Tiene como principal objetivo establecer líneas generales de acción que permitan reactivar las actividades de atención presencial de manera progresiva, así como establecer parámetros generales para la consideración de la continuidad de actividades a través de la modalidad virtual y remota. La presente guía establece las normas mínimas de bioseguridad que se recomiendan para la reapertura de servicios, en el contexto actual de la situación de COVID-19 en la región.
Contexto COVID-19 y los Espacios de Apoyo
De acuerdo con datos de la OMS/OPS, Latinoamérica se ha convertido en el epicentro de la pandemia con más de 13 millones de personas contagiadas, lo que representa el 54% de la población contagiada alrededor del mundo.*
Frente a este escenario y al impacto profundo sobre los sistemas de salud de los países, los gobiernos han tomado diversas medidas a fin de mitigar y contener la pandemia. Una de las principales medidas tomadas casi de manera inmediata, fue el cierre de fronteras, tanto terrestres, aéreas, como marítimas en la mayoría de los países.
Adicionalmente, se establecieron medidas para limitar el movimiento de las personas, a través de confinamientos, toques de queda o restricciones de circulación vial, así como el cierre de gran parte de sectores de la economía.
Algunos Estados accionaron medidas parciales mientras que otros de forma total, las cuales se han ido actualizando de acuerdo con el momento epidemiológico en que se ha encontrado cada país, siendo ampliadas o bien siendo contraídas.
Desde el inicio de la pandemia, la mayoría de los Espacios de Apoyo (EA) han adaptado la forma de atención en los espacios físicos a una atención remota, móvil o itinerante a fin de garantizar la continuidad en la provisión de servicios para el acceso a información actualizada, orientación, asistencia y servicios a las personas refugiadas y migrantes, en especial aquellas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.