán tocó tierra en Granma, y la banda derecha, la más dañina, arrasó literalmente campos, caseríos y poblados de los municipios de Niquero, Pilón, Media Luna, Bartolomé Masó, Buey Arriba y Guisa.
En algunos puntos se registraron ráfagas de viento con velocidades superiores a 250 kilómetros por hora.
Seg=FAn datos del Consejo Provincial de Defensa en la provincia fueron afectadas unas 45 mil viviendas, cifra que incluye el 94 por ciento de las existentes en Pilón, el 83 en Niquero, el 73 en Media Luna y el 24 en Campechuela.
Especialmente impactante resultó la furia del viento en la Sierra Maestra, cuyos paisajes presentan destrozos incalculables en casas, escuelas, comercios, panaderías, salas de televisión, consultorios médicos, museos, caminos, redes eléctricas, plantaciones agrícolas y áreas boscosas.