Informing humanitarians worldwide 24/7 — a service provided by UN OCHA

Brazil + 17 more

En América Latina, no solo reconocemos el trabajo de cuidados, estamos reconstruyendo las economías en torno a él

De Brasil a Panamá, inversiones decisivas en los cuidados, respaldadas por la experiencia y el apoyo de ONU Mujeres, están transformando economías y vidas, y mostrando al mundo todo lo que se puede lograr.

Todos los días, las mujeres y niñas de América Latina dedican hasta tres veces más horas que los hombres al trabajo de cuidados no remunerado, es decir, a cocinar, limpiar, cuidar a las infancias y dar apoyo a las personas enfermas y mayores. Si observamos el panorama general, la escala es asombrosa. A nivel mundial, cada día se dedican 12.500 millones de horas al trabajo de cuidados no remunerado. En su mayoría, son las mujeres y niñas quienes están a cargo, a menudo sin descanso, sin salario ni opción.

Pero ¿y si el cuidado no fuera invisible? ¿Y si se compartiera, valorara y apoyara de manera adecuada?

En toda América Latina se está dando una revolución de los cuidados. Con la experiencia y el apoyo de ONU Mujeres, 17 países [1] están trabajando para rediseñar la forma en que se reconoce, financia y lleva a cabo el trabajo de cuidados. Los gobiernos, las empresas del sector privado, las mujeres y las comunidades están reescribiendo las reglas a fin de convertir lo que antes se consideraba un trabajo femenino no remunerado en políticas públicas, servicios y una responsabilidad compartida.

Pues lo cierto es que invertir en los cuidados no solo alivia la carga, sino que también libera el potencial de sociedades enteras.

¿Qué es un sistema de cuidados?

Durante demasiado tiempo, el trabajo de cuidados no remunerado, como cocinar, limpiar y atender las necesidades físicas y emocionales de las familias, ha recaído principalmente en las mujeres y niñas. Sin embargo, los sistemas de cuidados pueden cambiar esa práctica y convertir el trabajo de cuidados en una responsabilidad visible y compartida gracias a medidas como estas:

  • servicios públicos, como guarderías, hogares para personas mayores, visitas domiciliarias y servicios de atención a las personas cuidadoras (diseñados para brindarles un respiro o descanso breve).
  • Protecciones jurídicas, como la licencia parental remunerada, las pensiones, la atención de la salud y los salarios decentes para las personas cuidadoras.
  • Capacitación y profesionalización que ayuden a quienes se dedican a los cuidados —de manera remunerada o no— a adquirir habilidades, reconocimiento e independencia económica.

Un sistema de cuidados bien diseñado fortalece a las familias, las comunidades, las economías y a toda la sociedad.

Los nuevos y audaces sistemas de cuidados que están transformando las economías de América Latina

En toda la región, los gobiernos están reconociendo el trabajo de cuidados como una infraestructura pública esencial, al igual que las escuelas, los hospitales o las carreteras, y la tendencia sigue en aumento:

  • Ciudades como Bogotá, Belém do Pará, Buenos Aires, Santiago, Monterrey y Quito, entre otras, están creando redes de servicios de cuidados que integran el cuidado de infancias, personas mayores, el transporte, la atención de la salud y el empleo.
  • Según los datos más recientes de Colombia y Chile, se estima que el trabajo de cuidados contribuye con el 19,6 y el 25,6 por ciento del PIB nacional, respectivamente. Así, un trabajo hasta entonces invisible y sin reconocimiento se incorpora a las estadísticas económicas oficiales.
  • En México y Perú, el acceso a los cuidados se ha integrado a la ley como un derecho humano.

En el centro de estas reformas están las voces de las mujeres: lideresas comunitarias, cuidadoras y organizaciones que están creando en conjunto estos nuevos sistemas de cuidados para reflejar las necesidades reales de las familias y las cuidadoras.

“El cambio más importante ha sido el de poner los cuidados en el centro de las políticas públicas, no solo en los debates académicos. Por primera vez, la política de cuidados en Brasil se está diseñando con la plena participación tanto del gobierno como de la sociedad civil”. Virginia Gontijo, responsable de programas de ONU Mujeres Brasil.

En Brasil, de piloto local a promesa nacional

En la ciudad de Belém do Pará, en el norte del país, la primera política de cuidados de Brasil a nivel municipal demuestra que las medidas locales pueden impulsar el cambio a escala nacional. Con el respaldo de ONU Mujeres, este audaz experimento muestra cómo el trabajo de cuidados puede convertirse en inversión pública, oportunidades profesionales e infraestructura social. El modelo de Belém, lanzado a través del proyecto Ver-o-Cuidado, ya ha influido en el desarrollo de la política nacional de cuidados de Brasil y sirve como modelo para otras ciudades.

  • 70 personas del funcionariado público se capacitaron en el diseño de políticas de cuidados, y la capacitación se ha extendido a nivel nacional mediante el aprendizaje electrónico.
  • Más de 300 cuidadoras, tanto remuneradas como no remuneradas, recibieron capacitación para comprender sus derechos, reconocer el valor de su trabajo y promover mejores políticas de cuidados.
  • 33 líderes de la sociedad civil de 16 organizaciones se capacitaron en la promoción de políticas de cuidados.
  • 13 organizaciones de mujeres formaron la red de activistas por los cuidados de Belém [2].

