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Dominica

Dominica: el trabajo por recuperarse tras la devastadora tormenta Erika

La noche del 26 de agosto comenzó como cualquier otra para Mary Fontaine, su esposo y sus dos hijos. La familia vive en la comunidad de Petite Savanne, en el sudeste de Dominica, un país insular de 750 kilómetros cuadrados en el Caribe oriental.


La familia Fontaine era consciente de la previsión meteorológica que advertía de lluvias provocadas por la tormenta tropical Erika, por lo que Mary aseguró la casa en la que vive con su familia. Estos fenómenos meteorológicos son comunes durante la temporada de huracanes en el Atlántico y, de hecho, Erika sería la quinta tormenta tropical de la temporada 2015. El país estaba pasando por una grave sequía, por lo que Mary se preparó para recibir estas lluvias tan necesarias.

Pero los más de 71.000 residentes de esta pequeña y montañosa isla no estaban preparados para la lluvia que azotaría Dominica durante 12 horas seguidas del jueves 27 de agosto. En total, 12,64 pulgadas de lluvia cayeron en este período de tiempo.

Interrupción de servicios

A medida que amanecía en Dominica, el nivel de la devastación se hacía evidente. Los derrumbes y caídas de rocas habían cubierto aldeas y bloqueado algunas de las carreteras principales. Más de doce grandes ríos se habían desbordado, causando graves inundaciones, inutilizando puentes vitales para la población y afectando a los servicios de electricidad, agua y telecomunicaciones.

Los vínculos con el mundo exterior quedaron cortados desde el momento en que las inundaciones y los escombros cubrieron el asfalto del principal aeropuerto comercial en el este del país, así como la pista de aterrizaje más pequeña en Roseau, la capital.

“Me desperté, y cuando salí de casa, sólo había agua, agua, agua por todas partes”, recuerda Mary. “He vivido aquí toda mi vida, pero nunca vi nada como esto. Ha sido un gran desastre en toda la zona”. Mary trató desesperadamente de contactar con sus familiares que viven en las casas vecinas.

Devastación

Petite Savanne fue golpeada con fuerza. Esta comunidad es el hogar de 753 personas. Once de las veinte personas muertas confirmadas y 21 de las 35 desaparecidas vivían en este desolado distrito. Entre los desaparecidos están el hermano de Mary y los dos hijos de él. Su sobrina fue localizada y se encuentra bien.

La devastación en esta comunidad está tan extendida que el Gobierno ha declarado Petite Savanne y otras ocho comunidades como zonas especiales de desastre. La decisión fue tomada después de evacuar Petite Savanne y otras tres comunidades afectadas. Todos los vecinos, excepto unos pocos residentes, ya han dicho adiós a sus hogares.

Urban Baron, quien reside desde hace tiempo en Petite Savanne, describe el escenario como “peor que una zona de guerra”.

“Más de 50 casas estaban al borde del colapso, y había deslizamientos de tierra por todas partes", asegura. Describe cómo la gente cavaba en el barro para liberar a quienes habían quedado atrapados bajo sus casas. En muchos casos, las únicas herramientas que tenían eran sus propias manos.

Recuperación

El camino hacia la recuperación de Mary y sus vecinos en Petite Savanne -y de las casi 17.000 personas en la isla afectadas gravemente por la tormenta- será largo e incierto. Carreteras y puentes serán reparados, pero las cicatrices emocionales pueden perdurar por más tiempo en esta isla conocida como ‘la isla de la naturaleza’ del Caribe.

El Gobierno ha hecho un llamamiento a la ayuda internacional, y la ayuda está llegando

UNICEF ha enviado hasta ahora 4.000 tabletas de purificación de agua, más de 500 cajas con kits de higiene para adultos y 100 kits de higiene infantil a las zonas más afectadas. Ahora, la organización trabaja con el Ministerio de Educación para determinar la extensión del daño al sector educativo, antes del inicio del curso escolar que estaba previsto para el próximo 7 de septiembre.

Patrick Knight es Especialista de Comunicación en UNICEF Caribe Oriental