INTRODUCCIÓN
La dinámica del conflicto armado interno en Colombia está aumentando y con ello, el impacto humanitario sobre la población civil. Los grupos armados no estatales (GANE) han incrementado su presencia y control después de la firma del Acuerpo de Paz con las FARC-EP, particularmente en 462 municipios que albergan aproximadamente 7 millones de personas que viven bajo el control e influencia de GANE a nivel nacional. Las zonas de control hegemónico y los acuerdos de coexistencia entre estos GANE conlleva al aumento de enfrentamientos entre ellos, cambios constantes en las líneas de mando y una mayor presión y afectación sobre la población civil.
Esto se ve representado en una tendencia de aumento en los desplazamientos forzados y el confinamiento (103,200 personas afectadas en los primeros 6 meses del año); restricciones estrictas sobre la movilidad (2,6 millones de personas afectadas en lo que va de 2022)1 junto con mayores riesgos sobre la protección de la población civil, incluido el uso, utilización y reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes, el uso de minas antipersonales (MAP), la violencia sexual y violencia basada en género, así como limitaciones de acceso a bienes y servicios básicos y medios de vida, sobre todo para mujeres cabezas de hogar. Esto ha afectado la seguridad alimentaria y estado nutricional, y está dando lugar a un aumento de la mortalidad debido a enfermedades prevenibles y graves problemas de subsistencia.
En este contexto, los actores humanitarios están cada vez más llamados a proporcionar asistencia complementaria a los esfuerzos estatales para responder a estas necesidades. En muchas ocasiones, la asistencia proporcionada por los actores humanitarios es la respuesta de primera línea debido a las limitadas capacidades descentralizadas del Estado.
Sin embargo, el aumento de las necesidades y los recursos financieros limitados están obligando a los actores humanitarios a priorizar las áreas de intervención. A continuación, se ofrece un breve resumen de la dinámica, los riesgos y los escenarios en curso en el país, así como un resumen de las intervenciones clave necesarias para abordar las necesidades prioritarias en la región del Pacífico, donde el conflicto se ha intensificado más y donde se evidencia el mayor número de confinamientos y desplazamientos. El presente llamamiento extrae las actividades ya previstas en el Plan de Respuesta Humanitario (HRP) de Colombia 2022 y debe considerarse parte de la estrategia de respuesta, al tiempo que describe más específicamente las acciones claves requeridas con mayor urgencia.
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