El Secretario General acogió con beneplácito los avances hacia una solución pacífica y democrática de la crisis en el país sudamericano e insta a todos los bolivianos a mantener el diálogo pacífico y constructivo.
La aprobación unánime de la legislación para establecer un nuevo Tribunal Supremo Electoral que convoque a elecciones generales lo antes posible en Bolivia muestra la voluntad política de poner fin a la crisis que aqueja al país, señaló este lunes el Secretario General de la ONU.
En un comunicado de su portavoz, António Guterres encomió los avances anunciados este fin de semana hacia una solución pacífica y democrática en Bolivia y reiteró la disposición de las Naciones Unidas para apoyar el proceso según corresponda.
Guterres consideró, no obstante, que para consolidar los logros y evitar más violencia hace falta tomar otras medidas como “frenar la retórica de la intolerancia, aumentar la cooperación entre todas las fuerzas políticas y restaurar la confianza entre todos los afectados por los violentos eventos del mes pasado”.
Finalmente, el titular de la ONU instó a los bolivianos a proseguir con un diálogo pacífico y constructivo, y afirmó que su enviado personal, Jean Arnault, continuará obrando con los facilitadores para apoyar los esfuerzos en este sentido.
Cronología de los acontecimientos
Hace una semana se instaló en La Paz por convocatoria de la Iglesia, la ONU y la Unión Europea un diálogo nacional con tres objetivos: pacificar la país, definir los acuerdos para la convocatoria de nuevas elecciones generales y alcanzar un consenso para elegir un nuevo Tribunal Supremo Electoral.
El fin de semana se anunció la aprobación de la legislación para establecer esa instancia electoral.
Bolivia celebró elecciones presidenciales el pasado 20 de octubre. Tras suspender durante más de 24 horas el recuento, el Tribunal Supremo Electoral dio como ganador al presidente Evo Morales sobre su contrincante el expresidente Carlos Mesa con una ventaja suficiente para evitar una segunda vuelta de votaciones.
Una delegación de la Organización de los Estados Americanos que monitoreó y auditó los comicios reportó irregularidades durante el proceso.
Los días que siguieron a las votaciones fueron de manifestaciones en contra y a favor del Gobierno en las que empezaron a registrarse actos de violencia a medida que pasaron los días. Las movilizaciones continúan hasta el momento y la cifra de muertos llega a unos 30, según la Defensoría del Pueblo. Los heridos suman centenares.
El domingo 10 de noviembre por la mañana el presidente Morales comunicó que se realizarían nuevas elecciones pero más tarde los responsables del Ejército le “sugirieron que renunciara” para que el país lograra pacificarse.
Evo Morales renunció al Ejecutivo y denunció un golpe de Estado, además de agresiones contra sus ministros y las familias de éstos, así como contra la suya. Actualmente se encuentra asilado en México.
El Gobierno de Bolivia quedó acéfalo varios días hasta que el 13 de noviembre, la vicesecretaria del Senado por un partido opositor, Jeanine Áñez, se proclamó presidenta interina del país sin contar con el quórum requerido por ley. El partido de Evo Morales, Movimiento al Socialismo, mantiene la mayoría parlamentaria.
El 14 de noviembre, después de realizar consultas con varias partes, el diplomático Jean Arnault viajó a Bolivia en calidad de enviado personal del Secretario General de la ONU para apoyar los esfuerzos en busca de una solución pacífica a la crisis.