Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron el domingo que acabarían con su antigua práctica de secuestro como medio de financiamiento para sus actividades guerrilleras y también que se liberarían diez secuestrados que hacen parte de la Fuerza Publica. Si esto se lleva a cabo, marcaría un cambio dramático para el grupo guerrillero y podría ser un paso importante para acabar con más de cuatro décadas de conflicto violento que ha desplazado a millones de personas.
No obstante, las FARC siguen violando el derecho internacional humanitario por medio del reclutamiento de menores de edad, el uso de minas y los ataques indiscriminados en contra de poblaciones civiles. WOLA rechaza rotundamente estas violaciones y considera que las FARC deben poner fin a estas actividades si tomen en serio su compromiso de construir paz en Colombia.
Las FARC deben liberar a todos los secuestrados lo más pronto posible, y el gobierno colombiano debe hacer todo lo posible para facilitar estas liberaciones. Ambas partes deben aprovechar este anuncio para avanzar hacia la reanudación del dialogo y poner fin a un conflicto que ha llevado a la muerte de 22.500 personas en combate desde el colapso de las negociaciones de paz hace diez años, cifra correspondiente solamente a combate con la Fuerza Publica. Esperamos que la liberación de los rehenes aliente a ambas partes a trabajar hacia el cese de hostilidades y hacia una solución negociada al conflicto.
The Revolutionary Armed Forces of Colombia (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC) announced on Sunday that it would end its long-standing practice of kidnapping as a way of financing its guerrilla activities and that it would release ten military and police hostages it currently holds. If carried out, this would mark a dramatic shift for the guerrilla group and could be a very important step towards finding an end to over four decades of violent conflict that has displaced millions of people.
Nevertheless, the FARC continues to violate international humanitarian law by recruiting minors, using landmines, and indiscriminately attacking civilian populations. WOLA roundly rejects these violations, and these activities must be stopped if the FARC is serious about its commitment to build peace in Colombia.
The FARC must release all hostages as soon as possible, and the Colombian government should do its utmost to facilitate the release. Both sides need to build on this announcement to move toward renewed dialogue and the end of a conflict that has killed more than 22,500 people in combat involving government forces alone since the last time peace talks collapsed ten years ago. We hope that the release of the hostages will encourage both parties to work towards a cessation of hostilities and a politically negotiated solution to the conflict.