Arrancó tercera generación Manos a la Paz
(Bogotá, febrero 6 de 2017). Saben que el momento de construcción de paz que vive Colombia los necesita, y no dejaron pasar la oportunidad de irse y formar parte de este proceso que se registrará en la historia como el despertar de un contingente de jóvenes activos y comprometidos con el desarrollo de su país.
Se trata de la tercera generación de Manos a la Paz, con 300 nuevos estudiantes de universidades públicas y privadas que decidieron cambiar la comodidad de sus ciudades para aportar sus conocimientos, durante cuatro meses, en proyectos de beneficio a las comunidades que han sido golpeadas la violencia.
Llegaron de todas las regiones colombianas al Encuentro Nacional en Bogotá. Nerviosos, ansiosos pero emocionados por la nueva experiencia de unas pasantías que les abrirán las puertas a un capítulo, que sin duda, cambiará sus vidas en lo personal y en lo profesional. También transformarán otras vidas que recibirán su acompañamiento en las zonas vulnerables.
En esta ocasión, los pasantes se instalarán en 122 municipios de 19 departamentos en proyectos del PNUD, Red Prodepaz y la Agencia de Renovación Territorial con el Ministerio de Educación, en temas relacionados con la superación de pobreza, Gobernabilidad, Desarrollo Sostenible y Construcción de paz
Decididos y emocionados!
Jesús Alberto Ariza, estudia décimo semestre de Psicología en la Universidad del Magdalena y será pasante en Entrerrios (Antioquia). Su gran expectativa es que nunca había viajado y quiere aprovechar esta oportunidad para expresar sus conocimientos en lo social y lograr cambios en las comunidades de este municipio antioqueño.
Yerlis Martinez, futura Socióloga de la Universidad del Atlántico, hará sus prácticas en el Doncello (Caquetá). “Me postulé porque no quería quedarme solo con lo contado por otros compañeros que vivieron la experiencia, lo maravilloso que es. Con solo escucharlas, me motivé y decidí sembrar mi granito de arena en la construcción de paz de este país”.
Anthony Howard es de San Andrés, estudia Psicología en Medellín. Se presentó al programa porque es una alternativa para generar cambios y transformaciones en las personas y en las instituciones; además tener la fortuna de conocer la realidad de otros territorios de la geografía colombiana.
María Camila Romero, estudiante de noveno semestre de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario. Estará en San Juan de Pasto (Nariño). “Me presenté a Manos a la Paz para tener la oportunidad de construir nación como joven y compartir conocimientos con personas que tal vez no cuentan con las mismas oportunidades. Eso también es aportarle a la paz”.
Paula salcedo de 23 años, estudia Ingeniería Ambiental en la Universidad Nacional, sede Palmira. “Aunque me da un poco de miedo llegar a esos sitios donde hubo secuestros, campos minados y presencia de la Farc, mi propósito es enseñarles que conservar el medio ambiente es ayudar a mejorar calidad de vida y por supuesto, se invierte en un desarrollo sostenible para la paz”.
Aliados construyendo país
La iniciativa se enmarca en los propósitos conjuntos de la Alta Consejería para el Posconflicto y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo de la Unión Europea, el Fondo Multidonante de las ONU para el Posconflicto (MPTF) y Fondo Chile, a través de su programa “Servicio País”.
Según Rafael Pardo, Alto Consejero para el Posconflicto: “Un grupo de jóvenes hará levantamiento del estado en las escuelas en las veredas en las cuales hay campamento de la farc, otros en desarrollo económico o programa de empleo; todo está ligado a una realidad nacional. Es un programa que va de la ciudad al campo. Le apostamos al posconflicto en una Colombia integrada, un país para todas y todos los colombianos”.
Para Martin Santiago, Coordinador Residente de la ONU en Colombia: “A pesar de ser de diversas regiones, universidades y profesiones, estos jóvenes tienen varias características en común: Su energía y ganas de dar y trabajar por su país. De poner sus conocimientos al servicio de sus compatriotas en las regiones más afectadas por el conflicto. Una expresión única de solidaridad. Construir la paz en Colombia no es otra cosa que cerrar brechas de inequidad, pobreza y subdesarrollo y Manos a la Paz es una de las estrategias para lograrlo”.
Por su parte, Blanca Cardona, Coordinadora Nacional de Gobernabilidad del PNUD: “Lo positivo es que los jóvenes siguen con el mismo en entusiasmo; llevamos tres generaciones de este programa y eso es un mensaje importante para el país. Si alguna vez pensamos que el país está dividido o estaban dudando de que la paz es el camino, creo que aquí no hay duda! los jóvenes colombianos quieren hacer parte de la construcción de la paz de su país“.
"En Fundación Superación de la Pobreza estamos orgullosos de colaborar en la consolidación de Manos a la Paz; gracias al apoyo del Fondo Chile contra el Hambre y la Pobreza, de AGCID y PNUD-Chile, podemos compartir aprendizajes, herramientas y experiencias de nuestro programa Servicio País. Compartimos la misma convicción: los jóvenes deben ser protagonistas en la construcción de sociedades más sostenibles, integradas e integradoras”: Renné Fresard, Cooperación Internacional - FFSP.
De acuerdo con Francisco García, Jefe de Cooperación de la Unión Europea - UE en Colombia: “Fue fundamental poder contribuir en esta iniciativa del Plan de Respuesta Rápida. Se trata de construir paz desde la base, desde la sociedad. Estos jóvenes cambiarán las percepciones que tienen de su país y el conflicto. Los que les reciban, sentirán el apoyo del resto del país. Estoy seguro que Manos a la Paz va a cambiar la vida de estos jóvenes, que son los llamados a cambiar Colombia en los próximos años”.
Un encuentro para conocerse!
Antes de ir al terreno de sus pasantías, los 300 seleccionados participaron en un encuentro nacional en Bogotá. Saludaron a los responsables de las instituciones que hacen posible Manos a la Paz y charlaron sobre voluntariado, juventud y construcción de paz y ciudadanía juvenil activa.
Los nuevos jóvenes voluntarios llegaron a las ciudades capitales a iniciar su proceso de adaptación, así como participar en los talleres de inducción y trazar los planes de trabajo con los tutores territoriales que les acompañarán en sus cuatro meses de pasantías.
Igualmente, avanzan en encuentros con actores clave en los municipios, acercamiento a las comunidades y saludo a las autoridades locales, con quienes interactuarán para cumplir sus metas en cada uno de los proyectos asignados en la búsqueda de más territorios en paz.
A la fecha, Manos a la Paz registra cerca de 15 mil postulados y 900 seleccionados que hoy se vinculan a proyectos en 122 municipios de 19 departamentos que sienten de cerca una real intervención de jóvenes que optaron por marcar la diferencia en una experiencia que cambia vidas y construye paz