Por Mónica Oblitas Zamora
Las subidas de Valparaíso quitan el aliento de sólo mirarlas. Pendientes y difíciles son un reto para cualquier freno, y su construcción vertiginosa hace lanzar frases de sorpresa a los turistas: no debe ser para nada fácil vivir en uno de esos cerros empinados, aunque la costumbre sea un patrimonio.
Valparaíso es la ciudad chilena flanqueada por la costa del Pacífico y edificada sobre cerros. Si bien no se sabe exactamente cuántos cerros tiene, sí que 42 de ellos están habitados, siendo algunos más turísticos, otros más pudientes y muchos profundamente pobres. En estos cerros se destacan las construcciones coloniales ubicadas en el Barrio Barón, el sector Bellavista, el Casco Patrimonial y Playa Ancha; donde arquitecturas europeas se han mezclado con la diversidad criolla y el ingenio de nuevas arquitecturas que desafían la gravedad con un toque de color. Los cerros Alegre y Concepción que destacan por sobre los demás por ser la primera urbanización colonial entre los cerros con casonas antiguas, iglesias de diferentes congregaciones, paseos y ascensores y las miles de casitas de colores son parte el conjunto de maravillas que forman parte de este sector, nombrado Patrimonio de la Humanidad el año 2003 y que es un bello y singular atractivo turístico.
Al lado de Viña del Mar, Valparaíso no compite sin embargo en el imaginario de la mayoría de chilenos y de los turistas que van en busca de confort. La diferencia económica entre ambas es notoria, sobre todo porque Viña del Mar tiene el festival musical y un casino, además de ser más “chic”. Valparaíso tiene otro aire, menos moderno, más de tradición. El gran hueco negro del incendio del 12 de abril, el mayor de su historia, impacta.
ARDE VALPARAÍSO
El 12 de abril pasado Valparaíso sufrió el peor incendio de su historia, en un contexto altamente vulnerable. Todavía no están determinadas las causas que lo provocaron, aunque hay varias hipótesis.
Durante varios días el incendio más siniestro de su historia se apropió de las casitas de colores reduciendo muchas de ellas a cenizas. Fue una tragedia que ha marcado un antes y un después en la vida de los habitantes de la ciudad. Los cerros afectados fueron Mariposa, Monja, La Cruz, El Litre, Las Cañas, La Virgen, Santa Elena, Ramaditas y Rocuant.
Gabriela S., de 48 años, no llegó a perderlo todo porque si lo hubiera hecho dice que no podría contar nada. Ella, su marido, y sus cuatro hijos tuvieron tiempo de salvar sus bienes más preciados, incluyendo a su mascota Toby. Pudieron ganarle minutos al fuego porque se inició algunas casas más allá de la suya, así que en medio del humo de las casas que ardían a su alrededor sacaron algunas cosas de valor y vieron cómo el fuego se apoderaba de su casa. A Gabriela se le llenan los ojos de lágrimas al recordar esa noche porque, aunque se considera afortunada, vio cómo su hogar se le escurría entre las brasas. “Fue muy duro, muy doloroso, pero no se podía hacer nada, los bomberos trataban de apagar el incendio pero no podían, los vecinos nos pasábamos agua, pero el fuego nos iba ganando, fue una verdadera pesadilla. Nunca pensé vivir algo así”, cuenta la mujer, con expresión entre triste y cansada.
Ahora tiene (como miles de familias) que reconstruir su casa, tarea nada fácil cuando ya se tiene mucho de haber empezado. “Esta casa era de mi madre y ella me la heredó, hacerla igual de nuevo es imposible.”
Sin embargo no todo es gris para personas como ella, y Gabriela así lo acepta. “El Gobierno ha prometido ayudarnos, aunque se está tardando”, dice.
"Estamos hablando de 12.000 a 15.000 damnificados", explica el delegado presidencial para la catástrofe, Andrés Silva. Silva, quien fue nombrado por la presidenta Michelle Bachelet para coordinar la ayuda y reconstrucción en el puerto chileno, dijo que son más 1.800 los terrenos sobre los que había viviendas sin permisos municipales y en cada uno de ellos habitaban hasta tres familias. El Gobierno ha destinado alrededor de 32,3 millones de dólares para afrontar la emergencia, como retiro de escombros, subsidios de arriendo y la instalación de viviendas temporales. Muchas de las personas que conoce Gabriela aún están viviendo en campamentos, aunque ella y su familia se están quedando en la casa de su cuñado.
