Recife, 27 de junio de 2024 - El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y el Gobierno del Estado de Pernambuco presentaron el jueves pasado en Recife las actividades en Pernambuco de Sertão Vivo, un proyecto de resiliencia climática y reducción de la pobreza para en el Nordeste brasileño, cofinanciado también por el Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés).
Gracias a la inversión conjunta de 300 millones de reales (60 millones de dólares estadounidenses, aproximadamente), más de 75.000 familias rurales vulnerables del estado de Pernambuco tendrán la oportunidad de reforzar su capacidad de hacer frente y responder a las consecuencias del cambio climático y lograr así una gestión sostenible del semiárido brasileño.
“El enfoque agroecológico del proyecto busca preservar el bioma de la caatinga y garantizar el acceso al agua. Los pequeños agricultores en Pernambuco tendrán la oportunidad de aumentar sus ingresos, en parte gracias al acceso a nuevas tecnologías adaptadas al cambio climático que les permitirán incrementar su producción,” dijo Raquel Lyra, Gobernadora da Pernambuco.
Pernambuco es el segundo de los nueve estados del semiárido del noreste de Brasil —el territorio más vulnerable a la crisis climática en toda América Latina— en los que se implementa Sertão Vivo. Gracias a una asignación adicional por parte del BNDES, la financiación total del proyecto pasó de los 1.000 millones de reales (217 millones de dólares) previstos para cuatro estados, a un total de 1.775 millones de reales (386 millones de dólares) Sertão Vivo dará prioridad a la participación de mujeres, jóvenes y comunidades tradicionales como indígenas y quilombolas (afrodescendientes) y espera llegar a 1,8 millones de personas.
Según Aloizio Mercadante, presidente del BNDES, con el complemento del monto inicial, la entidad financiera reafirma su compromiso de enfrentar la crisis climática, que afecta cada vez con mayor intensidad y frecuencia a Brasil. “Este nuevo monto permitirá que los beneficios del proyecto lleguen a todos los estados de la región Nordeste, incluida la preservación de su principal bioma, la caatinga”, explicó.
Rossana Polastri, Directora Regional del FIDA para América Latina y el Caribe, resaltó la trascendencia de la agricultura familiar, que produce el 70% de los alimentos que llegan a las mesas de los brasileños y emplea a tres cuartas partes de la mano de obra agrícola, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). “Es crucial que apoyemos a los pequeños agricultores para fortalecer su resiliencia y productividad en un entorno de cambio climático, al tiempo que promovemos nuevas formas de producción sostenible. La agricultura familiar puede y debe cumplir un papel clave en la reducción del hambre y la pobreza en el país", dijo Polastri.
Para el FIDA, esta iniciativa representa un nuevo modelo operativo para reducir la pobreza rural. Sertão Vivo combina la financiación a gran escala, procedente de diversas fuentes, con inversiones centradas en el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Esta financiación conjunta permitirá construir o restaurar infraestructuras a pequeña escala para la seguridad hídrica, como cisternas para producción, que han demostrado su efectividad durante décadas de proyectos apoyados por el FIDA en la región. También se pondrán en marcha prácticas eficientes de captación, almacenamiento y uso del agua para que los cultivos puedan resistir patrones de lluvia irregulares y sequías prolongadas.
Asimismo, Sertão Vivo promoverá la creación de sistemas agroforestales integrados, que integran estructuras de cultivo o creación para diferentes fines en una misma zona, aumentan el contenido de carbono del suelo y, por tanto, su fertilidad.
Retos en Pernambuco
Sertão Vivo llega en un momento crítico para la seguridad alimentaria en Brasil. Según la red académica brasileña PENSSAN, más de la mitad de la población sufrió inseguridad alimentaria en algún momento de 2022 en Brasil. El 63% de los afectados vive en zonas rurales.
En Pernambuco, “en 2013, el 46,4% de los hogares pernambucanos presentaba algún grado de inseguridad alimentaria y nutricional. En el mismo año, casi uno de cada cuatro niños (23,8%) en Pernambuco padecía desnutrición crónica. Asimismo, en 2022, alrededor de un tercio de la población de Pernambuco padecía inseguridad alimentaria, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Se estima entonces que la inseguridad alimentaria severa afecta alrededor del 5% de la población del estado, es decir, a más de 450 000 personas”, según informó el Gobierno del Estado de Pernambuco.
A pesar de la lucha contra la pobreza en las zonas rurales, “la mayoría de los agricultores familiares de Pernambuco tienen un ingreso familiar mensual inferior a dos salarios mínimos. La falta de infraestructura básica, las sequías prolongadas y la falta de educación de calidad agravan la pobreza rural desde hace décadas en Pernambuco. Los mayores índices de pobreza rural se concentran en el estado la región semiárida”, declaró el Gobierno del Estado de Pernambuco en relación a los datos del Censo Agropecuario de 2017.
El FIDA en Brasil
El FIDA invierte en la población rural de Brasil desde 1980 con el objetivo de aumentar los ingresos de los agricultores a pequeña escala, fortalecer las cooperativas, promover el desarrollo grupal e impulsar nuevos mercados para la agricultura familiar y productos socio-biodiversos.
Hasta la fecha, el Fondo ha invertido 297 millones de dólares estadounidenses para cofinanciar 13 proyectos, por un valor total de 1.180 millones, en los que han participado 615.400 familias.
Contacto de prensa:
Bruna Ribeiro de Souza, b.ribeirodesouza@ifad.org.
Comunicado de prensa no. IFAD/49/2024
El FIDA es una institución financiera internacional y un organismo especializado de las Naciones Unidas con sede en Roma, donde se encuentra el mecanismo central de las Naciones Unidas para el sector de la alimentación y la agricultura. El Fondo invierte en la población rural y, al empoderar a estas personas, las ayuda a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y fortalecer su resiliencia. Desde 1978, hemos destinado más de USD 24 000 millones en donaciones y préstamos a bajo interés para financiar proyectos en países en desarrollo.
En el banco de imágenes del FIDA, una amplia gama de fotografías de la labor del FIDA en las comunidades rurales está disponible para descarga.