Si este mar de Buenaventura hablara nos diría cuántas personas realmente están desaparecidas en esta región”. Lo dijo una de las 300 víctimas durante el Encuentro Nacional de Víctimas de Desaparición Forzada, realizado en Bogotá el pasado 14 de febrero en el Hotel Tequendama, con el fin de preparar una serie de recomendaciones para ser entregadas a la mesa de conversaciones del Gobierno y las Farc-Ep que se encuentra en La Habana.
Dichas recomendaciones tienen que ver con el delito de desaparición forzada para la exigibilidad de derechos a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición y se construyeron a través de un proceso participativo convocado por la Mesa de Trabajo sobre desaparición forzada de la Coordinación Colombia Europa – Estados Unidos, las cuales son fruto del consenso al que se llegó en dos reuniones regionales autónomas en las que se ha venido trabajando arduamente entre enero y febrero del presente año.
Estas serán entregadas el 12 de marzo, por una comisión especial liderada por el Consejero Presidencial para los Derechos Humanos, Guillermo Rivera, a la mesa de negociaciones de La Habana, en compañía de dos organizaciones de víctimas delegadas para tal fin.
El evento contó con la participación de 300 personas de 90 organizaciones provenientes de 24 departamentos, pertenecientes a organizaciones de víctimas y víctimas no organizadas de desaparición forzada, secuestro, reclutamiento forzado, de derechos humanos, forenses y psicosociales y expertos en el tema.
Asistieron además de las víctimas, el ministro consejero para el Postconflicto, Rafael Pardo; la embajadora de Suecia, Marie Andersson De Frutos: el senador, Ivan Cepeda; el consejero Presidencial para los Derechos Humanos, Guillermo Rivera; la directora de la Unidad de Atención y Reparación a Víctimas, Paula Gaviria, entre otros.
Acompañamiento a las víctimas
Este proceso lo acompaña el PNUD a través del Fondo de Justicia Transicional, con el fin de contribuir a la atención y acceso de las víctimas a la justicia, así como a la visibilidad del delito de desaparición forzada y los avances que se han logrado en este tema.
“Desde el PNUD, celebramos el comunicado conjunto 62 del 18 de octubre de 2015, sobre las medidas acordadas por el Gobierno Nacional y las Farc-EP en materia de búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado que reafirman el compromiso de las partes con la definición de instrumentos de justicia transicional que satisfaga los derechos de las víctimas y contribuya a la construcción de una paz estable y duradera, en el que prima el carácter humanitario y el objetivo de aliviar el sufrimiento de las víctimas”, expresó Isabel Albaladejo Escribano, coordinadora del Fondo de Justicia Transicional del PNUD.
Agregó que en el tema de desaparición forzada especialmente en el apoyo que se ha brindado a las instituciones competentes en la búsqueda, identificación y entrega de restos de personas desaparecidas forzadamente, el PNUD ha acompañado acciones como las del cementerio de Cimitarra, Santander, en materia de desaparecidos. “Estas acciones concuerdan con las sugeridas en el acuerdo 62 de la mesa de conversaciones. En ese sentido, se ha logrado la recuperación de 72 cuerpos, el ingreso de 58 necrodactilias y perfiles genéticos ingresados al Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres – Sirdec- para cruces de información, y a la Unidad de Registro Nacional de ADN – Codis-, con el fin de orientar los procesos de identificación de cuerpos. Todo esto, con el propósito de continuar apoyando iniciativas en la reivindicación de los derechos de las víctimas y a una paz sin desaparecidos”, resaltó la coordinadora del Fondo de Justicia Transicional.
El acto simbólico de cierre del evento estuvo liderado por Luz Dary Santisteban de la organización de Madres por la Vida, que hace parte del Proceso de Fortalecimiento de Redes Territoriales de Víctimas que apoya el PNUD desde hace ocho años. Ella es víctima de desaparición forzada por el caso de sus dos hermanos: Pedro Manuel, desaparecido el 24 de marzo de 2000 en Buenaventura, y Alberto, desaparecido en Chocó el 23 de septiembre de 1998. ¡Queremos que nos los devuelvan vivos, porque vivos se los llevaron! fue el clamaor de Luz Dary y las demás asistentes.