Contexto transfronterizo
Entre agosto de 2023 y junio de 2024, en la zona transfronteriza Perú-Chile-Bolivia se identificó un aumento de políticas migratorias restrictivas, un dinamismo constante en los flujos migratorios y un debilitamiento del enfoque de protección.
Allí, las personas refugiadas, migrantes y desplazadas forzadas en situación migratoria irregular enfrentan mayores vulnerabilidades, riesgos y discriminación por parte de las entidades de control y de las comunidades receptoras. Esto se refleja en el aumento de casos de trata y tráfico de personas, las condiciones laborales precarias y el desplazamiento forzoso a causa de diversas formas de violencia en medio de crisis sociopolíticas, conflictos armados y socioambientales.
Además, se observa una creciente invisibilización de los perfiles migratorios más vulnerados, lo que dificulta desarrollar sus proyectos de vida y les lleva a asentarse en zonas de alto riesgo, como Arica Cerro Chuño (en el lado chileno), donde carecen de acceso a educación, trabajo, salud y servicios básicos. En contextos como este, las personas migrantes son frecuentemente criminalizadas y señaladas como responsables de las problemáticas sociales locales.
Esta situación compleja y hostil fuerza a las personas a cruzar los pasos fronterizos en horarios nocturnos por zonas minadas para evitar los controles migratorios. Usan rutas irregulares y transportes precarios. En el periodo del presente informe se reportaron casos de violencia basada en género (VBG) en puntos de control fronterizo, donde las fuerzas policiales exigían pagos para permitir el paso irregular, y las mujeres se veían obligadas a actos transaccionales para continuar su trayecto. En mayo de 2024, al menos cuatro mujeres reportaron dolores pélvicos presuntamente relacionados con estos abusos.