El dilema al que se afronta ahora el gobierno es si reconstruir rápido o más lento pero más seguro. Ha adelantado que no se quiere iniciar una reconstrucción definitiva hasta que se elabore un plan que defina qué zonas son realmente seguras, ya que muchas casas arrasadas por el fuego se encontraban en quebradas que no presentan condiciones para ser habitables. "Hemos sido categóricos, este plan va a ser rápido, ágil, pero va a ser seguro. Efectivamente hay zonas donde no va a ser posible construir", indicó Silva. El incendio de Valparaíso consumió 1.144 hectáreas y dejó aproximadamente 2.900 casas destruidas en siete cerros de la ciudad costera.
¿Pero cuánto ha sido afectado cada quién de toda esa población? Difícil respuesta. Ya en el incendio del 2008 hubo denuncias de que mucha gente aprovechó la ayuda para hacer mejoras en sus casas cuando no habían sido afectados por el incendio, por ello para evaluar los daños el SERVIU (Servicio de Vivienda y Urbanismo regional) y FOCO Consultores (Plan Regulador de Valparaíso), han formado la base de datos que define los primeros pasos de la reconstrucción. El SERVIU considera que existían 3.500 lotes dentro de la zona afectada, y de estos entre un 60% y un 70% han sido afectados por el incendio. No obstante, un lote no necesariamente equivale a una vivienda o a una familia, por lo que el catastro desarrollado por el SERVIU posee un carácter también social, además de técnico. Se quiere identificar las necesidades que tenían los barrios afectados para reconstruir bien.
PIEDRA SOBRE PIEDRA
Aunque es muy importante definir técnicamente las necesidades de esos barrios para hacer una reconstrucción responsable, lo cierto es que cada día que pasa las familias deben esperar a que se responda por sus necesidades, tomando en cuenta que las temperaturas están descendiendo y se espera que las lluvias sean muy fuertes. Ironías de la naturaleza.
El contexto de Valparaíso, entre casas de madera, cerros empinados, y un ambiente seco, lo hacen muy vulnerable ante los incendios. Fernando Maldonado, experto en manejo del fuego de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el organismo oficial chileno a cargo de coordinar las tareas de extinción, explica las características particulares de este incendio que provocó 13 muertos. “En Valparaíso tenemos el viento costero, también ese sector que no había tenido incendios durante muchos años, contaba con una vegetación muy densa, a lo que se suman los desperdicios que la población arroja, que se convierten en combustible. El estado de la vegetación por la sequía del país genera una combustión rápida y muy intensa. Las pendientes de las laderas facilitan la propagación ascendente del fuego hacia las partes altas donde están las casas, y dificulta las tareas de extinción. En los alrededores del incendio no hay fuentes de agua cercanas y los bomberos tienen que subir por caminos de difícil acceso para llegar a todos los recovecos.”
¿Por qué se inició el incendio? Se barajan tres hipótesis: choque de cables por el viento, supuesto corte del tendido eléctrico y la electrocución de dos aves en contacto con el tendido de cables.
Para aclarar la hipótesis respecto de la electrocución de los dos jotes (aves de la zona), la firma contactó a una serie de expertos, entre los que estaban algunos especialistas en el comportamiento de este tipo de animales. En la conclusión explican que “un evento o fenómeno de estas características, sólo se explicaría en base a lo que se denomina principio de rareza”. Agregan que por la morfología de estas aves y “las características electrofísicas del fenómeno, dicha hipótesis (que las aves se hayan electrocutado y hayan caído al suelo prendidas de fuego) resulta altamente improbable”. No se ha descartado tampoco que haya sido provocado.
NO ME VOY
“Las casas recién entregadas a raíz del incendio del 2008 en el cerro La Cruz y Mariposa, volvieron a quemarse porque se hicieron a la rápida y sin considerar potenciales medidas de mitigación”, señala Marcelo Ruiz Fernández, arquitecto e integrante de Metropolítica.
El arquitecto y urbanista Iván Poduje señala que “hay una idealización de la pobreza de Valparaíso con esta visión del anfiteatro [...] y lo que hay es una gran cantidad de familias que viven en campamentos, en barrios alejados y sin infraestructura”. La gran incertidumbre que gira en torno a la reconstrucción es entonces cuál es en realidad la identidad de Valparaíso.
