Como crítica y vulnerada fue descrita la situación de la mujer colombiana víctima del conflicto armado, por la Relatora sobre los Derechos de la Mujer de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Susana Villarán.
Según un comunicado emitido por la Secretaria General de la Organización de los Estados Americanos, la evaluación sobre el impacto del conflicto armado en las mujeres y niñas colombianas, realizada por la Relatora, destaca la agudización de la violencia y discriminación hacia la mujer, agravando su situación con alarmantes índices de pobreza, mortalidad y enfermedad materna e infantil, además de las altas tasas de analfabetismo en las mujeres.
A pesar que Colombia posee un marco jurídico para proteger los derechos Humanos de la mujer, Susana Villarán expresó su preocupación por la ausencia de una política estatal integral que impide que las mujeres sean tratadas como botín de guerra por los actores armados, en situaciones donde sobresale el uso de la fuerza para someterlas a condiciones de vida denigrante. Donde es posible la aplicación de castigos que van desde asesinato, tortura, secuestros, detenciones masivas, reclutamiento forzado, señalamientos y amenazas; además de violencia asociada a delitos de carácter sexual como violación, trata de personas y prostitución forzada.
Así lo pudo verificar la Relatora durante su visita a Bogotá, Valledupar y Quibdo a través de testimonios de víctimas, familiares de éstas, organizaciones de la sociedad civil, autoridades del gobierno y agencias intergubernamentales vinculadas a la defensa y promoción de los derechos de la mujer.
De acuerdo al comunicado de la Organización de los Estados Americanos "estas modalidades de violencia son utilizadas como instrumento para intimidar e impartir terror a comunidades que habitan en zonas de conflicto, provocando el desplazamiento de cientos de familias que tienen principalmente a mujeres como cabeza de hogar."
De esta manera, la historia de discriminación, exclusión y estigmatización se agudiza en mujeres indígenas y afrocolombianas, principalmente, enfrentadas a una desprotección gubernamental, ante políticas públicas poco incluyentes que las lleva a pasar de un escenario de guerra y muerte a sobrevivir en situaciones extremadamente precarias en las ciudades, concluyo la señora Villarán.