La campaña solidaria de ayuda a personas damnificadas del reciente terremoto en Chile ha tenido generosa respuesta en parroquias, capillas y colegios católicos de Santiago. Cáritas ha logrado movilizar a gran parte de los chilenos tras la campaña solidaria "Vamos, chilenos. Solidaridad hoy. Unidos en la emergencia" en ayuda a las personas afectadas por el terremoto y el tsunami. La ayuda recibida y que ya se ha distribuido ha alcanzado 1.439 toneladas de alimentos no perecederos, correspondientes a 239.930 cajas familiares. Se utilizaron 92 camiones para enviar la ayuda a las zonas más afectadas de las regiones de O'Higgins, Maule y Biobío. La contribución económica alcanzó la cifra de más 45.000 millones de pesos recaudada por Chile Ayuda a Chile.
Caritas entregó ayuda directa en víveres y alimentos no perecederos a más de 200.000 familias, que ha sido distribuida a través de 1.453 parroquias y capillas.
Toda esa labor ha sido también gracias a la participación fundamental de más de 3.000 voluntarios que desarrollaron una intensa actividad para seleccionar y distribuir las donaciones.
Por otra parte, las campañas solidarias en ayuda a los damnificados organizadas por parroquias, capillas y colegios católicos, que han sido canalizadas a través de Caritas, han tenido una generosa respuesta. "No podemos participar directamente en la reconstrucción de caminos, casas, escuelas y hospitales, pero sí podemos contribuir en el cuidado de la salud mental y de la salud espiritual de muchos", señaló recientemente el padre Álvaro González a los consagrados de la zona oriente de Santiago. A su juicio, "el terremoto desordenó todo, nos desmanteló y nos cuestiona la vida, los valores, las costumbres. Hemos empezado un tiempo nuevo y tenemos que ajustarnos a una nueva realidad". Tras una conmoción de tal magnitud, explicó, el duelo tiene cuatro etapas: el shock y la satisfacción de las necesidades básicas; la indignación y la culpabilización; la pena, la rabia, la depresión; la aceptación de la nueva situación y la conformidad. "No podemos pedirle a Dios que nos libre de pasar experiencias dolorosas", indicó el sacerdote, "pero sí podemos pedirle que nos acompañe y que de sabiduría para darle sentido a esta experiencia".
Tras el seísmo, la Parroquia María Madre de Misericordia acudió en ayuda de familias de Constitución, Rinconada, Corrientes, Sauzal, Peralillo, Pumanque, Concepción y Curicó. "Gracias al apoyo y donaciones de la comunidad de la Parroquia María Madre de la Misericordia, el Colegio Everest, el Colegio Los Alerces, la Cruz Roja y los vecinos de Los Trapenses, se enviaron 9 vehículos - entre camiones y camionetas- con ropa, alimentos no perecederos, artículos de aseo personal, ropa de cama, braseros, carbón, pañales para niños y adultos, entre muchos otros", indican.
Como Junta de Vecinos se propusieron reunir 300 Canastas Solidarias para los damnificados de Constitución, Corrientes y Rinconada, en la VII Región. La distribución se está llevando a cabo a través del sacerdote Teodomiro Gutiérrez, con la ayuda y colaboración de 50 familias de su comunidad de Constitución.