“La salud mental de las mujeres cuidadoras debe ser una prioridad. No solo para sobrevivir, sino para vivir con dignidad”. Meredith Cortés Bravo, fundadora de Apañales, Chile

En Chile, el trabajo de los cuidados como ambición nacional

Chile está construyendo uno de los sistemas nacionales de cuidados más ambiciosos de la región, Chile Cuida. Este ha sido moldeado por la experiencia de mujeres como Cortés Bravo, fundadora de Apañales, una red de base que apoya a las cuidadoras en comunidades vulnerables, así como por la experiencia vivida por miles de mujeres.

Mediante consultas públicas y nuevas leyes, el sistema de cuidados de Chile se propone llegar a 75.000 personas en los próximos años, con el apoyo técnico de ONU Mujeres, a fin de garantizar que no se deje a nadie atrás.

  • Más de 12.000 personas (80 por ciento de ellas mujeres) dieron forma al sistema de cuidados de Chile mediante el diálogo público.
  • 151 municipios ya brindan servicios de cuidado a través de la Red Local de Apoyos y Cuidados (RLAC) de Chile, con planes de expansión nacional para 2026.
  • 57 cuidadoras en Valparaíso ahora ganan un salario mensual por cuidar a familiares con dependencia grave.
  • 300 personas cuidadoras recibieron capacitación en derechos laborales en tres regiones.
  • Innovaciones locales, como Renca te Cuida y STGO te Cuida, están adaptando los servicios de cuidados a las comunidades urbanas.

Para mí el diploma de cuidadora personal marcó un antes y un después porque allí pudimos comprender más a fondo la importancia que es darle una atención de calidad a nuestros adultos mayores su [con respeto a] s derechos y beneficios, [La capacitación] nutrió más los conocimientos que tenía de manera empírica y me dio un mejor perfil de forma profesional sobre los cuidados”. Daniela Alejandra Shirley, asistente de cuidados en el domicilio, Juan Díaz, Panamá

En Panamá, elevar el trabajo de los cuidados remunerado y no remunerado

Panamá está transformando la manera de valorar los cuidados al profesionalizar las funciones de cuidados remunerados y, al mismo tiempo, reequilibrar la carga de cuidados no remunerados que asumen las mujeres y niñas. Un proyecto piloto en Juan Díaz, un barrio del sur de la ciudad de Panamá, lidera el camino con planes para implementar el programa a escala nacional.

  • La ley sobre el Sistema Nacional de Cuidados de Panamá, aprobada en 2024, crea un marco para expandir los servicios de cuidados, construir infraestructura y profesionalizar el trabajo de cuidados a través de la capacitación, al tiempo que apunta a reducir las responsabilidades desiguales de cuidado que durante mucho tiempo han recaído en las mujeres.
  • El Plan de Local de Cuidados de Juan Díaz ya está ampliando los servicios para infancias, personas mayores y con discapacidad.
  • Más de 120 personas cuidadoras se capacitaron a través del primer diploma de cuidado de personas mayores de Panamá, lo que promueve la profesionalización y el reconocimiento.
  • Para 2026, 100 personas cuidadoras de Juan Díaz, David y La Chorrera habrán recibido capacitación y certificación para apoyar a personas con discapacidad.

Por qué los sistemas de cuidados son una infraestructura económica esencial

Un sistema de cuidados bien estructurado no solo ayuda a las mujeres y las familias a equilibrar el trabajo remunerado y la prestación de cuidados, sino que, además, es un pilar fundamental de la infraestructura económica y social. Cuando los países invierten en cuidados, detonan beneficios como estos:

  • creación de puestos de trabajo (hasta 300 millones de nuevos empleos en todo el mundo de aquí a 2035 ), en especial para las mujeres,
  • creación de empleos verdes que con bajo consumo energético, centrados en la comunidad y esenciales para el bienestar,
  • ayuda a más mujeres a entrar o permanecer en el mercado laboral,
  • impulso a la productividad y el crecimiento económicos,
  • mejora de la atención sanitaria pública,
  • apoyo a la educación y el desarrollo infantil,
  • fomento de la resiliencia frente a las crisis, desde las pandemias hasta los desastres climáticos,
  • mayores ingresos salariales y tributarios y fortalecimiento de los sistemas de bienestar gracias a la creación de más trabajos de cuidados remunerados.

Cuando los gobiernos reconocen el cuidado como una infraestructura pública esencial, construyen la economía del futuro.

América Latina está demostrando lo que significa construir economías que ponen a las personas, y no a las ganancias, en el centro. No se trata de ajustes menores. Son cambios sociales profundos que convierten siglos de trabajo invisible y no remunerado en políticas públicas, servicios comunitarios e inversión nacional.

Aunque queda mucho por hacer, estos sistemas de cuidados pioneros demuestran que
cuando valoramos el cuidado, logramos un futuro más fuerte y justo para todas las personas.

Este es nuestro momento para actuar

Durante 15 años, ONU Mujeres ha trabajado con todas las mujeres y niñas por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Nunca nos daremos por vencidas. Ahora es el momento de unirte a nosotras. Tienes el poder de defender los avances, apoyar a las lideresas locales y lograr un cambio real.

Tenemos suficiente experiencia para cumplir. Suficiente valentía para transformar.