Informing humanitarians worldwide 24/7 — a service provided by UN OCHA

Brazil + 7 more

Voces de las personas refugiadas en Brasil - Diagnósticos participativos del ACNUR 2020

Attachments

Resumen Ejecutivo

Este informe se basa en el diálogo y en consultas con personas refugiadas y solicitantes de la condición de refugiado en Brasil en octubre y noviembre de 2020. Discutieron sus preocupaciones y retos 644 personas, así como sus expectativas y capacidad, en el Diagnóstico Participativo que el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) realizó durante estos meses junto con colaboradores y otros actores relevantes. Las cinco principales necesidades prioritarias que identificaron las personas refugiadas, muchas veces exacerbadas por la pandemia del COVID-19, resultaron:

• Generación de ingreso y autosuficiencia (55%)

• Situaciones que incurren violencia o riesgos en la comunidad (42%)

• Acceso a vivienda (alquiler, albergues, etc.), agua, saneamiento e higiene (38%)

• Salud (38%)

• Educación (35%)

La generación de ingreso fue la principal preocupación que expresaron los participantes, por lo que indicó que barreras de idioma y dificultades en el reconocimiento de habilidades, experiencias anteriores o diplomas académicos dificultan la inclusión laboral de las personas refugiadas en Brasil y generan dependencia de programas de asistencia financiera para la compra de alimentos e ítems básicos. El número de personas con trabajo informal es muy alto y, en casos extremos, hay casos de personas pidiendo dinero en la calle o relatos de individuos recurriendo al sexo como mecanismo de sobrevivencia. Además, también están limitadas las empresas sensibilizadas para contratar personas refugiadas y, a veces, los empleadores no reconocen la documentación de los solicitantes de la condición refugiado como un documento válido de identificación. El acceso limitado a servicios financieros, incluido el microcrédito y apertura de cuenta bancaria, se destacó como una limitante para generar ingreso, y también está la falta de asesoría para fabricación o comercialización de productos o informaciones para apertura de microempresas.

La inseguridad y la violencia en las comunidades fueron la segunda gran preocupación de las personas refugiadas consultadas. Una de cada tres personas refugiadas que participaron en las consultas relató haber sufrido casos de violencia por parte de un familiar ya en Brasil. A menudo, los hogares de los refugiados están ubicados en zonas marginadas y aisladas o donde están activas pandillas u otros grupos delictivos, lo que aumenta el riesgo de inseguridad. También se reportó un número elevado de casos de violencia basada en género, fenómeno que se agrava con el desempleo y el aumento del consumo de alcohol y drogas. Los malos tratos o la negligencia por parte de los padres hacia sus hijos se ha incrementado debido al estrés generado por la falta de ingresos. Como resultado de la violencia, una parte de la población ha sufrido daño físico, trauma, autoestima afectada o problemas de salud sexual y reproductiva, o inseguridad.

En cuanto el acceso a vivienda, agua, saneamiento e higiene, un número expresivo de personas refugiadas reportaron que el ingreso que reciben no es suficiente para asumir los costos del alquiler, lo que genera obstáculos para encontrar vivienda adecuada y lleva a algunos entrevistados a residir en las calles u ocupaciones espontáneas, a veces sin acceso adecuado a agua o a electricidad. Otras personas refugiadas comentaron sobre condiciones precarias en algunos espacios de habitación y casas privadas, siendo igual de común casas de alquiler abarrotadas y situaciones que producen mayor riesgo de desalojo. Así pues, muchas personas se encuentran expuestas a riegos de salud a causa de las condiciones precarias de saneamiento básico en los locales donde viven, así como sometidas a situaciones de inseguridad alimentar, desnutrición, inseguridad, violencia y acoso sexual, falta de privacidad, lo que les provoca impactos en su salud mental y autoestima.

En relación con el acceso a la salud, la existencia de obstáculos prácticos al acceso a la salud y a medicamentos es un reto significativo para la población refugiada. Parte de la población relata la imposibilidad de pago de ciertos tipos de tratamiento, como los de salud mental. En determinados centros de salud falta medicamentos, incluso para el tratamiento del VIH. Además, muchos no logran acceder algunos servicios especializados de salud, como de salud sexual y reproductiva, por no tener informaciones. Por fin, se resalta el problema de la lengua y, en consecuencia, la dificultad de comunicación de la población de interés en los centros de salud, asimismo la percepción de que la atención médica al brasileño es mejor que la ofrecida al venezolano.

En lo que se refiere al acceso a la educación, se identificó como reto la reducción en el número de niños y niñas en edad escolar matriculada en la enseñanza formal y la falta de recursos para la adquisición de material escolar y acceso a la conectividad, especialmente en tiempos de la enseñanza a la distancia. Asimismo, se relató la falta de información sobre plazas disponibles, las cuales muchas veces son insuficientes, así como procedimientos para la matrícula. Por fin, la insuficiencia de cursos de portugués disponibles para personas refugiadas dificulta no solo el ingreso en los sistemas de enseñanza, sino también el acompañamiento curricular. Entre las razones para la evasión escolar están el idioma, la xenofobia, el racismo y el bullying. Durante la pandemia de COVID-19, y con las escuelas públicas sin clase presencial, las dificultades de permanecer en la escuela han sido aún más grandes, así como también los niveles de ociosidad entre niños y adolescentes, por lo que se encuentran más aislados y lejos de los amigos.

Otros temas que también se debatieron incluyen:

• documentación;

• reunión familiar;

• participación de la comunidad;

• acceso a información y comunicación;

• apoyo socioeconómico y asistencia social;

• alimentación, integración local e interiorización

El informe también destaca abordajes y capacidad existentes en las comunidades de personas refugiadas para enfrentar a las adversidades, así como mitigar los riesgos de protección. Algunas de esas capacidades pueden aprovecharse para producir resultados positivos y apropiación de las intervenciones por la comunidad.

Entre las recomendaciones que indicaron las personas refugiadas participantes, siendo que muchas son transversales y atraviesan diversos temas, se destacan el mayor acceso a cursos de lengua portuguesa, a disponibilidad de cursos vocacionales, y fomentos de iniciativas de emprendedurismo que pueden apoyar en la promoción de autosuficiencia e inserción en el mercado laboral, el acceso a la vivienda e integración local de personas refugiadas. Además, se mencionaron acciones consideradas importantes en el sentido de promover el acceso a información sobre los derechos y servicios de violencia basada en género para sobrevivientes y agresores, fortalecer y expandir el acompañamiento psicosocial, así como fortalecer la diseminación de materiales informativos sobre acceso a la documentación, revalidación de diplomas y acceso a la educación. La necesidad de soporte especializado para lidiar con la dependencia de alcohol y drogas también se identificó, por ejemplo, con la promoción de más diálogos sobre esas cuestiones en la comunidad. Por fin, se subrayó la importancia de recrudecer y expandir sesiones informativas sobre programas de asistencia social del gobierno, educación y prevención, mitigación y respuesta a cuestiones de violencia de género, así como la ampliación de la promoción de espacios de diálogo, convivencia, ocio y que involucren toda la familia y comunidad.