Visión general de la colaboración
La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y Colombia son aliados históricos en la lucha contra la pobreza y el hambre. A lo largo de los años, Colombia ha sido un firme aliado en aspectos clave del trabajo de la FAO, principalmente en la lucha contra la inseguridad alimentaria y la malnutrición; la protección de recursos naturales y la gobernanza de los bosques, las tierras y el agua; el avance de la innovación social y tecnológica; la agricultura familiar y los mercados; la promoción de sistemas agroalimentarios sostenibles e inclusivos y; el fortalecimiento de la gestión de riesgo y rehabilitación de medios de vida rurales.
Desde la apertura de su representación oficial en el país en 1977, la FAO ha trabajado de la mano del Gobierno colombiano en el establecimiento de procesos de cooperación técnica en áreas estratégicas para mejorar la agricultura y la alimentación. En 2018, esta colaboración estratégica fue fortalecida con el acuerdo entre Colombia y la FAO de elevar el rango de la representación de la Organización en el país a una Oficina de Asociación y Enlace, reforzando la capacidad de la FAO para responder a las demandas nacionales mediante modalidades de asistencia técnica y cooperación Sur-Sur, así como de alianzas multisectoriales con el sector privado, la academia y la sociedad civil. Para el logro de este objetivo, la FAO trabaja de manera articulada con una pluralidad de actores, incluidos Ministerios, Gobernaciones, entidades y agencias del Gobierno Nacional en los campos de agricultura, ganadería, pesca, acuicultura, manejo forestal, manejo de recursos naturales, desarrollo rural, salud e inocuidad de alimentos. Del mismo modo, la alianza FAO-Colombia busca promover activamente la coordinación y efectividad entre diversos procesos de cooperación internacional desarrollados en el país, incluidos aquellos con agencias hermanas de las Naciones Unidas.
La actual situación rural de Colombia afronta transformaciones sustanciales determinados por los cambios sociales, políticos y ambientales, la dinámica de la implementación de las políticas públicas y la entrada en escena del proceso de paz y el postconflicto que junto con tendencias nacionales y globales impactan en la sostenibilidad ambiental, la acción colectiva y calidad de vida de los pobladores rurales, la estabilidad de las instituciones gubernamentales y la construcción de una paz estable y duradera, entre otros. En este contexto, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera de 2016 ha brindado la oportunidad de fortalecer un proceso de desarrollo rural recuperando la institucionalidad, con énfasis en la inclusión de las familias rurales que hasta el momento se encontraban marginadas. La FAO fue nombrada acompañante del punto uno del Acuerdo de Paz (Reforma Rural Integral), y por lo tanto ha estado brindado cooperación técnica especializada en áreas prioritarias, como los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y el tema de Tierras, entre otros.
En años recientes, Colombia se ha convertido en un dinámico asociado de recursos de la FAO, con contribuciones que alcanzaron los 118 millones de USD entre 2014 y 2020*, haciendo de la FAO uno de sus principales socios para el desarrollo de sus políticas públicas medioambientales, de seguridad alimentaria y nutricional (SAN) y de desarrollo rural. Actualmente, Colombia es el segundo mayor contribuyente de la Organización en términos de fondos fiduciarios unilaterales (UTF), modalidad de cooperación a través de la cual el país, mediante sus propios recursos nacionales o créditos y fondos internacionales, financia proyectos en Colombia con la asistencia técnica y el apoyo de la FAO en el diseño e implementación de programas nacionales. Durante dicho periodo, más de 60 proyectos (por un total de 108 millones de USD) fueron financiados por Colombia mediante UTF. Esto refleja la importancia que reviste la contribución que realiza el Gobierno colombiano, a través de sus diversas entidades, al presupuesto de operaciones de la FAO.
La mayor parte de las contribuciones de Colombia fueron destinadas al trabajo de la FAO para reducir la pobreza rural (69 por ciento), hacer que la agricultura, la actividad forestal y la pesca sean más productivas y sostenibles (12 por ciento), seguido por esfuerzos para erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición (8 por ciento).
En 2019, la FAO lanzó una nueva estrategia centrada en los núcleos de mayor pobreza y hambre en América Latina y el Caribe. La Estrategia Territorios Libres de Hambre y Pobreza (100-T), así como la Iniciativa Hand in Hand que buscan, en el marco de las políticas públicas de cada país, desarrollar, implementar, monitorear, evaluar, sistematizar y diseminar herramientas y modelos de intervención adecuados a las realidades de los territorios rurales más rezagados y vulnerables. Bajo esta perspectiva, la FAO y el Gobierno de Colombia acordaron un nuevo Marco de Programación de País (2021–2024) para fortalecer la cooperación e intensificar el trabajo conjunto en torno a tres áreas estratégicas: i) estabilización: paz con legalidad; ii) migración como factor de desarrollo y; iii) asistencia técnica para la aceleración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) catalizadores en el marco del nuevo Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. Estas áreas estratégicas se han construido sobre las bases del trabajo que ha hecho la FAO en el país en los últimos años, desarrollado en torno a los siguiente ejes: i) Colombia integradora, enfocado en los retos que plantea la migración para la región y las soluciones que Colombia ha desarrollado y requiere; ii) Colombia incluyente, centrado en el reto global de armonizar el desarrollo productivo y la inclusión social; iii) Colombia potencia alimentaria, basado en la oportunidad para la región y Colombia de aprovechar la creciente demanda alimentaria global; iv) Colombia potencia biodiversa, orientado a los desafíos de producir conservando y;
v) Construcción de paz y estabilización, enfocado en los retos de la legalidad que atraviesan la región, en particular en materia de convivencia y diálogo social asociado a conflictividades y basado en los notables desarrollos alcanzados por Colombia.
En los últimos años, se ha constatado que los principales retos en torno a la producción, la alimentación, el medio ambiente y la nutrición afectan a todos los países del mundo de una manera cada vez más directa e interconectada. El año 2020 ha sido una época de grandes cambios para el mundo, agravado por una crisis de salud global sin precedentes causada por la pandemia COVID-19, con impactos económicos y sociales potencialmente severos. En los próximos años, la FAO y Colombia seguirán trabajando en torno a prioridades comunes para abordar los desafíos de desarrollo emergentes, hacer frente a los estragos del COVID-19 a nivel nacional y regional, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.