Las instancias de discusión entre expertos, abre el eterno debate sobre la expansión de Valparaíso en zonas de extremado riesgo y la necesidad de erradicar extensas zonas para evitar desastres como éste. Las opiniones están divididas: algunos optan por mantenerlos a todo costo y desarrollar propuestas de mitigación, mientras otros por erradicarlos de ahí y evitar nuevas tragedias, pero las familias afectadas han dejado claro que no se quieren ir.
“Si nos guiáramos por los requerimientos técnicos, no podríamos construir nada más allá de la avenida Alemania”, comenta Daniel Morales, arquitecto y Secretario General del Colegio de Arquitectos de la región de Valparaíso, en referencia a la cadena Camino Cintura-Avenida Gran Bretaña-Avenida Alemania que serpentea entre los cerros, conectándolos y definiéndose también como límite social. “Hay tres niveles socioeconómicos en Valparaíso: el Plan; entre el Plan y avenida Alemania; y sobre la avenida Alemania. En este último se concentra la pobreza y todas las construcciones ilegales”, comenta.
Según los datos del SERVIU, dentro de las construcciones afectadas por el incendio, hay 9 campamentos y 26 escuelas. Y lo particularmente grave no es únicamente su daño, sino los paupérrimos índices de equipamiento público para estas comunidades durante todos estos años. Pensar que un camión bombero pueda llegar a tiempo a una de estas cuestas imposibles es absurdo, por ello el ejemplo de la ciudad de Medellín salta como referente entre los arquitectos: mitigar, entregar equipamiento de primera clase y generar conexiones adecuadas de transporte público, además de pensar en transporte aéreo en el caso de desastres en altura.
¿Y EL DINERO?
La ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball, anunció la implementación de una serie de subsidios habitacionales para comenzar el proceso de reconstrucción definitiva en la zona.
"La novedad de estos subsidios es que reconocen la realidad de Valparaíso, de los sectores afectados y también reconocen la condición de las familias beneficiarias. Por ejemplo, va a incorporar subsidios adicionales en la habilitación de muros de contención, la creación de un subsidio que permita facilitar la generación de condominios familiares, porque muchas veces esto pasa en Valparaíso, que en un terreno hay tres o cuatro casas", ha dicho.
En total $us. 86 millones para subsidios destinará el Gobierno para resolver las cifras del catastro que muestra 3.230 inmuebles con daños, de los cuales 2.491 declarados irreparables, 165 están en condiciones de ser arregladas reparables y 582 no tienen afectaciones.
El coordinador con el gobierno central explicó que en esta ciudad "no es posible aplicar un subsidio normal, porque las pendientes son más fuertes, porque hay más obras de contención que realizar y por eso el subsidio habitacional va a contemplar montos adicionales para poder ejecutar esas obras.
Dentro de las familias afectadas se encuentran también muchas que no han necesitado nunca de la ayuda del Estado, pero que esta vez sí la necesitan. “A esas familias nosotros vamos a establecerles un nuevo subsidio que es para construir en un sitio propio con un pago posterior. Es decir, las familias pueden construir libremente sus viviendas y una vez que sean recepcionadas por la Dirección de Obras Municipales, ellos acreditan el monto y el SERVIU les devolverá hasta el monto del subsidio", indicó.
La línea de subsidios estatales de reconstrucción también considera la posibilidad de la autoconstrucción asistida, que representa, según Waldo Burgos, “la oportunidad para una persona que no puede pagar, de contar con un arquitecto y construir su propia casa“, abriendo la posibilidad para miles de familias de contar con una asesoría técnica, que bajo otras condiciones sería imposible, más queda en discusión el real alcance porcentual que este subsidio pueda entregar a la zona.
Se insiste en la promulgación de una ley permanente, la ‘Ley Valparaíso’, que asegure un fondo permanente para la reconstrucción de la ciudad bajo la premisa de la búsqueda de un financiamiento sostenido en el tiempo. Se quiere que el puerto crezca hacia el sur y deje un borde costero para que los empresarios privados se desarrollen.
En el caso de Valparaíso, los equipos ministeriales regionales cuentan, para no equivocarse, con el antecedente del incendio de 2008, un incendio provocado en el cerro La Cruz en 2008, cuando fueron destruidas 70 casas y murieron cuatro personas, además de 50 heridos y 334 personas damnificadas. (Con datos de La Tercera, Radio Cooperativa).